QUÉ TAL: Canal Carafuck prohibe transmisión del partido de Colombia en espacios públicos

Perdonen me salgo de la fila. Al principio, como a ustedes, me dio santa ira. Casi me rasgo las vestiduras, pero estaba en un sitio público y hubiera sido para problemas. Sin embargo, si solté un par de hijueputazos, pasito, como debe ser, aunque no tanto, porque mi compañera me miró extrañada. ¿Y eso? Como siempre, alzó una ceja y me clavó sus bellos ojos con reproche. Le contesté a punta de adjetivos y ella, toda linda, se rió. Con su mirada me lo dijo sin anestesia: “hombres tenían que ser”.

Pero como siempre acostumbro escuchar a la otra parte porque nadie tiene la verdad completa, entendí el cuento. No es que se prohíba la retransmisión. Lo que se busca es que no se lucren con un espectáculo gratis y cobren la entrada. Por eso, Caracol pidió simplemente que quienes quieran retransmitir el partido les pidan permiso. Bueno, pensé, el cuento no es tan grave. Y hasta tienen razón… más o menos.

A ver, para que nos entendamos.

Es cierto, la transmisión va en señal abierta lo que indica que todo el mundo en Colombia puede ver el partido sin pedirle permiso a nadie. ¿El pago? Escuchar a Bonnet es más que suficiente, pero tampoco hay derecho para cobrar lo que se está transmitiendo gratis. Pero es inevitable. El del restaurante atrae clientela con el partido, al igual que los del Centro Comercial o los del bar de la esquina, y la señora que vende empanadas, con comentarios más acertados que los de profesores y locutores que critican mucho aunque nunca hayan ganado nada.

¿Entonces? Metida de pata de Caracol. Se le fueron las luces, definitivamente. ¿Por qué pagan los anunciantes, que son los que sostienen el negocio? Para que la mayor parte de gente vea las bondades de sus productos. Y si la transmisión se amplifica es bueno para todos. El canal aumenta su audiencia, los anunciantes venden más y el público queda feliz. Mejor dicho, es un buen negocio. ¿Para qué tirárselo?

Esa no me la sabía, OoOops, valga la aclaración.