Falcao brilló ante un Millos descolorido (opinión)

Falcao brilló ante un Millos descolorido

por Heráclito

Curioso partido comenzando por la afición. No es usual que a los visitantes los aplaudan y a los de casa los chiflen. Esto debió extrañarles a los del Atlético cuya rabiosa hinchada ha permanecido fiel en medio de tantos sinsabores. Putean, se desgarran las vestiduras, insultan, pero apoyan siempre que van al Calderón a gozar o a sufrir. En El Campín fue diferente. Millos, el que lleva décadas decepcionando a sus seguidores, fue rechazado desde el comienzo.

Claro, hay que reconocer que la razón de los aplausos era porque en la cancha estaba Falcao, hoy por hoy el jugador colombiano de más éxito y un ídolo aquí y allá, pero los silbidos hacia los azules significan que las cosas no van bien, que si bien las finanzas del club son sanas, que hoy se convirtió en una empresa rentable luego de la época negra de los narcos y las pésimas administraciones, los resultados deportivos no van de la mano.

Por ello los hinchas azules aplaudieron el golazo de Falcao que mostraba no sólo sus estupendas cualidades sino a una zaga embajadora timorata, torpe, limitada. Pocos minutos en el campo y el Atlético no sólo se iba en ventaja sino que asfixiaba al equipo de casa con su presión constante, sus salidas rápidas, con poco manejo del balón. Su contraparte apenas llegaba a la mitad del campo.

La altura y la tranquilidad de saberse en ventaja, hicieron que los de Simeone bajaran el ritmo y le entregaran la iniciativa a los azules. Hasta ahí llegó el espectáculo. El Millos del campeonato no estaba para hacer milagros e hizo lo poco que podia hacer, ralentizar el partido, con jugadas predecibles, juego horizontal, eso de tengo la pelota y no sé que hacer con ella, aparte de que cuando intentaban algo, la defensa de los colchoneros ponía el tatequieto con orden y eficacia.

Un primer tiempo que se recordará por ese tercer minuto mágico del samario que lleva en el alma a Millos y por la oportunidad solitaria de Cosme que tuvo la oportunidad de empatar con un tiro desviado. Igual por las intenciones de Osorio que rompía por momentos la lentitud exasperante de su equipo y con salidas rápidas trataba de sorprender a los españoles. Pero una sola golondrina no hace verano.

No cambió el libreto en el segundo tiempo. Falcao anotó pero estaba en fuera de lugar y fue reemplazado a los cinco minutos por Pedro Martin y el Atlético volvió a lo suyo con un Diego que, como lo hace en la Liga española, se convirtió en el artista que ordena el equipo con sus pases que generan oportunidades, uno de los cuales le sirvió a Koke para anotar el segundo en la cuenta de los visitantes.

Millos dio más de lo del primer tiempo: lentitud, pobreza técnica, a veces ganas pero sin asocio colectivo, y se hubiera ido en blanco de no mediar una falta de Juanfran en el área que determinó el penalti. El cobro de Mayer Candelo lo despejó Sergio cayéndole a Matías Urbano que concretó el único gol de los capitalinos. Así terminó el partido, con un Atlético cansado y un Millos jugando a no cansarse.

Bien por Falcao que con su golazo pagó la entrada de los aficionados que no alcanzaron a llenar el estadio. Se fue el Atlético y quedó el Millos que en la limitada Liga colombiana no le alcanza siquiera para estar en los cuadrangulares finales.