El Barcelona perdona al Milan (crónicas del partido)

EL CAMP NOU DECIDIRÁ EL NUEVO SEMIFINALISTA DE LA LIGA DE CAMPEONES
El Milan no sufre daños

El árbitro no señaló dos posibles penaltis sobre Alexis y Puyol
Pésimo estado del terreno de juego de San Siro

PABLO EGEA 28/03/12 - 22:41.
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Ayudado por el estado del terreno de juego y por un gran Abbiati, el Milan aguantó a un Fútbol Club Barcelona que se topó con la barrera impuesta por Allegri en la frontal del área durante buena parte del choque. Aunque tras la reanudación el conjunto italiano consiguió presionar en el campo culé, lo cierto es que en pocos momentos mostró la intención de encarrilar la eliminatoria en su estadio y casi terminó festejando el 0-0 final.

Una vez olvidado el primer susto que les dio Robinho a los dos minutos de partido, el Barcelona comenzó a dar brillo a un balón que se movía una y otra vez de culé a culé. Los chicos de Guardiola jugaron a su antojo en San Siro y mientras el Milan había montado la muralla en la frontal del área, sólo el pésimo estado del terreno de juego complicaba las cosas a los azulgrana.

A pesar de jugar en casa, la táctica de Allegri parecía clara al colocar a Ibrahimovic en punta y a los nueve jugadores de campo restantes en la frontal del área como si de una defensa de balonmano se tratara. La muralla delante de Abbiati apenas se movía ante la circulación de balón de los Xavi, Iniesta, Messi y compañía, quienes encontraron los escasos huecos existentes pero se toparon con el ex portero del Atlético de Madrid.

Primero fue La Pulga el que probó al meta local con un disparo desde dentro del área que atajó el guardameta en dos tiempos y unos minutos fue Xavi el que se lamentó al ver que su chut tras una gran pared con Messi por el centro del ataque lo despejó el portero transalpino.

Con este planteamiento, el Milan se olvidó del balón y dejó su futuro en manos de una posible contra y en los pies de un Seedorf que sigue sumando años y clases de fútbol allá por donde va. El contrataque lo tuvo Ibrahimovic, pero Valdés le ganó el mano a mano para no dar la razón a los que apuestan por el Catenaccio.

Mientras los culés seguían buscando las cosquillas de los locales, el árbitro decidió no señalar penalti de Abbiati sobre Alexis Sánchez. El chileno se coló entre todas las piernas milanistas que salieron a su paso hasta que tras pisar el área pequeña, el meta tocó la pierna izquierda del atacante para mandarlo definitivamente al piso y abortar así la ocasión de gol de los visitantes.

En el segundo acto, el cuero siguió teñido de azulgrana, pero lo cierto es que el Milan se mostró algo más ambicioso que antes del descanso. Llegó al área de Valdés tímidamente, pero lo hizo, y quitó a los nueve hombres instalados delante de Abbiati para cruzar la divisoria con cierta frecuencia.

Ibra no pudo con sus ex compañeros

Ibrahimovic se topó una y otra vez con sus ex compañeros del Barcelona, especialmente con un acertado Piqué, cuando logró controlar el cuero en la zona de tres cuartos de campo y los hombres de la medular culé sólo pudieron ser frenados con la extrema dureza que emplearon en diversos momentos los milanistas.

Con el empate a cero en el marcador y sin demasiada presencia en las bandas, Guardiola trató de abrir el campo dando salida a Tello y Pedro. El primero entró por un Iniesta que se vio perjudicado por el estado del césped y el segundo por el chileno, quien estuvo muy activo en el primer acto pero algo desaparecido en el segundo.

Allegri contrarrestó las permutas de Pep con una presión en el campo del rival, obligando al Barcelona a crear peligro a balón parado y con cambios de juego desde atrás. Con un saque de esquina pudo marcar Puyol tras ser agarrado dentro del área y su cabezazo se marchó ligeramente desviado y tras una galopada junto a la línea de cal Tello terminó por toparse con Abbiati una vez superado Bonera.

Finalmente, en un choque muy táctico y en el que ninguno de los dos conjuntos logró aprovechar sus ocasiones de gol, será el Camp Nou el que decida el nuevo semifinalista de la presente edición de la Liga de Campeones, lugar donde si quiere estar el Milan, tendrá que ser más ambicioso con el riesgo de que el Barcelona les pueda hacer volver a la muralla.

