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Ver la Versión Completa Con Imagenes : una noche de velitas y de placer


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
dekert
19-12-2011, 10:49:06
En estos días de diciembre, en los que cualquier momento es apropiado para celebrar, con la excusa de que llegó la navidad y el fin de año, y todo vale, decidí salir con una amiga a festejar la Noche de las Velitas.
Ni ella ni yo sabíamos qué nos deparaba la noche, pero igual, me alisté como si ésta fuera la ‘faena’ más esperada del año.

A las ocho, mi amiga Tatis y yo decidimos que ya era hora de ir a buscar la farra, así que muy emperifolladas salimos de mi apartamento hacia lo que sería nuestra gran rumba.

Al llegar a la puerta del bloque, encontramos unos muchachos del conjunto, bebiendo aguardiente, y al vernos tan mamacitas, nos invitaron a compartir con ellos unos tragos.

Rechazamos la propuesta de una, porque ese no era nuestro plan.

Después de decirles no a los chicos del conjunto, que por cierto no estaban nada mal, seguí caminando con Tatis y salimos a buscar un taxi.

En el camino hacia la avenida, no paramos de hablar de lo guapos que estaban, en especial Daniel, aquel muchacho tímido que desde niña me había gustado tanto, y que por fin, después de muchos años, se había atrevido a hablarme y a ofrecerme un trago.

Mientras hablábamos, a Tatis le sonó el celular…”Algo tenía que dañar nuestra noche”, le dije al ver su cara, pues el tipo que le movía la aguja la había llamado para invitarla a salir.

“Ni modo, me tocó hacer plan sola”, pensé.

Pero, ¿qué podía hacer sola? Al parecer, mi ‘gran noche’ se derrumbaba, porque, de repente, hasta las ganas de salir a rumbear se me habían pasado, y el plan de irme a tomar con los muchachos del conjunto no me parecía ya tan aburrido.

Y me devolví a mi apartamento, pensando en el ridículo que haría después de haberlos rechazado, “porque tenía mejores planes”.

Al llegar a la portería noté cómo me miraban, mientras sonreían y soltaban algunos comentarios que, afortunadamente, no alcancé a escuchar.

Me sentía como una idiota, pero como siempre logro lo que quiero, no me dejé achantar y me propuse arreglar mi noche como fuera.

De modo que comencé a caminar hacia el bloque, meneando mis caderas y mi pompis de manera atrevida.

Al pasar frente a ellos, les hice una coqueta sonrisa. Daniel me miró y me preguntó: “¿No y que te ibas de rumba?”

“Preferí quedarme a disfrutar con la gente del barrio”, le respondí, mientras dejaba caer una moneda y me agachaba a recogerla, con la intención de provocarlo.

Mi estratagema barata dio resultado, porque de una se levantó de donde estaba sentado y me invitó a un trago.

Se lo recibí y me lo tomé. Pasé la lengua por mis labios, para incitarlo de nuevo. Tenía claro ya que él sería mi presa de esa noche.

Después, me ofreció otro trago, que me supo más delicioso aún. Lo saboree, lo sentí bajar por mi garganta y un minuto después comencé a sentir mis pantis húmedos: las miradas insistentes de Daniel y el aguardiente comenzaban a ponerme cachonda.

Seguimos bebiendo.

Me sentía cada vez más arrecha, y para provocar aún más a Dani lo miraba con insistencia. En varias ocasiones regué sobre mí, ‘accidentalmente’, un trago, para que mi blusa blanca se transparentara, y dejara ver mi brasier, debajo del cual sentía mis tetas cada vez más duras y erizadas.

Luego de un rato, Daniel ya estaba más lanzado y cariñoso conmigo. Aproveché para apartarlo de sus amigos, con otra excusa: le dije que tenía ganas de orinar y que mi amiga se había llevado las llaves del apartamento.

Él me ofreció su baño.

