Tuátara, el descendiente de los dinosaurios con tres ojos [Archivo]

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24-09-2014, 07:47:04

Tuátara, el descendiente de los dinosaurios con
tres ojos.

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Las islas aledañas a Nueva Zelanda, es el lugar donde habita un verdadero fósil viviente: el tuátara, mejor conocido como uno de los reptiles más extraños del mundo. ¿Qué es lo que hace tan particular? Échale un vistazo a sus características. ¡Te sorprenderás!

1. Es el reptil más antiguo de su tipo

Representa el único descendiente vivo de los Rhynchocephalians, una orden de animales que proliferó durante el período Triásico y que se extinguió, a excepción del tuátara, hace unos 60 millones de años atrás. Esta característica le otorgó el nombre de fósil viviente, además de compararse con los dinosaurios por conservar rasgos anatómicos comunes –como por ejemplo, la forma del cráneo-.

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2. Hay sólo dos especies y viven en lugares prácticamente inaccesibles

Son conocidas científicamente como Sphenodon punctatus y Sphenodon guntheri, esta última mucho más difícil de ver. Habitan en cerca de 30 pequeñas islas que se encuentran frente a la costa de Nueva Zelanda, donde hay un clima frío, húmedo y muy ventoso. A diferencia de otros reptiles, pueden vivir bien cuando la temperatura roza los cero grados, mientras que al superar los 25 tienen posibilidades de morir.

3. Su nombre en maorí significa “picos en la espalda”

Tienen crestas espinosas que son más prominentes en los machos y que se extienden desde el centro de la espalda hasta la cola. En edad adulta, las hembras llegan a medir 40 centímetros y los machos 60: lo sorprendente es que no dejan de crecer hasta los 30 años de vida.

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4. Tienen un tercer ojo

Es una de las características más extrañas de estos animales. Se ubica en la parte superior de la cabeza y, aunque tenga retina, cristalino y terminaciones nerviosas, no les sirve para ver con nitidez porque está recubierto de escamas. Sin embargo, puede detectar luz y se cree que lo utilizan para regular su metabolismo.

5. Son activos durante la noche

De día duermen en sus madrigueras y de noche salen a cazar. Se alimentan de insectos pero también de lagartijas, aves y huevos gracias a su particular anatomía: tienen dos filas de dientes en su mandíbula superior y una en la inferior, lo que les permite desgarrar mejor a sus presas. El problema es que estas piezas no pueden reemplazarse y en edad adulta –cuando ya están rotas o desgastadas- deben optar por alimentos más blandos, como lombrices.

6. Presentan un ciclo reproductivo muy largo

Alcanzan su madurez sexual cuando tienen entre 10 y 20 años. Si bien los machos pueden aparearse todos los años, las hembras suelen entrar en celo cada cuatro y ponen entre cinco y 18 huevos por vez. La incubación es de 15 meses, siendo la más larga de cualquier otro reptil.

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7. La temperatura del nido determina su sexo

Esta característica la comparten con otros reptiles como el cocodrilo. Lo espectacular es que sólo un grado de diferencia puede determinar su condición: a los 21 grados hay un 50 por ciento de posibilidades para ambos sexos, a los 20 un 80 por ciento para las hembras y a los 22 un 80 por ciento para los machos.

8. Pueden vivir hasta 100 años

Tienen un metabolismo lento y una gran expectativa de vida. No es anormal encontrar ejemplares centenarios. A pesar de que inicialmente habitaban en toda Nueva Zelanda, la llegada del hombre y la introducción de nuevas especies como las ratas acabaron prácticamente con toda su población. El calentamiento global ahora también es una amenaza porque que no resisten a las altas temperaturas. La especie se encuentra protegida desde 1895 y el acceso a las islas en las que habitan está estrictamente regulado.

Fuente: Animal Planet