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Discusiones Generales » A veces, cuando en alta nocheParticipa en el tema A veces, cuando en alta noche en el foro Discusiones Generales. |
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A veces, cuando en alta noche
Calificación: de
5,00 Sin intención alguna de arrebatar los versos y sentidos de la poesía de Silva, trataré, como intención mental dejar algo por estos lares escrito, como un ejercicio de reflexión, tal como el que muchos realizamos pero que a veces preferimos tener en el anonimato. Escribí, para un amigo que estuvo preso nueve meses, pero que salió libre por qué no se demostró que fuera culpable, las siguientes palabras: A un amigo que el cielo nocturno En su extensión no ve. Palomino. Descendiendo, como si una mano misteriosa las sostuviese, un par de palomas se posaron con gracia sobre un patio hirviente a comer migajas que alguien arrojaba. Sin saber por qué razón ahí estaba se alimentaban de esperanzas pasadas de aquel hombre que con gusto las miraba con anhelo de fuga y un batir de alas. Las palomas, que al mismo son caminaban movían sus cuellos como olas de playa y atravesando los pies que irse querían comían del suelo en el que hombres dormían. ¿Cuántas noches y cuántos días habrán soñado que como palomas volarían, que como almas sólo un hálito los sostendría y a la calle por un céfiro llegarían? Y rompiendo, con las leyes que a los hombres atan las dos palomas ágiles se levantan y van a las cornisas grises y sucias de olvidados días aleteando hacia la gloria donde el saber sonoro canta acercándose al sol que a lo lejos brilla y hacia el ancho cielo que las cobija lejos del hombre y su ignominia basta. Y bien, dejo también el poema de Silva del que tome prestado el título al que considero el mejor de los tres nocturnos por el sentido místico que envuelve, aunque no es de negar que la carga emcional del famoso número tres, sobrepasa cualquier símbolismo -espero no tener problemas de copy- NOCTURNOS A veces, cuando en alta noche tranquila, A VECES, CUANDO EN ALTA NOCHE sobre las teclas vuela tu mano blanca, como una mariposa sobre una lila y al teclado sonoro notas arranca, cruzando del espacio la negra sombra filtran por la ventana rayos de luna, que trazan luces largas sobre la alfombra, y en alas de las notas a otros lugares, vuelan mis pensamientos, cruzan los mares, y en gótico castillo donde en las piedras musgosas por los siglos, crecen las yedras, puestos de codos ambos en tu ventana miramos en las sombras morir el día y subir de los valles la noche umbría y soy tu paje rubio, mi castellana, y cuando en los espacios la noche cierra, el fuego de tu estancia los muebles dora, y los dos nos miramos y sonreímos mientras que el viento afuera suspira y llora! ............................................................ ..................... ¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos, cuando sobre las teclas vuelan sus manos! José Asunción Silva | ||
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No Calculado | #1.5 |
SponSor | Re: A veces, cuando en alta noche |
27-07-2009 , 09:06:11 | #2 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche Asaltado, por el recuerdo furtivo de ella, siento de cerca sus manos de doncella, su voz de noble estirpe, su esencia de náyade perpetua. Intrigado, por la facilidad de romper mi fuerza, y su manera de ser frente a las olas, me pregunto entonces ahora ¿Cómo olvidar su nombre que trae la aurora? Más no es dolor ni tormento no sentir su cuerpo junto al viento, es la felicidad altiva y fuerte, que será siempre fuego en la vida inerte, vida en la vida misma, y eternidad que no conoce más que tu sonrisa hoy ausente. En silencio, en la espesura nívea de la noche, tu rostro se dibuja en el firmamento, y es la luna incólume, la que en fulgor sentimiento, enciende