Rusia vapuleó a los checos (4-1)

Rusia vapuleó a los checos

por Heráclito

Rusia llega a la Eurocopa 2012 por la puerta de atrás. Todos miran hacia España, Alemania u Holanda, ¿pero Rusia? No, gracias. Se le apuesta a la "Furia roja" porque tiene alma, no importa que desesperen con su infinidad de pases, pero tienen la alegría que le falta a los rusos. Igual la fantástica Alemania, que llega un poco venida a menos por sus últimos resultados, pero tiene la fortaleza teutona reunida con la alegría del buen trato al balón, de los pases exquisitos de Özil y la pegada letal de Super Mario.

Los rusos, en cambio, son fríos, indiferentes, casi que juegan porque les toca y no porque lo sienten. No es que jueguen mal, simplemente no le ponen alma y por ello pocos creen en sus victorias. Pero Drik Advocast resumió en una frase lo que pueden llegar a ser: "Podemos ser los tapados". Y pareciera que fuera así por la goleada que le metieron a la República Checa en su debut. Pero a veces los números son engañosos, porque en algunos pasajes del partido tuvieron su bache y comprometieron una victoria fácil.

Pero no nos digamos mentiras, pese a su frialdad tiene jugadores que se sacan del sombrero instantes de buen fútbol que pagan la boleta de quienes quieren verla reverdeciendo laureles. Al fin y al cabo esta selección es un clon de la que brilló en Austria 2008 hasta que se encontró con España, su bestia negra, que la condenó a la eliminación.

La verdad, se esperaba más de la República checa que luego de la explosión del Muro, mostró que jamás había perdido su identidad y que deseaba ser protagonista en todo, incluso en el fútbol. Y vaya que le fue bien escribiendo los nuevos capítulos de su historia moderna. No extrañó que en este partido saliera como un vendaval, arrinconando durante los primeros minutos a una timorata Rusia que no acababa por meterse en el partido.

Pero no fue sino eso, pólvora de feria, destinada a brillar para anunciar los festejos ajenos. Rosicky se apagó y con su desaparición los checos perdieron el manejo del partido. Igual le pasó a Plasil y Jiracek que dejaron de recuperar balones y este medio campo vigoroso mostró fisuras y luego enormes grietas, ofreciendo en bandeja de plata a los ágiles rusos que luego del susto inicial recompusieron sus líneas y se fueron al campo contrario en busca de la victoria.

Mostraron el hambre y con dos bocados de aperitivo asaltaron la alacena de su rival. Como saetas, Arshavin y Dzagoev guiaron a su equipo a través de un campo que creían minado, pero que al final resultó ser un territorio amigable donde todo se podía hacer sin oposición. El propio Dzagoev y Shirokov marcaron a placer ante una desnutrida defensa, presa del espanto. Pudieron ser más, pero Arshavin no estuvo fino; guió pero no concretó.

Los checos, guerreros por naturaleza, se animaron un poco y con Pilar pusieron el marcador 2-1 y la ilusión de que cualquier cosa podía pasar en un juego donde los rusos, como acostumbran, se pusieron a dormir la siesta. Si Rosicky hubiera concretado una estupenda jugada, el empate se habría producido y la Madre Rusia habría visto asomarse la hecatombre. Pero Malafeev, recordando a Lev Yashin, fue por un momento gimnasta para quedarse con el balón. Aplausos.

Este aviso de que las cosas podían empeorar lo recibió Advocaat miró al banco y encontró la solución para apagar el incendio. Sacó a un agotado Kerzhakov y mandó al campo a Pavlyuchenko, un jugador que tiene lo que por estos lados se llama "jerarquía", es decir, crecerse en los momentos difíciles e inventarse jugadas que no pueden practicarse en estos seleccionados convocados a la carrera para un torneo corto.

Pavlyuchenko puso su cuota, y Arshavin la suya, para sumar dos goles a las cuentas finales del partido. Los checos bajaron la cabeza, pero Rusia no salió en hombros del Estadio. Ganó, sí, pero con dudas, aunque nunca se sabe, quizás, en la medida que rueda el balón confirmen en otros partidos que pueden ser el "gallo tapado" de esta Eurocopa, tan dispar y con su toque de racismo que se espera no pase de unos eventos aislados.
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RUSIA 4 - REPÚBLICA CHECA 1

RUSIA: Malafeev, Anyukov, Ignashevich, Zhirkov, Berezutski, Shirokov, Denisov, Zyryanov, Dzagoev (Kokorin, min.84), Arshavin y Kerzhakov (Pavlyuchenko, min.74).

REPUBLICA CHECA: Cech, Gebre Selassie, Hubník, Sivok, Kadlec; Rezek (Hubschman, min. 45), Rosicky, Plasil, Pilar; Jirácek (Petrzela, min.76) y Baros (Lafata, min.85).

GOLES: 1 - 0, min. 15, Dzagoev; 2 - 0, min. 24, Shirokov; 2 - 1, min. 51, Pilar; 3 - 1, min. 78, Dzagoev; 4 - 1, min. 84, Pavlyuchenko.

ARBITRO: Howard Webb (ING). Sin amonestados.

ESTADIO: Municipal de Wroclaw.