General Alzate revela detalles de su secuestro, ¿pero sí responde todas las preguntas?

[Ayudante De Santa]

[INDIVIDUAL]

Al oficial, ya en retiro, lo entrevistó el periodista Ramón Jimeno para el programa ‘A4Manos’, de Cablenoticias.


http://www.pulzo.com/sites/default/files/styles/crop_articulo_normal/public/general_alzate_4.jpg?itok=OrsDIETA ‘A4Manos’ / Cablenoticias
Alzate, excomandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, fue secuestrado el 16 de diciembre pasado en el corregimiento Las Mercedes, muy cerca de Quibdó (Chocó), por integrantes del frente 34 de las Farc. El hecho no solo puso en riesgo el proceso que adelantan Gobierno y Farc en La Habana (el Ejecutivo suspendió los diálogos), sino que sumergió al país en un mar de preguntas y especulaciones.

A continuación, algunas de las frases más relevantes del oficial en la narración de su secuestro (al final, el video con la entrevista completa y un quiz para que opine si le cree o no al oficial):
¿Sabía que se iba a meter en la boca del lobo?



Ese domingo ordené realizar, como comandante de la Fuerza, una reunión de inteligencia. Recibí toda la información, no solamente del corregimiento Las Mercedes, sino de todo el Chocó.
Ese fue un evento muy importante porque me hizo saber qué era lo que tenía que hacer en mi intención de ir al corregimiento de Las Mercedes.
Había una información particular sobre alias ‘Chaverra’. Teníamos conocimiento de que iba a salir sobre la carretera Quibdó-Medellín, y se dieron unas instrucciones precisamente sobre eso.

Las medidas de seguridad



Llamé al comandante del batallón Manosalva Flores. Ordené que me prestara un bote, y dentro de todas esas medidas, ir de civil.
Había dado la orden inclusive para que se vistieran de civil, y de civil es bluyín o camiseta. Pero mi intención sí era ir a Las Mercedes.
La doctora Gloria Urrego, como parte de la agenda estratégica [… hay un corte…] y el municipio, ese programa de energía alternativa, como parte de las victorias tempranas, tenía que conocerlo.
Me dirigí al sur, lado contrario hacia donde tenía la intención de ir. Navegamos unos diez minutos al sur. Pasé revista sobre la unidad a flote del Batallón Manosalva.
De regreso, le di al orden al operador de la lancha, que era un soldado. Un suboficial que se encontraba de civil y en pantaloneta (era parte de su fachada) y les ordené que fuéramos hacia el norte. Más adelante cuando pasé Quibdó, les dije: ‘Vamos al municipio de Las Mercedes’.

El secuestro



Cuando llegamos al puerto, tal vez por su intuición, fue la doctora Gloria que les preguntó tanto al cabo como al soldado: “¿Este sitio es seguro?”. “Sí, no hay problema. Además no nos vamos a demorar”, le dijeron a la doctora Gloria.
Dimos una vuelta, atracamos en el puerto, pero no alcanzamos a dar ni 10 pasos, cuando yo vi que se acercaron cuatro individuos, grandes. Cuatro afros: tres con fusil y uno con una pistola. El de pistola era alias ‘Chaverra’.
Un detonante dentro de esta situación fue que el soldado que se encontraba en la lancha con el perro se desprendió del puerto y se alejó y se fue.
Alias ‘Chaverra’ me dijo: “Ustedes quiénes son”. Nos preguntó a todos y yo contesté: “Somos del Sena”. “¿Bueno, pero y ese señor quién es? ¿Por qué se fue? [preguntó ‘Chaverra]”.
“No, no sé”, respondió Alzate y se dio vuelta y le dijo al de la lancha: “¡Venga, véngase para acá!”. Pero el soldado no obedeció, y se fue.
En ese instante él (‘Chaverra’) preguntó: “¿Y bueno, ustedes ya consultaron con el consejo comunitario?”. Y lógicamente dije no, es que solamente íbamos a visitar un sitio donde íbamos a colocar un proyecto, de tal manera que no lo llamamos.
“¡No, no, no…! ¡A la lancha!”, ordenó ‘Chaverra’. Fueron un poco bruscos al principio, en orientarnos hacia la lancha. Entramos a la lancha, nos sentaron en medio de la lancha, en una tabla. Dos guerrilleros al frente, dos atrás, ‘Chaverra’ detrás de nosotros. Navegamos hacia el norte, aproximadamente unos 30 minutos.

La identificación del general



Llegamos aproximadamente como a las seis de la tarde a otro corregimiento. Ahí recibieron a estos señores. Hicieron otra llamada. Nos condujeron unos 15 minutos más hacia el oriente, en donde llegamos a una casa de madera.
A las siete de la noche, aproximadamente, ‘Chaverra’, que se había quedado en ese corregimiento, llegó en otro bote, y dijo: “General Rubén Darío Alzate Mora, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, a partir de este momento, usted es prisionero de guerra”, y me esposaron.
Me preguntaron si tenía un chip en el cuerpo. Fue tal la presión, que en esos momentos en que se escuchó un desembarco atrás de nosotros y uno adelante, el cabecilla que estaba encargado de nuestra seguridad se devolvió hacia el lugar donde nos encontrábamos los tres secuestrados a preguntar: “¿General, qué hacemos”? Entonces yo dije: “¡Pues dele pa’ delante!”.
Yo iba en unos zapatos de cuero, un bluyín y la camisa… que lo hice deliberadamente, porque sabía que si había una operación de rescate, sabían que yo era el general por esa camisa. Por eso la utilicé todo el tiempo durante mi desplazamiento, así estuviera mojada o sucia.

Las especulaciones



Estaban todas las especulaciones que se crearon alrededor del secuestro, la problemática, la desinformación, la información mal suministrada.
Hay unas variables mal manejadas que produjeron esas especulaciones, como que alguien me ordenó que me presentara ante las Farc, lo cual es totalmente absurdo.
El hecho causó, desde el punto de vista del honor militar, mucho impacto en la nación, pero también en las Fuerzas Militares, el Ejército y mis hombres, y pues pedí mi retiro.
Lógicamente, fue un evento que movió totalmente el proceso (de paz), pero que también lo estabilizó.
[Ramón Jimeno le pregunta si perdona a los guerrilleros que lo secuestraron] Sí, porque hay que aportar para la paz. Parte de la paz tiene que ser el perdón y la reconciliación.

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