El diminuto y casi desconocido pichiciego argentino [Archivo]

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09-09-2014, 07:46:04

El diminuto y casi desconocido pichiciego
argentino.

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En las zonas más secas, áridas y arenosas del centro y noroeste de Argentina habita un animalito muy poco conocido, el pichiciego menor. Es el más pequeño de los armadillos, pero enfrenta un gran problema: la falta de información que hay en relación a su especie. Tan poco se sabe acerca de él y sus costumbres, que los investigadores ni siquiera pueden afirmar si está en peligro de extinción o no –y si lo está, qué tan alto es su riesgo-.

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Mariella Superina es Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, donde se dedica a la conservación de armadillos y quirquinchos. Además, es Presidente del Grupo de Especialistas en Armadillos, Perezosos y Osos Hormigueros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), un grupo de voluntarios que trabajan en pos de la supervivencia de esos animales.

“Las evaluaciones de riesgo de extinción se hacen según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que son criterios objetivos y cuantitativos. Para poder decir que una especie está amenazada uno tiene que saber, por ejemplo, qué cantidad de ejemplares tenía su población antes y cuántos tiene ahora, o estar en condiciones de afirmar que su área de distribución se redujo. Pero de los pichiciegos tenemos información muy básica, todavía estamos recolectando datos”, explicó Superina a Animal Planet.

Como consecuencia, la especie actualmente está catalogada como Deficiente de Datos (Data Deficient) en la Lista Roja de la UICN. “Es muy probable que en realidad esté amenazado de extinción, pero simplemente no lo sabemos. No tenemos forma de hacer un censo en el campo porque para eso tendríamos que poder contar los animales, sus huellas o algún signo indirecto, y no hay de los pichiciegos; no tenemos la metodología para determinar cuántos hay y dónde están”, agregó la especialista.

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Pichiciego: Un animalito difícil de encontrar

Lo cierto es que fue descubierto hace siglos, pero al tratarse de un animal fosorial (es decir, que vive bajo tierra casi toda su vida), es muy difícil verlo en el campo. Vive en el desierto, entre médanos y dunas, zona no apta para el ser humano. Si sale a la superficie lo hace de noche y, en la mayoría de los casos, camina hasta cinco metros y se entierra de nuevo, por lo cual incluso encontrar sus rastros es complicado. Además, es muy pequeño: mide hasta 10 centímetros y pesa alrededor de cien gramos.

Tiene otra característica particular: es muy susceptible al estrés. Por lo tanto, en cautiverio suele morir a los ocho días, agobiado por el cambio de ambiente y temperatura, lo cual hace que se niegue a comer. “Con la falta de información que hay, en el peor de los casos podemos llegar a que se extinga la especie y ni nos demos cuenta. Actualmente, en Mendoza (Argentina), contactos que van desde autoridades hasta pobladores nos avisan si aparece algún pichiciego y, generalmente, yo tengo registros de dos avistajes al año. Es muy poco”, subrayó Superina.

Esto lleva a dos posibilidades: que haya una cantidad regular de pichiciegos y simplemente no aparezcan, o bien que estén disminuyendo y a largo o mediano plazo se extinga la especie. Las dos son preocupantes.

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Plan de acción

Según consigna la UICN, hay áreas protegidas como el Parque Nacional Lihué Calel, en la provincia argentina de La Pampa, y otras en la provincia de Mendoza. Existe también legislación nacional y provincial que apunta a proteger al pichiciego, como la Ley Provincial 6599 de Mendoza, que declara a este tierno animalito (y a otras especies) Monumento Natural Provincial.

Además, la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza está trabajando en protocolos de rescate para agilizar la intervención en casos de avistaje de pichiciegos. A esto se le suma un factor fundamental: llegar a la población para lograr un mayor nivel de concientización sobre la vulnerabilidad de la especie. Sucede que un gran factor de riesgo para ella es el desconocimiento que tienen las personas locales, quienes en ocasiones se llevan a los pichiciegos a sus casas, pensando que pueden tenerlos como mascotas, o los venden.

Resulta difícil armar un plan de conservación concreto para una especie tan desconocida, teniendo en cuenta que ni siquiera se sabe con certeza en qué zona específica se encuentran. “No sabemos cuál es el área de acción de un pichiciego. Sospechamos que son solitarios, porque en todos los registros de campo se los encontró alejados uno del otro, pero no sabemos si en una hectárea hay uno solo o puede haber cien”, dijo Superina.

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¿Qué sabemos del pichiciego?

-Su nombre científico es Chlamyphorus Truncatus y pertenece a la familia de los dasipódidos (Dasypodidae). -Es endémico de Argentina, lo que significa que no hay ejemplares en otro país. Se lo puede encontrar en Catamarca, Córdoba, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Río Negro, San Juan, San Luis, y el sur de Buenos Aires. Siempre en zonas muy secas, áridas y de suelos arenosos.

-Su nombre tiene una explicación: “pichi” significa “chiquito” en mapuche. La parte de “ciego” tiene que ver con que no se le ven los ojos, ya que posee pelitos sedosos y blancos que le cubren todo el cuerpo. No es exactamente ciego, ya que puede distinguir claridad de oscuridad. Sin embargo, no puede captar colores, aunque tampoco le hace falta, ya que vive bajo la tierra. -Es muy distinto a otros armadillos físicamente, pero comparte la característica de ser solitario.

-Sus cuevas son poco profundas, se ubican a alrededor de 15 centímetros por debajo de la superficie. Para hacerlas, busca un suelo compacto, va escarbando, da marcha atrás y, con la placa vertical que tiene atrás, compacta el suelo detrás de sí mismo, como si se tratara de una pala. De esta forma, va tapando la cueva detrás constantemente. -La punta de su cola tiene forma de diamante y la utiliza para apoyarse, como si fuera una quinta pata. Así, puede utilizar sus extremidades delanteras y sus garras para cavar.

-Se alimenta de insectos y raíces que encuentra bajo tierra. En las raíces de los arbustos puede haber insectos asociados, por lo que raramente sale a la superficie. -En base a registros fósiles de cuevas, los investigadores sospechan que no tiene una estable a la que regresa, sino que está siempre en movimiento bajo tierra, buscando alimento. Sin embargo es posible que durante la reproducción, cuando la madre tiene crías, se quede en un mismo lugar. -Existe la teoría de que se reproduce en noviembre y diciembre, porque en febrero y marzo es cuando más avistajes se registran, y casi siempre son juveniles. Esto podría significar que son crías independizándose, que salen a recorrer y buscar su propio territorio.

El pequeño Kirko

En 2009, las autoridades mendocinas le entregaron a Mariella Superina un pichiciego que corría peligro de ser comido por perros en la zona que habitaba. Se construyó un terrario para Kirko, en el cual se instalaron cámaras infrarrojas con sensor de movimiento para poder registrarlo, ya que era muy difícil de ver su comportamiento nocturno. Así, Superina pudo filmar la curiosa forma en la que el pichiciego cava. “Probé decenas de ingredientes diferentes (frutos nativos, escarabajos), de todo, y él quería comer una determinada mezcla de ingredientes: no le podía cambiar ni cinco gramos de esa mezcla, porque no la comía.

De ese animal yo creía que había aprendido mucho, pero cuando me llegó el siguiente pichiciego e hice la misma mezcla de comida, no la comió. Eso demuestra que tienen preferencias individuales”, contó Superina.

Una vez más, definir patrones generalizados para los pichiciegos resulta un desafío. Los investigadores, apasionados, continúan pensando formas de conocer más a este misterioro animal y así asegurarse de que su especie está sana y salva.

Fuente: Animal Planet