[Eliminatorias Eurocopa 2016] La segunda esvástica de Croacia

Nunca hay que descuidarse con los extremistas. Su ideología purulenta hace metástasis donde menos se le espera. Los neonazis, agazapados, esperan su oportunidad de volver al poder.

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La segunda esvástica de Croacia En el partido de clasificación (a puerta cerrada) contra Italia apareció anoche una esvástica dibujada en el césped ELEONORA GIOVIO Madrid 13 JUN 2015 - 10:31 CEST “Lo que ha ocurrido es una vergüenza no sólo para nuestro fútbol nosotros sino para todo el pueblo croata”, dijo anoche Tomislav Bacek, portavoz de la Federación, después del partido (1-1) de clasificación para la Eurocopa de 2016 contra Italia. El encuentro se jugaba a puerta cerrada en Split, por los cánticos racistas y lluvia de objetos al campo durante el Croacia-Noruega que se disputó a finales de marzo, y en el césped apareció dibujada una esvástica. Algunos empleados de campo intentaron borrarla en el descanso, pero fue imposible. “Pedimos perdón a Italia y a todos, ya hemos avisado a la UEFA”, prosiguió Bacek. Según el portavoz de la Federación, la esvástica habría sido dibujada con una pintura de efecto retardado. “Posiblemente la pintaran 24-48 horas antes por eso no hemos podido intervenir, porque apareció tarde. Es un sabotaje, un acto criminal y pedimos disculpas a todos, esperemos ahora que la Policía detenga a estos criminales”, añadió Bacek. El delegado de la UEFA tomó nota ayer para abrir una investigación. El historial de accidentes protagonizados por la hinchada croata es muy largo: en San Siro, sin ir más lejos, en el partido de ida el árbitro suspendió el partido durante cinco minutos por el lanzamiento de bengalas. A finales de marzo, contra Noruega, se registraron canticos racistas y lanzamientos de objetos. Apareció otra esvástica, de hecho, en agosto de 2006. Era el primer amistoso de Italia después de la victoria en el Mundial, se jugó en el campo del Livorno. Los hinchas croatas se colocaron de tal manera en las gradas como para que apareciera el dibujo de una esvástica.

Fuente: El País de España