James Rodríguez: dos goles, una asistencia y aplausos desde las gradas

Lo que se destaca no es la superioridad apabullante de la suplencia del Madrid sino su armonía. De los titulares, apenas se encontraba James ya que Isco lucha por ganarse el lugar aunque en los próximos tres meses lo veremos en el medio reemplazando al lesionado Modric.

Cuando se juega con un equipo de medio pelo, tiende a perderse el brillo, por la falta de exigencia, por el relajamiento propio, por la poca importancia que se le da. Son partidos aburridores, de mero trámite, bodrios que nadie quiere ver, porque a nadie le importan. Pero para sorpresa de muchos, éste partido lo valoraron los jugadores merengues y terminó siendo un espectáculo.

Por ello, lo que se resalta del colombiano es la fluidez de su fútbol jugando donde más le gusta, arriba. Igual, cómo se va consolidando su sociedad con Isco, dos media puntas que van a hacer historia. Sin compromisos de defensa. Ancelotti les hizo a este par de jugadorazos un regalo: diviértanse. Y fue lo que hicieron.

No irrespetaron al rival; por el contrario, jugaron con disciplina, con entrega, hilvanando pases, elaborando jugadas, asistiendo, anotando, con el profesionalismo que se les exige. El espectáculo fue mayúsculo, pese al equipo improvisado que armó Ancelotti, mostrando que la orquesta no desafina, que el esquema táctico lo tienen claro, que la posesión y la contundencia van de la mano en este nuevo Madrid.

Muchos canteranos y un recién llegado dieron clases de fútbol. De ahí los aplausos, no por el resultado que era lo de menos, sino por la belleza exhibida de dos cracks que brillan en Europa y un Jesé que se les unirá pronto. El kínder del Madrid comienza a escribir su historia.