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Discusiones Generales » Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy-Participa en el tema Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- en el foro Discusiones Generales. |
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Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy-
Calificación: de
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No Calculado | #1.5 |
SponSor | Re: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- |
25-04-2011 , 12:00:35 | #2 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- Acorde clásico Nace de nadie el ritmo, lo echan desnudo y llorando como el mar, lo mecen las estrellas, se adelgaza para pasar por el latido precioso de la sangre, fluye, fulgura en el mármol de las muchachas, sube en la majestad de los templos, arde en el número aciago de las agujas, dice noviembre detrás de las cortinas, parpadea en esta página. Al silencio Oh voz, única voz: todo el hueco del mar, todo el hueco del mar no bastaría, todo el hueco del cielo, toda la cavidad de la hermosura no bastaría para contenerte, y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera oh majestad, tú nunca, tú nunca cesarías de estar en todas partes, porque te sobra el tiempo y el ser, única voz, porque estás y no estás, y casi eres mi Dios, y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro. Asma es amor A Hilda, mi centaura Más que por la A de amor estoy por la A de asma, y me ahogo de tu no aire, ábreme alta mía única anclada ahí, no es bueno el avión de palo en el que yaces con vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro de las que ya no estás, tu esbeltez ya no está, tus grandes pies hermosos, tu espinazo de yegua de Faraón, y es tan difícil este resuello, tú me entiendes: asma es amor. Baudeleriana Astucias que le son y astucias que no le son dijera Ovidio: los tacones le son, ojalá altos, lo bestial visible, los pezones, no importa lo exiguo del formato, el beso bien pintado, parisino el aroma, azulosos sin exceso los párpados, sigiloso el zarpazo drogo y longilíneo de su altivez, visionario el fulgor, especialmente eso, visionario el fulgor. Y claro, áureos los centímetros ciento setenta del encanto del tobillo a las hebras torrenciales del pelo. -"Piénsese irrumpe entonces a esa altura Borges con asfixia, ¿quién sino el Aleph pudiera entera esquiza y bestia así olfatear, besarla en el hocico, durarla, perdurarla en su enigma, airearla, mancharla por lo hondo hasta serla, al galope tendido del tedio? ¿Quién, especialmente eso, la hartara?" Especialmente nada, muchachos, ¡videntes de otra edad! ¡Borges, Publio Ovidio!, nada: lo cierto es que no hay nada, salvo cada 28, sangre de parir y ese es el juego. De ahí vinimos viniendo los poetas malheridos aullando mujer, gimiendo hermosura, Eternidad que no se ve: especialmente eso, muchachos, que no se ve. París, Noviembre 2003 |
25-04-2011 , 12:01:16 | #3 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- Carbón Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir mi Lebú en dos mitades de fragancia, lo escucho, lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces, cuando el viento y la lluvia me mecían, lo siento como una arteria más entre mis sienes y mi almohada. Es él. Está lloviendo. Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor a caballo mojado. Es Juan Antonio Rojas sobre un caballo atravesando un río. No hay novedad. La noche torrencial se derrumba como mina inundada, y un rayo la estremece. Madre, ya va a llegar: abramos el portón, dame esa luz, yo quiero recibirlo antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino para que se reponga, y me estreche en un beso, y me clave las púas de su barba. Ahí viene el hombre, ahí viene embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso contra la explotación, muerto de hambre, allí viene debajo de su poncho de Castilla. Ah, minero inmortal, ésta es tu casa de roble, que tú mismo construiste. Adelante: te he venido a esperar, yo soy el séptimo de tus hijos. No importa que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años, que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto, porque tú y ella estáis multiplicados. No importa que la noche nos haya sido negra por igual a los dos. -Pasa, no estés ahí mirándome, sin verme, debajo de la lluvia. |
