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y de las ganas de decir lo que el corazón le oculta al sol,
acariciar tu pelo, tus manos, besar lánguidamente la comisura de tus labios,
la constancia de tu cuello y perderme en el brillo perenne de tu juvenil voz.
Cada día te me vas, te me pierdes a lo lejos en esas tierras
frías y solitarias donde no te llega mi respiración ni mi aliento,
te me haces un recuerdo de palabras, ojos cerrados y sentimientos que no se han diluido porque el tiempo del buen Dios es nuestro tiempo,
porque él así lo quiso, porque nuestra misión era amarnos desde las horas de la mañana hasta las madrugadas cuando nuestros cuerpos cansados se extrañan y se buscan con las primeros rayos del sol, solo encuentran el vacio del otro lado de la cama, del mundo que buscamos encontrar.
Y lentamente te vas alejando de mi longeva existencia, yo me quedo sentado ente el portón de la ciudad, esperando tu pronto regreso, rogando al cielo que no te vuelvas un espejismo, un pasado, un olvido.
Samuel Salazar Blandón.
__________________ Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre volúmenes que pueblan el indiferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos. Ocurre entonces la emoción singular llamada belleza, ese misterio hermoso que no descifran ni a la psicología ni la retorica. Jorge Luis Borges.
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