DeNunCianDo - El mito de la espada de Bolívar no termina (Su historia...)

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Vuelve y juega. Las Farc, por intermedio de alias Iván Márquez, aseguran tener en su poder "la espada de combate del Libertador Simón Bolívar".

Lo dice en un video publicado en Internet por la agencia Anncol. Márquez blande una espada en su mano derecha, parado al lado de una escultura de Bolívar.
Sostiene que la pieza fue hallada en una "catacumba colonial, a orillas del mar, cerca a Santa Marta, donde permaneció enterrada, escondida por décadas tras gruesas paredes de adobe, como para que no fuese encontrada nunca jamás". Ya el 7 de febrero pasado, un comunicado del mismo grupo había mostrado fotos de esa espada diciendo que había sido llevada de las cercanías de Santa Marta.

El video se suma al mito que rodea el acero que habría llevado en su cinto el Libertador. Uno que tocó su punto más alto en 1974 con el robo de una espada de la Casa Museo Quinta de Bolívar, de Bogotá y que, se suponía, era del Libertador. Un cuento que, de vez en cuando, resurge con más fuerza, pero que de verdad histórica tiene poco.

Un mito y muchas espadas
Para empezar, no existe algo que se pueda llamar 'La espada de Bolívar', porque en sus años de guerrero el Libertador no tuvo una sino muchas. "Si uno piensa en un hombre que cabalgó luchando durante décadas, es normal asumir que dejó cosas suyas en muchas poblaciones. Desde pocillos hasta espadas", dice el historiador y maestro en bellas artes Daniel Castro, director de la Quinta.
Así que no es descabellado pensar que Bolívar tuvo tantas espadas como bolígrafos tiene una persona hoy en día.
"Espadas no. Sables -corrige el general (R) Roberto Ibáñez-. La diferencia es que el sable lo usa la caballería para combatir. Los generales usan sable".
Por eso, lo que llevaba Bolívar al cinto era un sable, que se distingue por su curvatura. Pero, otra cosa es saber si un arma perteneció al héroe y mucho menos si combatió con ella. Más si se tiene en cuenta que "los jefes, más que luchar, mandan, porque si se meten a pelear corren el riesgo de que los maten y así la tropa se desmoralizaría", explica el genera retirado.

El poder de un símbolo
Tanto escándalo en torno a la espada se debe, según el General, a que la pieza es símbolo de mando: quien tiene la espada tiene el poder. Salvo 'La espada del Perú', que está en Venezuela (ver recuadro), en el caso de Bolívar es tarea casi imposible saber si un sable fue de él o no, así la gente crea con el corazón que el mismísimo Libertador la usó para partir en dos a un enemigo en la batalla.

Basta ver cómo la pieza robada en 1974 y devuelta en 1991 empezó teniendo una de dudosa procedencia y terminó convertida en una suerte de Excálibur, guardada en una bóveda del Banco de la República.

Según dice el director de la Casa Museo, la primera referencia es de 1932, cuando en el inventario es parte de los objetos del Libertador. Había también dos estribos y dos espuelas. En 1936, el arqueo la describe -sin mayores razones- como una pieza "que se cree" fue del Libertador. Y, por arte de la palabra, un catálogo posterior la asciende: "Descansa en una vitrina su espada vencedora".
En 1965, se gana el ascenso final y es descrita como "la espada que usó el Libertador (Batalla de Boyacá)".
William Gamboa, conservador de colecciones de la Casa Museo, dice que eso es imposible, porque si bien la espada es de ese tiempo, tiene el escudo de La Gran Colombia, que es de 1821, posterior a la batalla.
Ni que decir que su fama llegó a la cúspide cuando se la robo el M-19 y quedó marcada como 'La espada'. Incluso, hoy en día, las historias siguen: "Hay un mito estúpido que dice que no devolvieron la espada que se robaron. Yo hice una réplica de ella y la patina del tiempo no se reproduce. Yo la tuve y la vi y sí es la espada. Lo que nunca devolvieron fueron ni los estribos ni las espuelas", se queja Castro.

Curiosamente, la que está en la bóveda parece ser más importante que otra que hace parte de la colección de la Casa Museo y que tiene procedencia mucho más clara, según explica Gamboa. "Es un sable napoleónico de caballería que tiene el lema de la Legión de Honor de Napoleón. Tiene datos más certeros que la otra espada. Bolívar sale retratado con ella en el primer cuadro hecho para 'el triunfo de la batalla', que se celebró en Bogotá el 19 de septiembre de 1819".

Como dice Castro, al explicar lo que pasa con la que se robó el M-19: "Un objeto histórico termina, por circunstancias distintas, teniendo atribuciones simbólicas, Cuando se funden esas atribuciones nos generan dificultades, porque a veces pesa más lo simbólico y desconocemos los momentos históricos que determinan si el objeto perteneció o no a Bolívar, por ejemplo". Así que, con tal de decir que son dueños del símbolo, nada raro que sigan apareciendo 'espadas de Bolívar'.

Una joya politizada

La espada de Simón Bolívar que posee el Estado venezolano es una pieza de incalculable valor histórico, pues fue forjada para el propio Libertador en Perú, y le fue entregada en sus manos en 1825.
También conocida como "la espada de Perú", impresiona su fina orfebrería no sólo en los detalles de la vaina de puro oro de 18 kilates que la cubre, sino también en el brillo que le dan las 1374 piedras preciosas (diamantes, esmeraldas y rubíes) que adornan su empuñadura.
A pesar de ser considerada una joya de profundo contenido simbólico que pertenece a todos los venezolanos -de hecho el Estado la compró y la conservaba en la bóveda del Banco Central de Venezuela- hoy la utiliza a conveniencia el presidente Hugo Chávez con fines político-partidistas con escaso recato. I
ncluso, y cada vez con más frecuencia, en actos controversiales como la juramentación de jóvenes para la difusión y "defensa" del mensaje socialista que promueve su gobierno o en la conmemoración del aniversario del golpe de Estado que protagonizó el 4 de febrero de 1992.

El actual gobierno venezolano también ha hecho práctica común entregar réplicas de la espada de Bolívar a presidentes y personajes, aunque esta solía hacerse sólo a altísimos efectivos de la Fuerza Armada venezolanas. Hasta la fecha se cuenta la entrega de 18 réplicas de la espada del Libertador a presidentes como Fernando Lugo, Luiz Inácio 'Lula' Da Silva y Rafel Correa, y entrando en intensa polémica también se la ha dado como regalo al presidente libio, Muammar Gadaffi, al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, al presidente iraní Mahmud Ahjmadinejad y al creador de los AK-47, Mijaíl Kalashnikov.