Así fue el crimen que tiene preso al concejal Vladimir Melo Carrillo

EL TIEMPO reconstruyó la historia de este hombre frío y tímido, señalado de ordenar matar su esposa


Un día antes de que el concejal cristiano fuera capturado por haber contratado supuestamente a dos sicarios para asesinar a su esposa, propuso en una entrevista de televisión crear una bancada en defensa de la vida y del amor.
Melo y Alejandra Díaz Lezama, su compañera, se habían conocido cuando ella apenas tenía 15 años. Estaban casados y tenían dos hijos (una niña de 10 años y un niño de . Era una pareja normal, a juicio de allegados.
Por eso nadie entiende por qué, de un momento a otro, Melo apareció en televisión con las manos esposadas y sindicado de pagar 5 millones de pesos para que dos hombres, presuntamente, asesinaran a Alejandra, la misma mujer de 30 años a la que él llamaba cariñosamente 'La chata' y quien soñaba coronar su carrera como ingeniera ambiental en la Universidad Central para ascender en la Secretaría de Ambiente, donde trabajaba.
Hoy nadie puede creer que el mismo hombre que habló en el sepelio de su esposa y que aparece en una fotografía con una mano sobre el ataúd, esté tras las rejas vinculado en calidad de 'cerebro' del crimen, ocurrido el 17 de julio entre las 7 y las 7:30 de la noche.
El jueves pasado, Melo llegó al Concejo y se sentó en su curul. Jugó con el computador, ignorante de que a esa misma hora, 10:00 a.m., varios de sus colegas ya sabían de la orden de captura expedida en su contra por el asesinato.
Según la Fiscalía, él habría planeado el crimen para evitar que su esposa divulgara un video donde él aparece sosteniendo relaciones sexuales con una asistente de su jefe, el ex concejal Gustavo Páez, del partido cristiano Pacto.
Según fuentes, Melo quería evitar el escarnio público temiendo que el video llegara a los medios de comunicación dada su doble condición de concejal y líder cristiano.
No obstante, personas consultadas por este diario aseguraron que su fe se limitaba a hacer presencia en la Iglesia Cruzada Cristiana, ubicada en la calle 1a. con carrera 30, en el barrio Santa Isabel, durante los fines de semana.
Aunque el asesinato se produjo en julio, la captura de Melo sólo se dio tres meses después, luego del testimonio que rindió el desmovilizado de las Auc Luis Francisco Morales, vinculado al programa de Justicia y Paz. Hoy este hombre pide 40 millones de pesos por su colaboración.
El asesinato
Según la Fiscalía, Alejandra apareció con un tiro en la frente y metida dentro de un clóset, en el primer piso de una modesta casa en la que vivía en arriendo con su esposo, en el barrio Santa Matilde, en el sur de Bogotá.
El crimen impactó a los vecinos de la cuadra. La casa donde ocurrieron los hechos es amplia y está ubicada cerca de un parque infantil y una iglesia católica. Pero el día de los hechos, nadie escuchó nada.
Las autoridades aseguran que para despistar, Melo habría ordenado a los sicarios revolcar la vivienda para dar la impresión de que Alejandra había sido víctima de un atraco. Los sicarios, a los que Melo al parecer les dio las llaves del apartamento, habrían sido contactados en el sector de La Estanzuela.
Cuando ocurrió el asesinato, según dicen las autoridades, el concejal se encontraba con sus hijos en un punto aún sin confirmar y, supuestamente, esperando a que su esposa ingresara a la casa y sacara ropa para los pequeños.
La idea era dejar a los niños ese día con la mamá de Alejandra para que Melo le pudiera celebrar, por anticipado, el cumpleaños número 30 a su esposa, una mujer a la que sus amigas definen como cariñosa. "No peleaba por nada", dijo una de ellas.
El viernes en la tarde, cuando EL TIEMPO llegó y tocó en la casa donde ocurrió el asesinato (carrera 35 No. 11-17 sur), sorpresivamente un obrero abrió la puerta. Pero al notar al fotógrafo y al reportero, la cerró abruptamente.