Nos fuimos a su apartamento. Entré al baño, mientras él me esperaba en la puerta. Salí de nuevo, con el pretexto de que se me había atorado la cremallera. Llevaba el pantalón desapuntado, y las tangas bajitas, para que pudiera ver mi pelvis.

Le pedí que me ayudara con la cremallera.

Dani entró al baño y comenzó a tratar de subírmela. Yo abría las piernas, para impedir que la corredera subiera, y cada vez que él rozaba mi pelvis movía mis caderas, para que se decidiera a meter su mano entre mi tanguita ya húmeda.

De repente, busqué su boca y lo besé. De una, Daniel entendió que la cremallera no era el problema. Nos comenzamos a besar con tanto deseo, que ya no pudimos parar.

Daniel bajó su mano hasta mi cuca y metió su dedo anular en ella. Y comenzó a jugar con mi clítoris, cada vez más duro y caliente. Entonces me quité el jean. Dani me miraba con deseo, mientras yo cogí su mano y la ponía en mi cuca. Ardía de placer y, tembloroso, decidió bajarme los pantis, que ya estaban bien mojados.

Se agachó, abrió mis piernas y me pasó un buen lengüetazo que me sacudió de placer. Siguió besando mi cuca con tantas ganas que casi se la comía. Nunca imaginé que aquel amor de mi infancia supiera chuparla tan bien.

Empecé a acariciarme la tetas, imaginando que eran sus manos. Al notar que del placer yo apretaba mis piernas, subió una de ellas sobre la cisterna, para poder introducir mejor su lengua dentro de mí.

Luego se levanto y se sacó la verga. Me agarró del pelo y con un suave y excitante empujón me bajó hacia ella. La puso en mi cara, abrí la boca y empecé a chupársela.

Le pasaba la lengua por toda ella, aspiraba su aroma, mientras masajeaba sus nalgas, que se comprimían cada vez que la empujaba hacia el fondo de mi garganta.

De repente, sentí cómo su cuerpo se estremecía y tras un apretón, un chorro de semen tibio estalló sobre mi cara. Yo estaba aún muy arrecha y seguí excitándolo.

Después de algunos minutos, me paré frente a él, abrí mis piernas y metí su verga, de nuevo dura, entre mis muslos. Y empezó a rozarla contra mi clítoris hinchado. No alcanzó a restregarla mucho, porque, de repente, de una embestida feroz me la metió toda y comenzó a culearme.

Luego me volteó, me puso en cuatro y me acometió por detrás. Me retorcía de placer y de dolor. Me comió varias veces de esa forma.

Después, se sentó en la cisterna, me cogió de las caderas y me puso sobre él. Comenzamos a movernos como descubriendo un raspa y gana. De repente, sentí un corrientazo que me erizó toda. Me estremecía, sentía que me ahogaba, pero no quería ni podía parar.

Entonces, él me apretó todavía más, comenzó a chuparme las tetas y el cuello, a respirar acezante, y en un torbellino de besos confusos y húmedos llegamos juntos al orgasmo.

Después, nos vestimos. Salí para mi apartamento. Era ya de madrugada. En el conjunto, ya no se veía a nadie despierto. Sólo las últimas velas que se derretían a la entrada de los bloques de edificios, parecían tener vida.

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
CANTI*
19-12-2011, 19:15:31
exelente relato!!!!

RatonDark
20-12-2011, 09:06:35
excelente

muy bacano el relato

Saimon_Vzla
22-12-2011, 02:01:14
Excelente relato.... solo lo mejora una letra un poco mas grande..... si tienes mas relatos publicalos...

SEÑORKTM
24-12-2011, 21:10:55
Muy buenoooooooo

felicitaciones

ReinaZ
25-12-2011, 13:35:03
Bueno!

NICO CANADA
25-12-2011, 14:45:13
Buen relato

INMORTALIS117
25-12-2011, 17:22:06
algo craneado, me gusta mas cuando dejan que uno pueda soltar la imaginacion y meterse en la historia,, igual lleva repu

fabian86
26-12-2011, 22:27:18
exelente pesaron rebien