El nombramiento de Bolillo depende del Presidente Santos

HABLEMOS CLARO

Guiño presidencial

Por: Iván Mejía Álvarez

La mayoría de los integrantes del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol reengancharía mañana mismo a Hernán Darío Gómez como director técnico nacional en lugar de Leonel Álvarez.

Dicen ellos, la mayoría del Comité con quienes este periodista ha dialogado, que Gómez es la única alternativa viable que tienen para intentar reconducir una complicada situación en la tabla en ese proyecto de asistir a Brasil 2014. Esos mismos miembros de la Fedefútbol tienen absolutamente claro que Leonel no tiene la química, la empatía, el bagaje necesario para sacar adelante la tarea.

Quedaron absolutamente decepcionados con los resultados y más aún con los procedimientos de Leonel, autista, solitario, caprichoso, necio, que no dejó nunca que le colaboraran y que se creyó, tras el triunfo en Bolivia, tocado por la varita de la verdad revelada.

También está claro que el tema de un conductor extranjero está completamente descartado. Han llegado muchas hojas de vida, ninguna convence, la mayoría son bucaneros a los que les falta el parche en el ojo pero tienen el lorito y el tufo a ron. Además, Bedoya & Cia. no tienen la menor intención de entregarle la caja de caudales a un foráneo. Ya no lo hicieron con Bielsa, Peckerman y Martino, mucho menos lo van a hacer ahora. Siguen pensando que ese billete es más importante en los bancos suizos que en la masificación y proyección del fútbol colombiano. Pregúntenle a González Alzate, que con dos espejitos, cuatro baloncitos en canje y tres entradas para ver a la selección en Barranquilla compra conciencias y elude procesos éticos sobre su gestión en la Difútbol.

La misión de poner el tema del técnico en el congelador se ha cumplido a la perfección. Un mes después de los malos resultados ante Venezuela y Argentina, el público está pendiente hoy de las inundaciones y la Navidad, las finales y las fiestas de fin de año. La selección le importa un pito a la dirigencia, el periodismo y la afición.

Entonces, ¿por qué no nombran a Hernán Darío si están tan seguros de que esa es la única solución? Por temor a Juan Manuel y su reacción. Si no hubiera sido por el pronunciamiento directo del presidente, y la absoluta torpeza mental en su afán de protagonismo de González Alzate, Gómez todavía sería hoy el técnico nacional.

La dirigencia espera una señita presidencial para hacerle ver que confían en restablecer el derrotero del proyecto pero que necesitan a Bolillo. Ellos le van a pedir un guiño, con perdón y olvido, para Gómez. Si Petro es hoy alcalde de Bogotá, dicen ellos...

Aló presidente, ¿los escucha?

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