Fuente: Marca

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EL TÉCNICO CREE QUE LA VUELTA SERÁ "TERRIBLE"
Guardiola: "¿Dos penaltis? No hablo"
"Para ser campeón de Europa hay que superar muchas cosas", asegura

Pep Guardiola, entrenador del Barcelona, cree que tras el resultado de empate sin goles "en el Camp Nou será un partido terrible, necesitamos que la gente nos eche una mano. ¿Dos penaltis? No hablo".

El entrenador del Barça lamentó el mal estado del césped de San Siro y pidió la ayuda de la afición azulgrana para el partido de vuelta en el Camp Nou. "Ha tenido mucho mérito poder o intentar jugar al fútbol aquí".

"Las veces que hemos venido aquí, siempre nos ha costado mucho jugar, pero para llegar a semifinales hay que ganar un partido". Guardiola cree que será fundamental el apoyo del público en el Camp Nou: "Esperamos que la gente nos eche una mano".

El técnico azulgrana ha considerado que el hecho de que el Milan esté satisfecho del empate es "el mejor elogio", aunque ha reconocido que el partido de vuelta "será terrible".

"No se sentencia nunca una eliminatoria en un partido de ida. Pero estando como estaba este campo, chutar 17 veces tiene mucho valor. El Milan está satisfecho de este resultado y es el mejor elogio que nos puede dar. Tiene siete copas de Europa y les hemos jugado de tú a tú", ha explicado en rueda de prensa.

"Los precedentes en el fútbol no sirven", ha aseverado sobre el 2-2 que el equipo italiano logró sacar del Camp Nou en la fase de grupos. "Sabemos que será un partido terrible, tienen mucha calidad, defienden bien y ponen siete jugadores en el área pequeña. Pero nuestra gente debe darnos un empujón".

"Es lo que hay. Racionalizando todo podemos decir que hemos merecido algún gol. Hemos tenido ocasiones, mucho control y ocasiones, pero el campo deslizaba, estaba muy peligroso", ha resaltado.

"Alguna cosa se tiene que hacer. Nosotros nos adaptamos a todo, venimos y jugamos. Es un problema para el espectáculo. Un campo en estas condiciones es difícil. Pero para ser campeón debes superar todas las pruebas. Por eso las hemos superado tantas veces y lo seguiremos haciendo", ha aseverado.

Y, aunque se ha negado a valorar los posibles penaltis de los que ha sido objeto su equipo, ha destacado que si no ha pitado penalti "es porque el árbitro no lo ha visto. No pasa nada. Para ser campeón de Europa hay que superar muchas cosas", ha reiterado. "Lo que hay que haces es hacerlo mejor, no queda otro camino"

Fuente: Marca

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Un señor partido en San Siro
A falta de los goles de Messi e Ibrahimovic, resaltó el cierre del Milán y la construcción del Barça

RAMON BESA Milán 28 MAR 201

Ninguna competición tiene el dramatismo de la Copa de Europa, sobre todo cuando se baten equipos como el Milan y el Barcelona, anoche especialmente intensos y honestos, poderosos cada uno en lo suyo, admirados por la hinchada del mítico San Siro. A veces, como ayer, no son necesarios los goles para que un partido sea solemne. Aprende el Milan, cada partido más serio, inteligente y competitivo, dispuesto a ser protagonista también de la Champions, y mantiene su buen tono futbolístico el Barcelona, al que como de costumbre le faltó acabar las jugadas para coronar su actuación. Llegada la primavera, las fuerzas se han igualado desde noviembre, como bien se apreció en una contienda muy exigente, de un gran desgaste y una tremenda tensión psicológica.

La eliminatoria queda muy abierta para el partido de vuelta en el Camp Nou, y peligrosa para el Barcelona, un equipo tan espectacular en el entrejuego como excesivamente chato ante la portería cuando no marca Messi. Y en San Siro La Pulga apenas pudo tirar a la portería de Abbiati. No le alcanzó al Barça con la calma y la pausa de Iniesta y Xavi de la misma manera que Ibrahimovic tampoco pudo con Valdés. La calidad física y táctica del Milan pesó tanto a fin de cuentas como la técnica del Barcelona. Los dos equipos acabaron exhaustos, derrengados por el esfuerzo, síntoma del interés que pusieron por ganar la contienda. No hubo delantero que pudiera con la seriedad de los defensas, solventes en los dos bandos, después de un choque de palabras mayores.

