Sasha Grey, el cerebro del sexo De actriz porno a próxima estrella de la literatura erótica.

PEDROELGRANDE · 20-11-2013 , 11:51:32

Sorprendente historia y carrera en el mundo del porno....!!!!
Sasha Grey, el cerebro del sexo

De actriz porno a próxima estrella de la literatura erótica. Con 25 años, el camino de Sasha Grey es realmente sorprendente.

Por Íñigo López Palacios / Fotos: Antón Goiri

Sasha Grey, el cerebro del sexo
Cuando rodaste tu última escena porno, ¿sabías que era la última?
No. Trabajaba para mi propia productora y se fue a la mierda. Entonces pensé que era el momento de dejarlo.
¿Qué edad tenías?
21 años.
Qué rápida vas, joder.
Ya. Eso dice mi tío: “Eres una cabrona, te has retirado con 21”. Y no, no es verdad. Sólo he dejado el porno. No es que esté en el puto Hawai tomando putos Mai-tais, que, por cierto, no me gustan nada.
Suelta una carcajada Sasha Grey. Desde luego que no está retirada. Son las 12 de la mañana y ya lleva dos entrevistas y dos sesiones de fotos. Llegó a Madrid hace 36 horas desde Los Ángeles y arrastra aún el jet lag del vuelo oceánico. A primera hora de la mañana siguiente volará a otro destino.

Es un largo camino desde su primera aparición en pantalla. Fue en The fashionistas safado (2006), una superproducción en términos de cine para adultos. El filme mezclaba la estética fetichista (mucho látex, mucho vinilo, mucho corsé) con el espíritu agresivo del porno gonzo. El sexo agresivo, casi un combate por la dominación. Pies que pisan caras para penetraciones que son directamente empalamientos. Mujeres que reciben eso con gozo, porque no ven humillación sino que celebran la pasión animal que despiertan en sus partenaires masculinos. O femeninos. Las escenas lésbicas son tan furiosas como las heterosexuales. Romanticismo cero, la sublimación del sexo puro como una función fisiológica desprovista de cualquier contexto que lo justifique. El gonzo es lo más extremo a lo que puede llegar el sexo explícito. O casi. [En la imagen, Sasha recogiendo el galardón a la mejor escena de sexo oral en la edición de 2010 de los AVN Awards (importantes premios de la industria del porno de los que Grey ganó siete].
En aquella primera escena participaban 16 personas. Como buena superproducción habían conseguido un reparto espectacular con las estrellas del género. Estaban Jenna Haze y Belladonna, la estadounidense que parece capaz de hacer absolutamente cualquier cosa y disfrutarlo (entre sus miles de escenas hay algunas cuando estaba embarazada y una que incluye un bate de béisbol que pasarán a los anales de lo radical). También participaba el español Nacho Vidal y su maestro, Rocco La Roca Siffredi, el más famoso actor de su generación. El italiano es una bestia del sexo concebido como disciplina olímpica, que ha puesto del revés a prácticamente el cien por cien de las starlettes de la industria de las últimas dos décadas. Generalmente, las pobres debutantes que se atreven a enfrentarse a él terminan por no saber exactamente qué les ha pasado.
Él fue la pareja de Sasha en su debut. Se lo comió. Literal y metafóricamente. Cuentan que en un momento ella le pidió que le diera un puñetazo en el estómago. Y con eso consiguió pillar completamente desprevenido a Siffredi. Sasha Grey tenía 18 años recién cumplidos.
“La verdad es que fue el mejor comienzo posible. Imagínate que debuto en una escena de pareja. Con todo el mundo pendiente sólo de mí. Hubiera sido mucho más duro”, dice en Madrid durante su encuentro con ROLLING STONE. “Además, días antes rodamos en Las Vegas las escenas que no incluían sexo, y todos fueron muy amables” continúa Sasha. “No fue llegar al plató y ponerme a ello el primer día”.

"SER CATÓLICA MARCA. AQUÍ EN ESPAÑA LO SABÉIS BIEN: ESA IMAGEN DE DIOS COMO UNA IDENTIDAD QUE LO VE TODO, ESA FALTA DE INTIMIDAD..."