25-04-2011 , 12:01:50 | #4 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- Carmen Cárminis -Favor, dónde se fabrican por aquí versos con hélade y lujuria para que vibren transparentes? -Dos casas más allá pasado ese hueco donde se ve ese otro hueco de aire con dalias originales de entonces, ahí justo a la izquierda doblando detrás del puente del que no queda vestigio, ahí mismo a un metro hay una carpintería etrusca: de ahí -arterias y mármol, alta, los pies desnudos- salió la muchacha hace tres mil, que no ha muerto. Eso me lo dijo personalmente a mí Catulo en Sirmione el 95, Garda sul Lago. Carta del suicida Juro que esta mujer me ha partido los sesos, Por que ella sale y entra como una bala loca, Y abre mis parietales y nunca cicatriza, Así sople el verano o el invierno, Así viva feliz sentado sobre el triunfo Y el estomago lleno, como un cóndor saciado, Así padezca el látigo del hambre, así me acueste O me levante, y me hunda de cabeza en el día Como una piedra bajo la corriente cambiante. Así toque mi citara para engañarme, así Se habrá una puerta y entren diez mujeres desnudas, Marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen Unas sobre otras hasta consumirse. Juro que ella perdura porque ella sale y entra Como una bala loca, Me sigue a donde voy y me sirve de hada. Carta para volvernos a ver Escrita en el mar, el 25-X-58, entre las 2 y las 5 de la mañana, a bordo del "Laennec", Navifrance, por la ruta del Atlántico norte. No publicada hasta la fecha. Lo feo fue quererte, mi Fea, conociendo cuánta víbora era tu sangre, lo monstruoso fue oler amor debajo de tu olorcillo a hiena, y olvidar que eras bestia, y no a besos sino a cruel mordedura te hubiera, en pocos meses, lo vicioso y confuso descuerado, y te hubiera en la mujer más bella ¡por Safo! convertido. Porque, vistas las cosas desde el mar, en el frío de la noche oceánica y encima de este barco de lujo, con mujeres francesas y espumosas, y mucha danza, y todo, no hay ninguna cuyo animal, oh Equívoca, tenga más desenfreno en su fulgor antes de ti, después de ti. No hay ojos verdes que se parezcan tanto a la ignominia. Ignominia es tu sangre, Burguesilla: lo turbio que te azota por dentro, remolino viscoso de miedo y de lujuria, corrupción de todo lo materno que es la mujer. ¡Acuérdate, Malparida, de aquella pesadilla! No hay trampa que te valga cuando tiritas y entras al gran baile del muro donde se te aparecen de golpe los pedazos de la muerte. No te perdono, entiéndeme, porque no me perdono, porque el mar -por hermoso que sea- no perdona al cadáver: lo rechaza y lo arroja como inútil estiércol. Muerta estás y aun entonces, cuando dormí contigo, dormí con una máquina de parir muertos. Nadie podrá lavar mi boca sino el áspero océano, Mujer y No-mujer, de tu beso vicioso. Lástima de hermosura. Si hoy te falta de madre justo lo que te sobra de ramera y de sábana en sábana, desnuda, vas riendo y sin embargo empiezas a llorar en lo oscuro cuando no te oye nadie, es posible, es posible que descubras tu estrella por el viejo ejercicio del amor, es posible que tanta espuma inútil pierda su liviandad, se integre en la corriente, vuelva al coro del Ritmo. Tal vez el largo oleaje de esta carta te aburra, todo este aire solemne, pero el Ritmo ha de ser océano profundo que al hombre y la mujer amarra y desamarra nadie sabe por qué y, es curioso, yo mismo no sé por qué te escribo con esta mano, y toco tu rara desnudez terrible todavía. No hablemos ya de mayo ni de junio, ni hablemos del gran mes, mi Amorosa, que construyó en diamante tu figura de amada y sobreamada, por encima del cielo, en el volcán de aquel Chillán de Chile que vivimos los dos, y eternizamos, silenciosos, seguros de ser uno en el vuelo. No. Bajemos de ahí, mi Sangrienta, y entremos al agosto mortuorio: crucemos los horribles pasadizos de tus vacilaciones, volvamos al teléfono que aún estará sonando. Volemos en aviones a salvar los restos de Algo, de Alguien que va a morir, mi Dios, descuartizado. Digamos bien las cosas. No es justo que metamos a ningún Dios en esto. Cínicos y quirúrgicos, los dos, los dos mentimos. Tú, la más Partidaria de la Verdad, negaste la vida hasta sangrar contra la Especie (¿Es mucho cinco mil cuatrocientas criaturas por hora...?) Los dos, los dos cortamos las primeras, las finas raíces sigilosas del que quiso venir a vemos, y a besamos, y a juntamos en uno. Miro el abismo al fondo de este espejo quebrado, me adelanto a lo efímero de tus días rientes y otra vez no eres nada sino un color difícil de mujer vuelta al polvo de la vejez. Adiós. Hueca irás. Vivirás de lo que fuiste un día quemada por el rayo del vidente. Mortal contradictorio: cierro esta carta aquí, este jueves atlántico, sin Júpiter ni estrella. No estás. No estoy. No estamos. Somos, y nada más. Y océano, y océano, y únicamente océano. |