Al Barça le costó entrar en juego en San Siro. Descolocado y destensado, concedió una ocasión clamorosa a Robinho nada más empezar el partido, después de un error monumental de Busquets en la salida del balón. No atinó el brasileño. Mal orientados, resbalaban los azulgrana en la cancha y no había manera que controlaran el balón, que iba y venía, a gusto del Milan. Aunque las arrancadas de Messi mantenían a raya a la zaga italiana, al Barcelona le costaba perfilarse por las bandas, sobre todo por la izquierda, en la que se alineaban sorprendentemente dos diestros y un zurdo: Puyol, Iniesta y también Keita, un clásico contra el Milan, titular en detrimento de Cesc, un futbolista que ha perdido llegada y gol como interior.

La prisa del Milan contagió inicialmente al Barcelona, que de nuevo se veía obligado a jugar un encuentro parecido al de la fase de clasificación, presidido por el vértigo y las llegadas a las dos áreas, también a la de Valdés. Poco a poco, sin embargo, los azulgrana fueron ganando campo y tiempo, sobre todo por la capacidad de asociarse de los volantes y de Messi. Y, pasada la media hora, el rondo del Barça acampó en cancha del Milan. Penalizados por la ausencia del central Thiago Silva, los rossoneri eran, además, especialmente permeables en la medular, así que optaron por juntarse ante Abbiatti y, muy atentos, aguardaron a que se desquiciara o condenara el Barcelona. Nunca necesitaron elaborar el juego para llegar hasta Ibrahimovic.

A cada triangulación barcelonista respondían los italianos de vez en cuando con una transición o una descarga para Abracadabra. El Milan se disparaba cada vez que perdía la pelota el Barça. Valdés, por ejemplo, achicó a Ibrahimovic en un mano a mano que hipnotizó San Siro. Las jugadas episódicas daban fe de la peligrosidad italiana mientras los azulgrana se abanicaban en largas posesiones, tan pacientes y bellas como estériles, a veces por el exceso de retórica o falta de tiro y en ocasiones por la intervención de la zaga local. La pelota nunca encontraba la portería. Aunque la intención azulgrana era muy buena, le faltaba precisión y malicia. Nunca fue un equipo contundente ni tuvo un 9 clásico para embocar a la red.

Excelente en el desequilibrio, el Barça no supo acabar las jugadas cuando tuvo el encuentro de su parte, excesivamente centrifugado en su juego, poco abierto a los flancos, una suerte para el Milan, atento defensivamente, consciente de que su suerte pasaba por no cometer ningún fallo en su área y aprovechar la fiereza de sus delanteros en la contraria. El encuentro se fue complicando para los azulgrana, que perdieron profundidad, control y desborde, y a cambio fueron más apretados defensivamente por el Milan, refrescado por los cambios de Allegri, a menudo mejor con el balón incluso que el Barcelona. Guardiola respondió con una sustitución inesperada: retiró a Iniesta y se encomendó a la velocidad de Tello.

El encuentro se equilibró y ganó en incertidumbre, circunstancia que avala la perseverancia y convicción del Milan en el laboro de Allegri. El intercambio de golpes al que se vio sometido nunca fue la suerte preferida del Barcelona. Los italianos dejaron a cero a los azulgrana, mejores en la confección que en el remate, sobre todo si se cuenta que sus ocasiones fueron escasas. A los azulgrana les faltan delanteros con gol cuando no patea Messi. A cambio, han ganado consistencia en su área y ante el Milan no solo fueron capaces de aislar a Ibrahimovic, sino que también dejaron a cero al Milan. El partido parecía diseñado para el duelo de dos grandes individualidades, y al final resultó un encuentro estupendo desde el punto de vista colectivo y de los dos equipos.

Aunque el campo no ayudó por el mal estado del césped y el árbitro no quiso saber nada de cuanto ocurrió en el área de Abbiati, si el Barcelona se quedó por vez primera sin marcar después de 29 partidos consecutivos, también fue por mérito de un generoso Milan.

Fuente: El País