Han pasado siete años desde ese momento. Sasha Grey es ahora una mujer de 25 con un aplomo que impresiona. Cuando lo comentas con alguien, lo más habitual es encontrarte con una sonrisa picarona y una respuesta del tipo “si tú hubieras hecho lo que ella ha hecho, todo te parecería también fácil”. Pero la realidad es que cada semana debutan en el porno decenas, si no cientos, de chicas. Y vale que Sasha es bellísima y que está dispuesta a todo, pero hay muchas más guapas y con la misma disposición que ella.
Ninguna antes, desde que el porno es una industria, ha conseguido lo que ella: una carrera más allá de ser la estrella del cine X más conocida del último decenio.
Empezó en 2009 con una película de Steven Soderbergh, ganador de un Oscar, The girlfriend experience, donde tenía un papel protagonista, que The New York Times señaló como lo más interesante de la producción. Ahora, tiene otra aún por estrenar, Open windows, de Nacho Vigalondo, en la que comparte protagonismo con Elijah Wood. También debutó a lo grande en la pantalla chica. Fue estrella indiscutible en una de las series de televisión más importantes de los últimos años, El séquito. Se interpretaba a ella misma. “No exactamente, la Sasha que aparece allí es una perra, una perra encantadora, pero perra al fin y al cabo”. Publicó un libro de fotografías, con Vice, y ha hecho campañas de publicidad para American Apparel, en una jugada magistral que la convirtió en reina del postureo, al asociarse con las dos marcas gonzo tolerables para los hipsters.
De hecho, ella fue la iniciadora del Hipster porn. Chicas con aspecto de modelos sacadas de una de esas fotos quemadas características de Terry Richardson y alejadas del estereotipo de Playboy –aunque Sasha Grey fue portada de Playboy–. En su estela han surgido actrices como April O’Neil, quien se dejó fotografiar en el festival de Coachella; o Jessie Andrews, vendedora en una tienda de la marca American Apparel. “Son chicas listas. Y espero que no se lo pongan tan difícil como a mí. He tenido que lidiar con muchas cosas”, cuenta. “Cada uno de mis actos ha sido diseccionado. Recuerdo cuando un periodista me vio andar de puntillas. Odio tener los pies sucios. Es una fobia. Y el tío escribió: ‘La misma persona que chupa váteres no es capaz de soportar un suelo sucio’. Joder, ¿qué tienes? ¿13 años? ¿Eso es todo lo que se te ocurre? Me volví desconfiada, pero es que me dieron muy fuerte, y muchas veces”.
Sasha Grey (tomó su nombre artístico de Sacha Konietzko, líder del grupo alemán KMFDM, música industrial sin concesiones), confirmó su hipsterismo con la publicación de tres discos de música con una banda de música electrónica industrial, aTelecine, que en su versión vinilo se cotizan a 100 euros el ejemplar. De paso, apareció en vídeos de The Roots y Smashing Pumpkins y, por fin, participó en la grabación del último disco de Throbbing Gristle, el grupo británico que, asegura, fue su inspiración para convertirse en lo que hoy es. “Se me ha interpretado mal cuando he dicho que todo me da igual. No me refería a que no piense las cosas, no hay más que ver lo que he hecho hasta ahora para darse cuenta de que decir que no medito mis pasos es una estupidez. Lo que sí es cierto es que no me importan las opiniones de la gente. Eso fue lo que aprendí de Throbbing Gristle: ellos eran una rareza, todo el mundo les odiaba. Al principio se consideraba que lo que hacían era una mierda, eran unos marginados. Pero eso no hizo que ellos cambiaran. Siguieron su camino. Y al final se les reconoció como lo que son: creadores que han abierto rutas”, dice. “Cuando empiezas en el porno, tienes que acostumbrarte a que mucha gente va a pensar que eres una puta, y a que eso no te afecte. No te puedes permitir ser frágil mentalmente”.
Entre los componentes de la banda británica hay un nombre especialmente grande para ella: Cosey Fanni Tutti. Además de músico, ella fue performancer y actriz porno. “No me gusta mitificar a nadie”, dice, “pero desde luego fue alguien en quien me fijé. Terminar trabajando con ella ha sido muy bonito”.
Grey visita España para promocionar su última jugada maestra. La publicación de una novela erótica, La sociedad Juliette, que se editará en 25 países. De hecho, en Reino Unido va por la tercera edición en tres meses, y en España se acaba de lanzar en una tirada de 75.000 ejemplares, asegura su editorial española.
Ante la cara de pasmo que se le queda a uno cuando escucha este dato, (cifras equivalentes a un Dan Brown o un John Grisham), la encargada de prensa dice, sin que le tiemble la voz, que el objetivo es que se convierta en la nueva ‘50 sombras de Grey’. Sí, la novela que ha revolucionado el concepto de libros para leer con una sola mano, gracias al crossover soñado: hacerlo atractivo para las mujeres. Porque si el sexo es una de las formas de conexión entre ambos géneros, la industria del sexo ha estado y está dirigida, principalmente, por y para los hombres. Conseguir introducir a las mujeres en el género es doblar la audiencia. A cualquier responsable de marketing se le saltan las lágrimas sólo de pensar en semejante posibilidad. Eso es lo que se espera de esta novela. Nada menos.