25-04-2011 , 12:02:26 | #5 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- Celia 1 Y nada de lágrimas; esta mujer que cierran hoy en su transparencia, ésta que guardan en la litera ciega del muro de cemento, como loca encadenada al catre cruel en el dormitorio sin aire, sin barquero ni barca, entre desconocidos sin rostro, ésta es únicamente la Única que nos tuvo a todos en el cielo de su preñez. Alabado sea su vientre. 2 Y nada, nada más; que me parió y me hizo hombre, al séptimo parto de su figura de marfil y de fuego, en el rigor de la pobreza y la tristeza, y supo oír en el silencio de mi niñez el signo, el Signo sigiloso sin decirme nunca nada. Alabado sea su parto. 3 Que otros vayan por mí ahora que no puedo, a ponerte ahí los claveles colorados de los Rojas míos, tuyos, hoy trece doloroso de tu martirio, los de mi casta que nacen al alba y renacen; que vayan a ese muro por nosotros, por Rodrigo Tomás, por Gonzalo hijo, por Alonso; que vayan o no, si prefieren, o que oscura te dejen sola, sola con la ceniza de tu belleza que es tu resurrección, Celia Pizarro, hija, nieta de Pizarros y Pizarros muertos, Madre; y vengas tú al exilio con nosotros, a morar como antes en la gracia de la fascinación recíproca. Alabado sea tu nombre para siempre. Cítara mía, hermosa... Cítara mía, hermosa muchacha tantas veces gozada en mis festines carnales y frutales, cantemos hoy para los ángeles, toquemos para Dios este arrebato velocísimo, desnudémonos ya, metámonos adentro del beso más furioso, porque el cielo nos mira y se complace en nuestra libertad de animales desnudos. Dame otra vez tu cuerpo, sus racimos oscuros para que de ellos mane la luz, deja que muerda tus estrellas, tus nubes olorosas, único cielo que conozco, permíteme recorrerte y tocarte como un nuevo David todas la cuerdas, para que el mismo Dios vaya con mi semilla como un latido múltiple por tus venas preciosas y te estalle en los pechos de mármol y destruya tu armónica cintura, mi cítara, y te baje a la belleza de la vida mortal. Código del obseso 1) Busco un pelo; entre lo innumerable de este Mundo busco un pelo disperso en la quebrazón, longilíneo de doncellez correspondiente a grande figura de muchacha grande, pies castísimos con uñas pintadas por el rey, airosos los muslos de la esbeltez dual, en ascenso más bien secreto, de pubis a axila, a cabellera torrencial tras lo animal del número ronco de ser, busco un pelo 2) espléndido de mujer espléndida, clásica, músico de tacto preferiblemente intrépido de Boticelli, áureo y corrupto de exactitud, castaño de fulgor, finísimo, de alto a bajo busco un pelo 3) unigénito, seco de aroma, entre el aire y el descaro del aire, ni rey a remolque de esta invención, ni tamaña concubina venusina, flaco y cínico: -Galaxias no me quiten el sol. Pajar del cielo: lo que busco es un pelo. |
25-04-2011 , 12:03:26 | #6 | |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- De la liviandad Volviendo sobre una línea de Cortázar, las mujeres cómo recaen. Man Ray hizo la foto: lomo largo con todas las vértebras preciosas a la vista y ella cayendo flexible en el encantamiento, flaca la pelirroja, lista para la otra pasarela del placer, los tirantes por allá, las medias disparadas, y algo más lejos en la otra punta de la alfombra los dos zapatos altísimos sin nadie muertos de amor, tristísimos y viudísimos de ella pidiéndole frenéticos que no, que su cuerpo blanco no, que no se entregue a la usurpación, que vuelva como en el tango, que no. -Cierren finas las cortinas. Del sentido Desde mi infancia vengo mirándolas, oliéndolas...Muslo lo que toco, muslo y pétalo de mujer el día, muslo lo blanco de lo traslúcido, U y mas U, y mas y más U lo último debajo de lo último, labio el muslo en su latido nupcial, y ojo el muslo de verlo todo, y Hado, sobre todo Hado de nacer, piedra de no morir, muslo: leopardo tembloroso. Desde mi infancia vengo mirándolas, oliéndolas, gustándolas, palpándolas, oyéndolas llorar, reír, dormir, vivir; fealdad y belleza devorándose, azote del planeta, una ráfaga de arcángel y de hiena que nos alumbra y enamora, y nos trastorna al mediodía, al golpe de un íntimo y riente chorro ardiente. Dos sillas a la orilla del mar La abruma a la silla la libertad con que la mira la otra en la playa, tan adentro como escrutándola y violándola en lo abierto de la arena sucia al amanecer, rotas las copas de ayer domingo, la abruma a la otra la una. Palo y lona son de cuanto fueron anoche en el festín, palo y lona las dos despeinadas que a lo mejor bailaron blancas y bellísimas hasta que la otra comió en la una y la una en la otra por liviandad y vino Zeus y las desencarnó como a dos burras sin alcurnia y ahí mismo las filmó hasta el fin del Mundo tiesas, flacas, ociosas. OTROS POEMAS EN LA WEB Y
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25-04-2011 , 13:19:00 | #7 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Poemas de Gonzalo Rojas -Fallecido Hoy- Excelente aporte |
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gonzalo rojas, poemas, poesia |
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