la llama perpetua, de un destello en movimiento. Las estrellas, Que junto a ti se posan, encienden los colores de las horas deseosas, y es amarillo el día cuando en la bruma de la mañana, Cae su relente colmando la flor de ambrosía. Los primeros rayos de sol, como los últimos de la penumbra se posan sobre la tierra, que de verte se deslumbra. Me pierdo ya en el éter cálido de la mañana, y entono junto a las aves, cantos a la grandeza de una mujer altiva, y es mi voz la que te lleva, el murmullo del viento y el trinar del silencio, son las luces que como tus ojos guían los pasos en los que me pierdo, y que ahora no veo. Última edición por -Damphir-; 27-07-2009 a las 09:07:25 |
27-07-2009 , 13:04:14 | #3 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche
su voz su voz en el teléfono, tan cerca y lejos del tiempo, su sonrisa en el silencio en la memoria del viento, en la noche que se avecina, trayendo la luna que no te olvida, tic tic tac tac |
27-07-2009 , 15:16:18 | #4 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche fragmentos e instantáneas de diálogos, de sonidos silábicos que retumban con eco propio, palabras que no dichas, cuelgan de cualquier parte y siento que el alma se me escapa con un sólo suspiro de tus días. Como el suyo, mi tiempo ausente, también se fustiga en la rutina, más la imagen mental furtiva de tu misterio que me intriga me retiene con cariño a nuestro olvido que cautiva. Y no hallo que decir, usted sin palabras me deja, hace que mi habla se distorsione mi pecho se disipe y busque en ese zapato donde guardas tu corazón, el motivo para que de forma clandestina hallemos en nuestros ojos, los colores que guardados están en la memoria que no te olvida. Preservadas son esas noches, que junto al suspiro de tu olor impregnó en el fondo de mi espíritu una sonrisa, que perdura hasta nuestros días. Y allá en ese lugar, a donde vas cuando tu mente desenchufás, estaré esperando el momento para que junto al viento tus suspiros lleguen a mi silencio. |
27-07-2009 , 22:02:55 | #5 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche De los momentos cuando uno quiere hablar... y no se sabe como hablar... Todas y cada una de las palabras colgadas del cielo, sin que decir, absorto, en ninguna parte, en cualquier parte, en ciertas partes. La noche acompasaba su existencia, y el resplandor de su belleza encegueció mi conciencia que no cesa. No había momento ni segundo ni hora, era usted que hacia palidecer el tiempo, su sonrisa, sus pasos, un dos tres cuatro, un puente, la avenida. La ciudad que con alegría se complace con tu esencia, siente tus palabras como agua que anida con la tierra, era usted uno y muchos instantes, era la nada, era nuevamente el todo, era silencio, murmullos al viento, repetidos silencios, y las palabras por ahí, sostenidas en las estrellas, lejanas y perfectas, inesperadas y perpetuas, que se ubican distantes como nuestras presencias, pero que sobreviven en sus ojos, sus lunares y sus pecas que brillan como el fuego más puro anidado en tu nombre de flor y tu inconmesurable belleza. Inimaginable mujer, sorprendente mujer, misteriosa mujer, inalterable mujer,adjetivos calificativos a tu gracia no faltarían, pero no es bueno sobrepasar mi cordura que por tu infinita dulzura cada día se pierde siguiendo tu pista. |
28-07-2009 , 00:10:18 | #6 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche Frente a la elocuencia abundante y altisonante del error, pocas palabras sin fe ni razón. Abotargado, inflamado y enfermo, tras las filas y el sabor acre, aspero y agudo del aire que hasta ahí llega, tras la tarde, trae el murmullo que vuelve a ser el mismo, donde la muerte vuelve indomita e insurrecta a cobrar su rutina de gastados días. Vuelan las esperanzas junto a las palomas que en silencio se posan, vuela el tiempo que inquietante sobra, se agolpa la miseria en cada sucia esquina que lavada hasta el hartazgo conserva la mancha aspera de la ignominia de todo aquello que no se olvida y de la verdad que se oculta esperando su día. |