"EL PORNO EN ESTADOS UNIDOS NO ES UNA INDUSTRIA QUE NOS EXPLOTE. ES LA ÚNICA RAMA DEL CINE DONDE LAS MUJERES COBRAN MÁS QUE LOS HOMBRES"
No es que La sociedad Juliette sea un gran libro, la verdad. Está escrito como un guión de película erótica. Gráfico y explícito. Haciendo el experimento de abrirlo al azar, uno se encuentra con párrafos como éste: “Me agacho y lentamente me acomodo en su polla. Y tengo el coño tan mojado que se desliza hasta el fondo, hasta la base, y ahora me toca a mí hacerlo gemir”. Al igual que gran parte de la “literatura” erótica está escrito en primera persona por una mujer, que es lo que más morbo da a un hombre.
Pero tampoco es que 50 sombras de Grey fuera alta literatura, y ya ven donde ha llegado.
El nombre de Juliette está extraído de una de las novelas del padre del género, el marqués de Sade. Al parecer, la toma de la Bastilla, ese momento que marca el comienzo de la Revolución Francesa y, por lo tanto, las bases de la democracia en Europa, no fue tan heroico. Sólo había unos pocos presos dentro, y uno era el marqués, demasiado libertino hasta para la decadente corte del Rey Sol y condenado por obscenidad. Por cierto, la República no tardó mucho en volver a encarcelarlo por el mismo motivo.
La protagonista de su libro Justine, o los infortunios de la virtud es una pobre desgraciada que se va encontrando con personajes a cada cual más perversos que la someten a todo tipo de sádicas vejaciones sexuales. Juliette es su hermana, la cara opuesta de Justine, la mujer que usa el sexo como un arma definitiva, autoconsciente, inteligente y perversa. “Lo que me gusta de Juliette es que da la vuelta al tópico. Ella no es una víctima. Cuando la gente piensa en el porno, lo ve como una industria que explota a las mujeres, que las veja y las usa como carne. Y, al menos en Estados Unidos, es todo lo contrario. Es la única rama del cine donde las mujeres cobran más que los hombres, la mayoría de las agencias las llevan mujeres. No es una mafia. Les dices lo que estás dispuesta a hacer y ellas te buscan dónde encajas. Nadie se atrevería a obligarte a hacer algo que no quieras. Nadie se plantearía hacer daño a una actriz. Las únicas que se lo hacen son ellas mismas, porque muchas no tienen ni idea de donde se meten. Bailarinas de topless que creen que es lo mismo y que van a vivir como estrellas del rock. Y no entienden que es un negocio. Que tienes que cuidar tu cuerpo. Por eso terminan abandonando la industria y convirtiéndose en cristianas renacidas, o lo que sea, hablando de explotación y humillación. No es cierto”, cuenta.
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En un rincón del hotel, Sasha Grey habla de su pasado con la naturalidad y la claridad con la que habla de casi todo. El único momento en el que da un poco de reparo escucharla es cuando hace name-dropping como para demostrar lo culta que es, y queda al descubierto que es una nerd clásica, con ese empacho de lecturas desordenadas y de discos escuchados a toda prisa, que todo adolescente curioso que se ha educado de una forma autodidacta muestra. Mete a Oscar Wilde y a François Truffaut en la conversación sin venir a cuento, pero a cambio muestra una pasión real por lo que desconoce. Si le dices que uno de los mejores conciertos de este año en Madrid ha sido el de Cut Hands, nuevo proyecto de uno de los miembros de White House, sabe perfectamente que era un grupo de electrónica industrial y se abalanza sobre su móvil para apuntar el nombre con la golosura que demostraría un melenudo con acné. Lo que hay que explicar a los escépticos es que si Sasha Grey ha conseguido lo que ninguna otra es porque además de cuerpo, tiene cerebro. Y lo usa. Una amiga periodista asegura que lo que la hace diferente es que ha sido capaz de trasladar el cerebro a la entrepierna y de convertir su cabeza en un órgano sexual.
La sociedad Juliette no es, según ella, autobiográfica, sino basada en hechos reales. “Basé a la protagonista en mí misma cuando yo tenía 18 años. Una estudiante con un novio al que amaba, pero que no le prestaba la atención que debía. Y, como ella, sabía que dentro tenía algo que me empujaba a ponerme al límite. Ella lo encuentra en esta sociedad imaginaria de hombres ricos obsesionados por el sexo. Yo lo encontré en el cine para adultos. Desde entonces, he conocido a mucha gente fascinante. Son esas personas las que están en el libro”.

