Funcionaria de Casa Blanca confirma “breve” conversación de Trump con Pastrana y Uribe

Con las versiones que han salido ya se puede imaginar lo que pasó.

Sabedores de la imposibilidad de un encuentro oficial con Trump, los expresidentes decidieron hacerlo a su manera, lagarteando. Se consiguieron un socio del club donde estaría Trump, se hicieron invitar y ya en el recinto esperaron a que Trump tuviera un minuto libre y le cayeron. El socio debió presentarlos y como no había tiempo para verborrea, con premura le hicieron un par de comentarios sobre Colombia y Venezuela (unas cuantas frases grandilocuentes), estrechón de manos y bye bye.

Debe ser muy humillante tanto esfuerzo para sólo conseguir un par de frases de cortesía, pero les sirvió para engrandecer su pobre actuación en nuestro querido país parroquial, fingiendo una charla de Estado que nunca se dio.

Una cosa es el lobby y otra las acciones como Estado. Un ejemplo: Venezuela. Pese a ser un gobierno hostil a Estados Unidos y estar transformándose en una dictadura de extrema izquierda, Trump se ha limitado a protestar diplomáticamente y exigir más democracia.

No me imagino que por la intervención de Uribe y Pastrana eche abajo la política exterior hacia Colombia, su más firme aliado en la región, y le niegue la ayuda para el posconflicto, aparte de restringir los lazos comerciales y un TLC que le ha dejado grandes beneficios.

Como si fuera poco, el gobierno colombiano, de centro derecha, protege y estimula la inversión privada. Las multinacionales estadounidenses tienen en Colombia un excelente clima de negocios y Trump, como buen empresario lo sabe.

Por un discurso de dos fanáticos resentidos no va a dejar que su país siga ganando dinero en Colombia cuyas posibilidades se potencian con la terminación del conflicto armado.

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