Sirince, el pueblo de Turquía para escapar del «fin del mundo»

El 22 de diciembre este pacífico pueblo quedará más solo que nunca. A su alrededor sólo verá muerte y destrucción. No habrá Internet, ni televisión por cable, ni siquiera un periódico que les diga que ellos realmente son los afortunados sobrevivientes de una tragedia que nadie creyó.

Como ya lo tienen preparado desde hace meses, temprano en la mañana se dirigirán a las afueras en espera de la nave espacial que vendrá por ellos. Como se trata de visitantes ilustres se pondrán sus mejores galas para este encuentro del tercer tipo.

¿Y nosotros? Hechos polvo, literalmente.

Cita:

Sirince, el pueblo de Turquía para escapar del «fin del mundo» DANIEL IRIARTE / ESTAMBUL Día 15/12/2012 - 02.10h Esta localidad es uno de los tres lugares que se consideran «seguros» si la profecía maya del apocalipsis se cumple el próximo día 21 Una vista de Sirince, uno de los tres lugares del planeta en los que será posible salvarse del apocalipsis supuestamente profetizado en el calendario maya Si el mundo no se acaba el día 21 de este mes, los hay que van a hacer su agosto. Por ejemplo, los hosteleros de la localidad turca de Sirince, cuyo aforo está completo desde hace meses, desde que corrió el rumor de que este pueblo de montaña es uno de los tres lugares del planeta en los que será posible salvarse del apocalipsis supuestamente profetizado en el calendario maya. Que tanto los arqueólogos especializados en culturas mesoamericanas como la NASA hayan desmentido que el fin del mundo vaya a producirse no parece estar disuadiendo a los agoreros, que no dejan de llegar en gran número. «Las reservas se han incrementado desde hace un mes. Tengo gente en mi hotel de sitios tan lejanos como Indonesia, y dicen que vienen para intentar escapar de un posible fin del mundo», declaró recientemente Sevan Nisanyan, propietario de un hotel que lleva su nombre, al diario «The National». «Recibimos unas diez llamadas al día de huéspedes potenciales, y tenemos que rechazarlas», aseguró. La demanda es tal que las autoridades municipales están preparando un campamento con tiendas para dar cobijo al mayor número posible de personas, para evitar tragedias. La localidad, según Nisanyan, es famosa entre los aficionados al «new age» por su «energía especial» desde los años 80, porque hay quien cree que es el lugar de nacimiento de la diosa griega Artemisa. Algunos estudiosos cristianos sostienen que fue el lugar desde el que la Virgen María ascendió a los cielos. Otro hostelero, Ilkan Gulgun, explica que varios de sus huéspedes creen que un barco similar al Arca de Noé llegará a la población después de que el 21 de diciembre se produzca una tremenda inundación en la zona, lo que les permitirá salvarse. Esa es, más o menos, la misma esperanza de aquellos que se han dirigido a los otros dos «lugares seguros» del planeta: el Monte Rtanj, en Serbia, y el pueblo de Bugarach, en el Pirineo francés. En ambos sitios, famosos puntos de observación de ovnis, se cree que una nave espacial llegará desde el cosmos o emergerá de la tierra para salvar a los «elegidos». Sin embargo, a Jean-Pierre Delord, alcalde de Bugarach, lo que le preocupa no es el apocalipsis, sino la llegada masiva e incontrolada de visitantes. «Esta es la 183ª profecía del fin del mundo desde la antigüedad. Pero no puedo correr el riesgo de que un montón de gente llegue, escale la montaña y salga herida», declaró al diario «The Guardian». En todo caso, entre los creyentes hay personalidades ilustres, como puede ser el caso de Tom Cruise. El diseñador de moda turco Barbaros Sansal y un amigo profesor, que pasarán la próxima semana en Sirince, aseguran que el actor estadounidense será uno de los que se dirijan a la localidad en esas fechas. Aunque los agentes del actor no han confirmado oficialmente esta visita, gran parte de la prensa turca lo ha publicado como un hecho. Dado que Cruise es un creyente y apologeta de la Cienciología, una doctrina que mezcla espiritualidad con alienígenas, la afirmación suena plausible. Aunque podría no ocurrir. Como el propio fin del mundo.

Fuente: ABC