29-07-2009 , 00:02:27 | #7 | |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche
Lo despertó el candente vaho de la lluvia cayendo sobre el asfalto. Estaba tendido mojándose cada vez con mayor intensidad, era de noche y hacía frío, la ciudad parecía desolada, los automóviles aparcados en las orillas de los andenes lucían despojados de vida, manchados de polvo y finísima brisa. Pocos faroles continuaban aún funcionando en medio de la madrugada ya muerta por la llegada del imponente astro rey. El hombre se levantó torpe y caminó sin rumbo fijo, la ciudad era inmensa, en su forma olvidada se reconocía el desorden de las estructuras, dualidades absurdas que desvanecían sus facciones. Última edición por -Damphir-; 29-07-2009 a las 00:03:41 | |
29-07-2009 , 00:08:15 | #8 |
Staff Retirado Con Honores | Respuesta: A veces, cuando en alta noche Fatigosamente abrió los ojos y de facto supo donde estaba, no era parte más de un extraño sueño, no podía dormir, ni comer, ni pensar en nada, estaba sedado, era difícil creerlo, leer y leer ocupando el tiempo ya en ello. La rutina fustigante de los días, la calle tan viva, efímera, tan hecha palabras, agolpada en letras, leyendo para recrearla, recordando el olvido como espejo fehaciente de la realidad que ahora lo embargaba conducido por el instinto. Lo amontonaron en un espacio pequeño donde cabía apenas para vivir pocos días, si frío sentía podía cubrirse con una manta verde, si era calor, una pequeña ventana que conducía al patio interior permitía el acceso a tan solo un poco de ventilación. Cuando la vela por fin hubo muerto, y la pavesa entregado su fabricación, él, al que llamaban humano, desprendió todas sus alegrías para aferrarse al futuro inevitable de su muerte. No tenía por que engañar más sus sentidos, estaba sólo en ese lugar recóndito y sin embargo no había un destino el cual seguir ni cumplir; marcharse, alejarse de su realidad fematera, perfilar su rostro exangüe y aquilino despuntando el alba en ápice de gloria fundamentaba ya su decisión, ni los dioses ni los mal llamados paganos acudirían a su honestidad de mundo aberrado, saldría del infierno sin la ayuda de Virgilio, sólo el muro blanco como una inmensa obra lo detenía de la soledad del mundo, no reconocía la eternidad de las ideas, ni el riesgo vigente de pensar para realizar, simplemente iba, calculando los espacios que tenia que llenar para salir, todo tenia una pausa, una forma y un fundamento, era por eso que estaba ahí, por su falta de peso para marcar las huellas en el mar. Última edición por -Damphir-; 29-07-2009 a las 00:09:21 |
31-07-2009 , 18:26:58 | #9 |
Staff Retirado Con Honores | Vagabundo El siguiente es un cuento que escribí basado en un Poema titulado "Me ausento" en ”La musa romántica en Colombia, Bogota 1954, del colombiano y ex presidente de la república granadina Julio Arboleda. El texto se llama Vagabundo, es un poco largo. De antemano gracias por leerlo y llegar hasta el final. Última edición por -Damphir-; 31-07-2009 a las 18:28:10 |
31-07-2009 , 18:30:11 | #10 |
Staff Retirado Con Honores | Vagabundo Vagabundo Texto sobre el poema Me ausento de Julio Arboleda para un vagabundo en 9 estrofas. -I- Ya era muy tarde, y en el paradero del autobús, la luz amarilla del farol se difuminaba al pasar por el gastado techo de pasta. Los carteles rutilantes, la estructura entera de aluminio junto al cuerpo desgastado de un hombre viejo parecían fundirse en una. Era ese cuerpo parte simple del paisaje, una masa informe agazapada sobre las bancas sucias donde una mujer, como la sombra de un sauce que llora casi se dormía. Es una flor muerta -se dijo, una flor que sueña