DeNunCianDo - Objetivo: sentir al máximo

Tacto, olfato, vista, audición, gusto... Nuestros cinco sentidos son las herramientas más sencillas y naturales para mejorar nuestra relación con nosotros mismos, el mundo que nos rodea y las otras personas. También ayuda a recuperar la capacidad de disfrute de nuestro cuerpo y a abrirlo para percibir más y mejor!!!

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Gozar del embriagador aroma de las plantas y flores de un parque cercano. Degustar un plato de la cocina tradicional elaborado con nuestras propias manos. Sentir la cálida caricia de la brisa veraniega sobre la piel. Cerrar los ojos y deleitarnos los oídos con una pieza de música clásica. Regalar una mirada afectuosa, un mimo o un apretón de manos a un ser querido o cercano.

“Son formas sencillas de observar, percibir y sentir lo que nos rodea, de conectar con la vidas, lugares, espacios y estímulos del mundo exterior, para a la vez reconectarnos con nuestra natural alegría interior y sentirnos mejor”, explica la terapeuta corporal Cristina Flames, profesora de danza oriental y gimnasia al aire libre, “actividades que amplían nuestras percepciones”, asegura.

Para desarrollar nuestra percepción, según Flames “hemos de comportarnos como una esponja, que absorbe con avidez, todo lo que le llega para almacenarlo en su interior e impregnarse de su esencia. A menudo se nos olvida ejercitar nuestros sentidos y sacarles partido porque vivimos a toda prisa intentando cumplir una infinita lista de actividades”.

“Dedicar unos minutos cada jornada a experimentar con estímulos o proponernos vivir las experiencias que nos surjan, con todos los sentidos, en vez de hacerlo de forma automática y distraída, son algunas opciones para abrirnos a las sensaciones que nos regala nuestra percepción sensorial”, dice la terapeuta corporal.

“Lo sensitivo es todo aquello relativo a las sensaciones producidas sobre los cinco sentidos y especialmente sobre la piel, se refiere a todas las actividades o estímulos que tienen la virtud de excitar la sensibilidad. Es aquello que nos permite percibir el mundo”, señala la psicóloga clínica María de los Ángeles Barja.

“Aunque obviamente todas las personas poseen cualidades sensitivas, desarrolladas en mayor o menor grado, y a menudo más en algunos tipos de percepción que en otras, el funcionamiento de los sentidos siempre se puede ampliar, convirtiéndolo en una experiencia sanadora y transformadora”, explica esta experta del Centro Hara de desarrollo personal.

Según Barja, “despertar nuestra percepción, estar abierto a sentir y dejarse llevar por lo que se siente es una experiencia sanadora, porque nos ayuda a ser conscientes de nosotros mismos, de quienes somos, dónde estamos y cómo nos sentimos”.

“Desarrollar la percepción también nos ayuda a dejar salir de forma fluida tensiones, sensaciones y recuerdos que nos impiden vivir en armonía y gozo, así como a experimentar una sensación de unión con nosotros mismos, con los demás y el mundo en que vivimos, lo cual nos procura un mayor bienestar”, agrega.

EJERCICIOS PARA PERCIBIR MÁS Y MEJOR

La psicóloga recomienda practicar asiduamente unos sencillos ejercicios para ir ampliando nuestra capacidad perceptiva.

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“Al tocar o acariciar la mano de alguien, hay que tomar contacto con ella de distintas maneras, con suavidad, firmeza, lentitud… También se puede jugar con otra persona a tocarse sin las manos: con la espalda, la cabeza, la oreja, las piernas. Incluso podemos hacerlo con nosotros mismos, ‘sintiendo’ las sábanas, la pared, el espejo o la alfombra”, sugiere Barja.

La psicóloga también recomienda situarse en un ambiente natural (campo, parque, jardín…), buscar allí cosas que huelan (corteza, flor, tierra húmeda, bellota, madera, papel, hierba) y acercárselas a la nariz.

“¿Qué nos evocan esos aromas? ¿Nos agradan o nos disgustan? ¿Cómo nos hacen sentir? Hemos de percibir también cómo olemos nosotros y los demás. Hay que dejare envolver por los olores humanos”, señala Barja.

“Cuando estemos con alguien, intentaremos primero conectar a través de la mirada: mirándole a los ojos y hablándole sólo cuando sentamos que es momento de hacerlo. También podemos mirarnos a los ojos ante el espejo, observando qué sentimos al vernos reflejados. ¿Estamos a gusto o a disgusto? ¿Estamos cómodos, relajados o inquietos?”, propone la experta de Hara.

“Para desarrollar la percepción hay que prestar atención al escuchar a la otra persona (su voz y sus matices) y a nosotros mismos: ¿Qué trasmiten nuestras propias palabras, voz y entonación?”, recomienda la psicóloga.

Otro ejercicio perceptivo sugerido por Barja, es “disfrutar de una música agradable, el canto de los pájaros, el sonido de un gong, unos cuencos tibetanos o una campana”.

Para cultivar el placer de paladear podemos comenzar por averiguar cuál es nuestro sabor. “Se trata de posar los labios y pasar la lengua por nuestro propio cuerpo. Saborear nuestra piel después de salir del mar o darnos un baño de sales, puede ser muy placentero”, señala la experta.

“El mundo natural también tiene sabores (la nieve, la lluvia, una flor, la hierba) y las comidas, si no los tapamos con demasiados condimentos, aderezos o salsas”, recuerda Barja.

“Todo lo relacionado con la percepción del movimiento, el equilibrio y la posición corporal, va unido a los sentidos. Podemos descubrirlo al movernos libremente por el espacio escuchando una música que disfrutamos y tocar con el cuerpo las cosas que vamos encontrando”, señala Cristina Flames.

Otro ejercicio sugerido por la experta consiste en observar nuestro cuerpo cuando nos movemos, prestando atención a en que partes está rígido o flexible, relajado o tenso, cómodo o molesto.

Además, “es muy agradable y revelador mover el cuerpo, inclinándolo, contorsionándolo, frotándolo, arqueándolo, rozando, acariciando, apretando, poniéndolo en contacto con el suelo, con otra persona, un árbol o la hierba, lo cual nos inunda de sensaciones que enriquecen nuestra percepción”, señala.

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