Los humanos se van, los tigres se quedan (en Ramdegi)

Esta historia es un buen ejemplo de un programa de protección de animales amenazados.
El gobierno indio para evitar conflictos con los tigres, y también muertes de personas y animales, ha creado incentivos económicos para que la población abandone las reservas naturales donde viven y se traslade a otros lugares.
El programa indio para reubicar a la población humana que se encuentra dentro de reservas naturales ha permitido recolocar a casi 100 comunidades. Esto hace posible que los tigres y muchas otras especies animales prosperen en su hábitat natural.



Ramdegi, el último ejemplo de este programa, es un pueblo situado en el extremo norte de la Reserva de Tigres Tadoba-Andhari (TATR). Sus campos de cultivo quedaban cercados por el bosque de la reserva natural. En poco más de un mes las 200 familias que lo habitaban se han mudado fuera de la reserva animados por los incentivos económicos y de forma voluntaria.



El nuevo espacio que ha quedado libre para los animales es de unas 175 hectáreas, libres de la presencia del humbre.
Los prados que rodean al pueblo pront se han llenado de vida salvaje que llega a las casas y abrevan en el lago del pueblo. Búbalos, ciervos moteados, sambares, toros azules y jabalíes son animales comunes en esta reserva, y desde ahora en el pueblo.



Ya se ha avistado al primer tigre cerca de la aldea en busca de presas.



Antes era frecuente que cuando tenían hambre los tigres atacaran a los animales domésticos y pusieran en peligro, con demasiada frecuencia, la vida de los seres humanos. Ahora cazan a los hervíboros que son sus presas naturales.
Los habitantes de Ramdegi por la amenaza que suponía para su ganado y forma de vida no solían tampoco respetar mucho a los tigres, que veían como una amenaza.
El regreso de la fauna permitirá impulsar el ecoturismo y generará riqueza en la región.



Un buen ejemplo de cómo resolver un problema medioambiental en el que salen beneficiados animales y seres humanos.