DeNunCianDo - El abogado del diablo

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Jacques Vergès habría sido la presa perfecta del sanguinario oficial nazi Klaus Barbie. De rasgos orientales y miembro de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, Vergès se habría convertido en una de las más de 4.000 víctimas del 'Carnicero de Lyon' de haber caído en sus manos cuando este ejercía como jefe de la Gestapo en esa ciudad. Pero 'el Abogado del Diablo', como es conocido hoy en día, no solo se salvó de morir a manos de un tipo como Barbie, sino que lideró su defensa cuando la justicia francesa lo juzgó en 1987 por algunos de sus crímenes.

Vergès enfrentó a 39 representantes de las víctimas de Barbie y a 800 asistentes al juicio que pedían enfurecidos la cabeza del alemán. Y aunque perdió el juicio, el siempre polémico y taquillero abogado llamó la atención de todo el mundo al defender a un 'indefendible', como lo ha hecho también con reconocidos terroristas internacionales como Carlos 'el Chacal', líderes de organizaciones extremistas palestinas, simpatizantes de los nazis y ex dictadores genocidas como el mandatario camboyano Pol Pot.

"Los defiendo porque soy un demócrata", dijo a SEMANA Vergès, quien estará en Colombia entre el 4 y el 7 de agosto durante el primer Congreso Internacional de Derecho Penal. "Es necesario que exista gente como yo precisamente para eso: defender la democracia. La sociedad no se ve afectada cuando mis defendidos quedan libres o sus penas son rebajadas, pues se están respetando las decisiones de la justicia". Para Barbet Schroeder, director del documental El abogado del terror, este tipo de respuestas hacen de Vergès una persona de complejidad extrema. "Es muy rico dramáticamente; tiene un lado oscuro y otro absolutamente encantador. Es precisamente eso lo que lo convierte en un personaje perfecto de novela o de cine".

Hijo de un diplomático francés y una profesora vietnamita que murió cuando tenía apenas tres años, Vergès se crió en Réunion, una pequeña isla del océano Índico gobernada por Francia. No está seguro de si nació en abril de 1924 o en marzo de 1925, pero sí de que fue en Tailandia. Pese a que reconoce que desde muy pequeño sintió en carne propia el racismo de los franceses hacia sus 'hermanos' de las colonias, se unió cuando tenía 17 años a las tropas del general Charles de Gaulle que pelearon contra la ocupación nazi. Pero justo en mayo de 1945, cuando los aliados celebraban su victoria sobre los alemanes en Francia, una matanza de cientos de argelinos por parte de las fuerzas galas lo conmovió tanto que decidió unirse a la lucha independentista.

Mientras estudiaba Derecho y Lenguas Orientales en la Sorbona de París, se unió a las juventudes comunistas y fundó un grupo de alumnos provenientes de las colonias. Al movimiento perteneció también su amigo Pol Pot, líder de los Jemeres Rojos y principal responsable del genocidio camboyano en el que murieron más de dos millones de personas. Vergès se convertiría años más tarde en su consejero y en defensor de Khieu Samphan, el principal aliado de Pol Pot.

Pero antes, tenía una deuda pendiente: la independencia argelina. La causa tomó fuerza cuando asumió la defensa en 1957 de Djamila Bouhired. El primer 'monstruo' representado por Vergès era una joven de 22 años que mató a 11 personas tras poner una bomba en un café de Argel frecuentado por franceses. En un principio, ella fue condenada a muerte después de un juicio que se desarrolló en medio de un clima hostil, donde los asistentes estaban dispuestos a lincharla. Sin embargo, el trabajo de Vergès, que consistió en "atacar al atacador" y denunciar las atrocidades de los franceses en sus colonias, logró hacer ver a Bouhired como una heroína de la independencia y no como una terrorista. Fueron tantas las cartas que pedían clemencia, que la joven fue liberada en 1962.

Cinco años después, el seductor abogado y su defendida se casaron y se fueron a vivir a Argelia, donde Vergès se convirtió al islam, fue jefe del gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores y fundó un par de revistas de ideología comunista.

Por esos días volvió el show del 'Abogado del Diablo', quien se dedicó a representar a los miembros del Frente Popular para la Liberación Palestina que asaltaron aviones de una aerolínea israelí en Atenas y Zúrich. Fue entonces cuando recibió el apodo de 'Monsieur Guillotine', pues sus defendidos eran por lo general encontrados culpables. Vergès todavía se justifica en que lo único que le importaba en ese momento era llamar la atención y mostrarle al mundo que sus defendidos no eran terroristas sino nacionalistas maltratados por Occidente. Sus detractores son menos benévolos y lo acusan de venderse al mejor postor, sea cual sea, a cambio de fama y dinero.

Vergès abandonó a su esposa en 1970 y desapareció del escenario público hasta 1978. Cuando se le pregunta qué hizo en ese periodo suele contestar frases evasivas, como que fueron sus "años sabáticos". Nadie sabe con certeza dónde se escondió, pero se ha dicho que se internó en campos palestinos de entrenamiento; que estuvo en Camboya al lado de Pol Pot; que trabajó como agente secreto de la Unión Soviética o la China maoísta, y que huyó con la fortuna de uno de sus defendidos, el político congolés Moisés Tshombe, acusado de participar en el asesinato del primer ministro Patrice Lumumba.

Hay más versiones: según documentos de la Stasi (Policía secreta de la Alemania comunista), Vergès formó parte esos años de una organización terrorista liderada por Carlos 'el Chacal', quien se convertiría después en uno de sus defendidos más famosos y hoy paga una pena a cadena perpetua en una cárcel parisina. Vergès lo niega. Pero pocos le creen que solo conoció a Carlos en 1994, cuando aceptó su caso, pues antes había defendido a la alemana Magdalena Kopp, con quien tuvo una relación antes de que ella se casara con 'el Chacal'.

"Es un fascista porque es antidemócrata, antiliberal, antijudío... Lo peor es que es un hombre inteligente. Se puede ser fascista e inteligente al mismo tiempo", dijo en una entrevista el filósofo y escritor francés Bernard-Henri Lévy, quien es defensor acérrimo de la causa israelí y ha estudiado por años los crímenes contra la humanidad. Dos razones para odiar todo lo que el abogado representa.

Vergès no ha defendido, sin embargo, a todos los asesinos, torturadores y dictadores que ha querido. Primero se ofreció para representar al ex presidente serbio Slobodan Milosevic, conocido como 'el Carnicero de los Balcanes', pero este decidió encargarse al final de su propia defensa. Después lo contactó un familiar del dictador iraquí Saddam Hussein para que llevara su caso. Nunca llegó a hacerlo, pero ya tenía preparada la argumentación: culpar a Estados Unidos por vender la materia prima de las armas químicas con que el gobierno de Hussein mató a miles de personas.

"Me gustaría defender hasta a mi peor enemigo; esa sería la máxima moral", dice Vergès, de 85 años, quien acepta que todavía no ha encontrado a alguien a quien no representaría y dice sin titubear que comparte la desgracia de los familiares de las víctimas de sus defendidos sin que esto lo enceguezca. "La profesión de abogado no es solo el ejercicio de una técnica; es antes que nada una forma de demostrar que todos los hombres, culpables o no, somos humanos".

fuente: semana.

y si se preguntan por que una noticia,,,aqui hay ciertos temas que no se puden discutir sin que medie un insulto, de lado y lado....