Fútbol femenino: Colombia perdió 2-0 ante Corea del Norte en su debut olímpico

A medida que iban creciendo se ganaban el cupo a los mundiales de cada categoría. Cuando apenas entraban a la adolescencia fueron al mundial Sub 17, luego la pelearon y se ganaron el cupo al Mundial Sub 20, crecieron un poco más y el cupo fue para el Mundial de mayores (solo dos cupos por Sudamérica) y los olímpicos. Y eso que en la mayoría de países participantes hay ligas profesionales, mientras que en Colombia no existen sino las ganas de jugar.

Para poder tener ritmo de competencia la mayoría han emigrado a Estados Unidos donde juegan en equipos universitarios. Sus demás rivales, como las europeas, tienen ligas profesionales y su ritmo de competencia es muy alto. Esto que están haciendo estas niñas, de la nada, merece nuestro aplauso y debe producirles vergüenza a las selecciones masculinas que lo único que hacen es recibir dinero a montones para responder con un chorro de babas.

No sé si vieron el partido. El estadio estaba desocupado y sólo había unos cientos de colombianos que las apoyaron los 90 minutos sin descanso, reconociendo su esfuerzo, su entrega, cómo llevan con orgullo la camiseta de la selección. Por ello, independientemente de los resultados que obtengan, a estas niñas hay que seguirlas apoyando, sin pararle bolas a los ruidos destemplados, que son solo eso, ruidos.