Afuera había material de construcción, pues hace una semana el dueño inició una remodelación de la vivienda.
Dentro de los escombros sobresalía un cuadro con los rostros de los cuatro integrantes de The Beatles. En la misma cuadra funciona un sitio de ayuda a los desmovilizados y durante esta semana la casa fue el blanco preferido de fotógrafos y camarógrafos.
"No escuché ningún tiro", comentó una vecina. "Sólo supe lo que había pasado cuando llegó la Policía. De pronto usaron silenciador", agregó otra persona.
El jueves de esta semana, el día de la detención, los agentes de la Fiscalía evitaron capturar a Melo dentro del Concejo. Temían -según algunos concejales consultados- que se desatara una balacera. Varios cabildantes expresaron su temor de que el hombre portara un arma de fuego.
Por esa razón, la Fiscalía prefirió esperar hasta la 1:45 de la tarde, hora en la que Melo fue interceptado en un concesionario de la carrera 68 con calle 68, en el occidente de Bogotá, a donde fue a revisar la camioneta que le había asignado el Concejo, el 4 de agosto, y que él había golpeado.
Ese día, Melo, que había ocupado el segundo renglón en la lista del movimiento cristiano con 2.498 votos en el 2007, asumió la curul del concejal Páez, luego de que este renunciara para aspirar al Congreso.
Voces de apoyo
A Melo, politólogo de 34 años, al que sus amigos llaman 'El flaco', ya le crearon un grupo de defensa en Facebook (Yo también creo que Vladimir Melo es un bacán..!! te queremos flaco).
"Para delante!!!!! y con la frente en alto, tienes todo nuestro apoyo y nuestras oraciones", decía, textualmente, un mensaje en el grupo.
El viernes, cuando la juez 56 penal de Bogotá mandó a Melo a la cárcel por homicidio agravado, el grupo tenía 291 miembros. Además de Melo, los dos supuestos sicarios, Luis Díaz, alias 'Guamo', y Víctor David Jiménez, también fueron enviados a la cárcel.
Jiménez, según las autoridades, visitó al desmovilizado de las Autodefensas en La Picota y le comentó del crimen de Alejandra.
Tímido, de bajo perfil, frío, de apariencia normal pero raro por dentro; amante del vino, hábil para las matemáticas y fanático de Facebook. Así definen a Melo las personas que lo trataban en el Concejo, aunque otros afirman que ya en su oficina, la 306, era dicharachero. "Joven entusiasta, proactivo, dinámico y recursivo en la búsqueda de soluciones, buen relacionista público y organizador", destaca una de sus reseñas en la página web del Concejo.
La carrera de Melo se inició en 1997, cuando se lanzó a edil de Puente Aranda. Se graduó de bachiller del Colegio Rafael Uribe Uribe.

Siempre soñó con la política y gozaba de acceso a círculos de poder. En sus archivos hay fotos suyas con el presidente Álvaro Uribe, el alcalde Samuel Moreno y el vicepresidente Francisco Santos. Incluso, en el 2000, el entonces alcalde Enrique Peñalosa le dio una mención de honor por su trabajo comunitario.
En el Concejo, donde el único debate que hizo fue el 14 de octubre sobre los niños que viven en el Bronx, pocos hablaban con él. Se sentaba en la mitad del recinto, en el ala izquierda, al lado de Ati Quigua y Orlando Castañeda. La concejal Martha Ordóñez solía preguntarle por sus niños.
En las últimas semanas, muchos veían triste a Melo e incluso circula una versión de que varias personas le habrían recomendado consultar a un psicólogo. Él solía responder que aún no se recuperaba de la muerte de Alejandra, también cristiana.
Ella, antes del crimen, también se mostró triste con su círculo más cercano, debido a las discusiones con Vladimir, cuya defensa ha dicho que lo del video es un montaje. "Soy inocente, me están culpando de algo que no hice", insistió Melo esta semana.
Los que lo defienden remiten a la entrevista donde habló de la vida y el amor. Pero los que lo culpan, piden no ignorar esta horrible historia.