"LLAMAN A TU PUERTA Y TE ENCUENTRAS CON UN TÍO QUE HA VIAJADO DESDE OTRO PAÍS PARA VERTE. DEJÉ EL PORNO A LOS 21 PERO ESTAS COSAS SIGUEN PASANDO"

Asegura a ROLLING STONE que lo único que echa de menos de sus tiempos en la eufemísticamente denominada “industria del cine para adultos” son los horarios. “Era un poco como estar en la oficina. Una escena rara vez ocupa más de tres horas. Me ha costado un año terminar la novela. Ahora, no tengo nada que se pueda denominar ‘un día normal’. Estoy tan ocupada que desayuno mientras paseo a mi perro”.
Aun con el jet lag es tan sexy como parece. Si no se fían de mi palabra les diré que una de las periodistas, chica, que habló con ella, me mandó un mensaje que decía lo siguiente: “Tiene un rollo increíble. Al cuarto de hora de hablar con ella, yo estaba totalmente empapada”. En esa liga jugamos, damas y caballeros.
Grey presentando su libro 'La sociedad Juliette' en Madrid, el pasado 26 de junio
Su capacidad de despertar la libido de todo lo que respira no es algo que le pille desprevenida. Lo que sí arrastra es una legión de fans fatales que le hacen ser desconfiada y precavida. Cuando viaja, intenta mantener oculto el lugar en el que duerme. “Da un poco de miedo. Llaman a tu puerta y te encuentras con un tío que ha viajado desde otro país solo para verte. Pensaba que con el tiempo dejaría de pasar, pero no lo parece”, revela.
Comparte la americana con la protagonista de su libro, Catherine, otras cosas aparte de una acuciante curiosidad por el sexo extremo. Ambas son jóvenes católicas de clase media-baja. Antes de ser Sasha Grey, era Marina Ann Hantzis, nacida en la ciudad californiana de North Highlands, Estados Unidos. Se educó en el seno de una familia obrera de origen griego en Sacramento, California, donde su madre trabajaba para el estado; su padre era mecánico. Sus padres se divorciaron cuando tenía 5 años. “Ser católica marca. En España lo sabéis. Esa imagen de Dios como una entidad que lo ve todo. Esa, por decirlo así, falta de intimidad, hace que te crees una personalidad que lucha contra lo que te han enseñado. Mi familia no muy practicante, me ha apoyado. Lo más parecido a un consejo que me dio mi hermano fue: ‘Los chicos te dirán que te aman para follarte”, cuenta. “Me encanta Europa, el año pasado estuve aquí más tiempo que en EE UU. En España sabéis que el trabajo es importante, pero no lo construís todo alrededor de eso. Tenéis una visión muy… mojigata del porno. Por supuesto que no es lo que mis padres pensaban que haría, pero no lo ven como si fuera una drogadicta. Mi madre lo pasó peor. Busqué en el porno vivir la sexualidad que experimenta un hombre sin que se les llame putas”.
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Trabajó de camarera para ahorrar y mudarse a Los Ángeles. Es lo que llama “la etapa de investigación”. “Antes de entrar en el porno, me informé. Los controles sanitarios; los contratos y los salarios. Contacté con las chicas vía MySpace y les pregunté las cosas que no sabía. Me mentalicé”.
¿Te plantaste delante de una agente en Los Ángeles y le dijiste: ‘Hola, acabo de cumplir 18 años y quiero dedicarme al porno’?
Sí, fue casi exactamente así.
¿Y no flipó?

PEDROELGRANDE · 20-11-2013 , 18:19:43

SlayerSlave · 21-11-2013 , 11:36:40

esta hpta es super interesante,,,, aunque esta mas traginada :s

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