DeNunCianDo - Una regla fiscal tardía

Una regla fiscal tardía
Por: Salomón Kalmanovitz

ES MÁS FÁCIL PONERLE UNA CAMISA de fuerza a las finanzas de un gobierno sucesor que al propio.

En efecto, la administración Uribe se gastó el ahorro que por ley debía mantener en el Fondo de Estabilización Petrolera, con consecuencias macroeconómicas nocivas, y quiere que el incumbente actúe de manera contraria, lo cual está bien. Un equipo de ambas administraciones propone entonces una serie de medidas para disciplinar las finanzas públicas en una coyuntura de probable bonanza minera y petrolera que amenaza con deformar la economía, profundizar la informalidad y el desempleo, al tiempo que reconcentra el ingreso nacional.

Durante la campaña electoral el ministro de Hacienda ya nombrado, Juan Carlos Echeverry, se mostró optimista sobre la bonanza minera que se ve venir y adujo que los enormes ingresos que iba a recibir el Gobierno hacían innecesaria una reforma tributaria. Si va a actuar de esa manera, la revaluación del peso colombiano, la devastación del medio ambiente y la dilapidación de recursos públicos profundizará un modelo de rápido crecimiento económico, fundamentalmente minero y de servicios, a costa de la industria y de la agricultura, con aumentos de la informalidad y del desempleo. La razón de fondo es que la minería es un sector que utiliza mucha maquinaria y poco trabajo, y que si no se toman las medidas correctivas, desplaza a los sectores intensivos en empleo.

¿Cuáles son esas medidas correctivas? El Gobierno no sólo debe recuperar el equilibrio de sus finanzas sino, además, producir un ahorro protuberante. Este ahorro servirá para desviar las divisas que obtendrá el país en exceso hacia un fondo soberano que hará sus inversiones fuera del país, impidiendo que se revalúe el peso y agobie a los exportadores de bienes intensivos en mano de obra, como flores o confecciones o a la industria y a la agricultura en general que compiten con las importaciones.

Ahora piense el lector que el déficit del Gobierno Central es de $23 billones y que debe pasar en pocos años a obtener un superávit de aproximadamente $7 billones. Con unas finanzas desfondadas por las gabelas tributarias y los contratos de estabilidad jurídica para que los empresarios las conserven es difícil lograrlo. Tampoco ayuda que el sistema sea tan regresivo: las personas naturales casi no tributan ni en su renta ni en su patrimonio, o sea que los que más tienen menos pagan. Hoy los impuestos indirectos (IVA y arancel) son más del 60% del recaudo. Se debe entonces hacer una reforma profunda para lograr el aumento de los impuestos, de manera progresiva. Si no se hace así, el Gobierno deberá recortar su gasto de manera dramática.

Los impuestos y regalías que pagan las empresas mineras son fijos y relativamente bajos. Es notorio que el oro sólo pague 5% de regalías, cuando su extracción industrial causa un enorme deterioro del medio ambiente: utiliza cianuro que envenena las fuentes de agua, en especial cuando se explota en los altos de las cordilleras. La minería del carbón a cielo abierto, así mismo, requiere de medidas exigentes de protección de la población y del medio ambiente.

Por lo tanto, el país debe imponer un impuesto variable a las exportaciones mineras, alto cuando las cotizaciones sean favorables y más bajo cuando se deterioren, de tal manera que se beneficie más de la renta de un recurso que se agota y que cuando lo haga nos dejará empobrecidos.

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