siendo niebla de aliento y vida, envuelta en la tierra que no la deja parir. El hombre se miró las manos, no pensaba en nada, escuchaba lejanamente las llantas de los automóviles sobre los charcos sucios, el pito estridente de las motos y las risas gastadas quizá de otras calles. En esa mezcla de murmullos ininteligibles y agolpados, todos en el espacio y en ningún lado, una voz fugaz cual golondrina, rompió las meditabundas horas de aquel hombre en esa silla sentado: -Esa mujer que ves no está muerta, se hizo espuma de ola, fue un asfódelo y se ausenta. El hombre viejo entró en pánico, buscó por el pequeño lugar el origen de aquella voz, pero se dió cuenta que ahí no había nadie más que él y los labios carmesí cerrados de esa mujer. Estremecido, mirando las partículas de polvo pasar entre la luz amarilla, el hombre viejo invadido por turbios vientos, sintió de nuevo la voz que venía de adentro y en coro, dulce fué su canto, dulce sería su tormento, “Auséntame, buen Dios, me ausento solo, y todo es soledad por donde paso; y todo está dormido. En el ocaso lento su disco va sumiendo el sol; y estira como espira mi esperanza en tristísimo lánguido desmayo, sin despedir ni un moribundo rayo, eclipsado entre nubes su arrebol” Se hizo más tarde, aún más de lo que entonces era tarde, acaso ya no sería tarde sino temprano, en la ciudad amanecía lentamente, los parques adornados con pájaros y bancas resplandecían fulgurosos como una pintura de quien retrata el exterior. En una de ellas aquel hombre despertó. Tenía hambre, hacía mucho tiempo no comía algo que le gustara, se conformaba con las sobras de las plazas de mercado que frecuentaba cada martes y viernes desde muy temprano. Pero esa mañana todo había sido diferente, desde la noche anterior algo raro le venia sucediendo, sabia de esa voz que escuchaba y que ahora le hacían perder la memoria, no sentía su cuerpo, quería ubicarse y pensó en la mujer del paradero. Sus manos eran delgadas y conservaban un delicado color rosa que contrastaba con el gabán negro que la cubría desde el cuello hasta los tobillos. El hombre viejo escuchó una voz lejana deletreando palabras, pero eso fue todo, entre más quería escucharlas menos lo hacía. Veía puntos de colores en todos lados, al tratar de fijarse en uno, desaparecían estando ahí. Pegados a los parpados al cerrar los ojos, pegados al aire cuando los abría. Pero no era una voz ni era algo lo que veía, era una piedra que caía como un pájaro muerto sobre su espalda abriéndole las heridas. Un hombre delgado, vestido de pantalón vinotinto y camisa crema se la había lanzado, el hombre viejo, atolondrado se levantó y tambaleando echó a correr, la banca recibió el impacto de otra piedra que dio justo donde él estaba,.fue a buscarse en donde estar. Lejos de ahí, pudo sentarse por un momento a pensar sobre lo qué pasaba con esa voz que su cabeza atormentaba. Esa voz que era su pensamiento, era común, cotidiana, tenía tono de hombre, podría ser el suya pero no estaba seguro, jamás había preguntado a los demás como eran sus voces. Pero la noche anterior lo había asaltado de repente una voz limpia y clara, sin tono ni vibración, era una voz impenetrable formado por los astros que lo dejaban sin razón. Voz tan magna que junto al sol radiante de la mañana, apareció sin ser esperada en medio de la mañana que rapidamente se iba, el hombre, ya conciente de ella, se dispuso al sueño de las ninfas vetustas y la escuchó en soberbia armonía: “Avanzase la noche tenebrosa, y sepulta a la tierra en su hondo seno; ni zumba el viento, ni retumba el trueno, ni se oye el arroyuelo murmurar. Una pálida estrella solitaria hiende el crespón del cielo nebuloso, y en triste melancólico reposo puede apenas las nubes penetrar”. Última edición por -Damphir-; 31-07-2009 a las 18:38:30 |
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