¿Dónde tienen sexo los colombianos?

Ahora que se viene al cuento esta pregunta, recuerdo a una amiga que lo hizo en uno de los ascensores de las Torres Jiménez de Quesada (Conjunto de apartamentos), en el centro de Bogotá, con el que era su amante en ese tiempo. Mucho trago encima, tres de la mañana y este par de locos cumplieron una fantasía bastante incómoda, pero me imagino que súper erótica.

En cuanto a mí lo hice un lunes en la isla del Parque El Neusa, en las afueras de Bogotá. No estaba programado de esa forma. Fui con una amiga, llevamos algo de comida, le pagamos a alguien de un bote para que nos llevara a eso de las once de la mañana y nos recogiera a las cuatro de la tarde. En el lago sólo se veía en la distancia alguien en un bote pescando truchas. Soledad, hormonas, un vino que había llevado ella y se dio lo que se debía dar. Lo simpático del asunto fue que en medio del furor, aparecieron unas cuantas llamas que nos observaron con curiosidad.

Aparte de esa locura, el único sitio raro donde lo he hecho ha sido en el carro. De resto en la cama, algún sofá, y en la cocina con urgencia manifiesta, también bajo la ducha (aunque bastante incómodo) y alguna vez en una playa, pero la verdad, aparte de la adrenalina por estar en un sitio público, no fue nada del otro mundo, como lo ha sido muchas veces en la conservadora cama.

¿Y ustedes?

¿Dónde tienen sexo los colombianos?

En el cuarto, en la cocina, en el carro, en el ascensor o en el parque. A la hora de tener sexo las posibilidades dependen de la imaginación. Pero, ¿cuál es el lugar favorito de los colombianos?

Lunes 2 Julio 2012

Esta pregunta surge a partir de un polémico anuncio que por estos días está causando furor en España. Se trata de un original concurso de una marca de preservativos que busca la mejor habitación para hacer el amor. "Si crees que tu cuarto es el más sugerente y sexy, déjanos entrar”, es el eslogan de la campaña.

La idea de la empresa de condones es explorar el “gusto estético” de los españoles, quienes solo deben enviar una foto con una descripción breve de su alcoba y conseguir el mayor número de votos en las redes sociales.

El primer lugar obtendrá un viaje por 3.000 euros a cualquier destino; el segundo, una noche romántica en una suite y el tercero, un fin de semana en una casa de campo. Hay plazo hasta el 16 de julio.

Los primeros resultados han puesto en evidencia que el lugar preferido para hacer el amor de los españoles es la cama (74 por ciento), seguido por el sofá (14 por ciento) y la ducha (10 por ciento). Tan solo el 1 por ciento prefiere la cocina.

En el caso de los colombianos, los expertos también coinciden en que la cama es el escenario favorito para sus encuentros. Pero lo negativo de que sea así es que, como los latinos tienen la costumbre de mostrarle desde la cocina hasta la alcoba matrimonial a quienes los visitan, difícilmente pueden convertir el dormitorio en un espacio sagrado para satisfacer sus fantasías.

“Las relaciones sexuales de los colombianos casi siempre empiezan y terminan en la cama. Ni siquiera los moteles se arriesgan a ofrecer una atmósfera distinta a una habitación y, por ejemplo, no se animan a recrear un patio o una cocina”, le explicó a Semana.com Carolina Londoño, sexóloga clínica del Centro Psicopedagógico Integrado CEPI.

Los otros espacios siguen siendo la excepción y no la regla. A la hora de elegir un lugar exótico, los colombianos piensan en la oficina (24 por ciento), el salón de clases (23 por ciento), la sala del cine (15 por ciento), el ascensor (13 por ciento), el baño de un bar (12 por ciento) y un carro en movimiento (11 por ciento), según lo reveló la encuesta Hablemos de sexo, realizada por la revista FUCSIA.

Pero el porcentaje de colombianos que se le mide a romper las barreras de lo privado sigue siendo muy tímido. De acuerdo a la medición sobre el comportamiento sexual, publicada por SEMANA hace un año, solo al 36 por ciento de los hombres y al 32 por ciento de las mujeres les gustaría tener relaciones en un lugar público. La desnudez sigue siendo un tabú y este tipo de prácticas son castigadas por la ley.

Los hombres generalmente no tienen problema en tener sexo en condiciones extremas y ambientes caóticos. Las mujeres, en cambio, requieren más estímulos que impacten sus sentidos y despierten su imaginación.

“He tenido casos de mujeres que preparan todo un escenario romántico, debidamente decorado, con velas y pétalos, pero pierden el deseo cuando su pareja llega, se quita de prisa el pantalón y lo deja tirado. Así se rompe la magia”, explica Londoño.

Quizás ahora a alguna firma nacional se le ocurra seguir el ejemplo de la española y escoger la mejor habitación para tener sexo en el país. Seguro surgirían nuevas ideas y otras alternativas para dejar las sábanas a un lado.

Fuente: Semana