Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
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jav01
24-12-2018, 01:20:31
Duque: ven 2019, ven no tardes tanto
Por Carlos Alberto Giraldo Monsalve
El presidente Iván Duque se dejó encasillar muy pronto por los opinadores y los caricaturistas más críticos de su figura y su gestión: bisoño, niño, enanito, cantantico, ventrilocuo, farandulero, superfluo, mandadero. Y luego provino de la misma ciudadanía la sanción social y política por el anuncio de una reforma tributaria (“Ley de Financiamiento”) que golpeaba los ingresos y la calidad de vida de las clases medias. Se dejaba de lado una veintena de rentas e ingresos, con perfiles mucho más suntuarios y vinculados a rentistas y empresarios, que podían gravarse, y se daba el paso más fácil: hinchar el IVA de la canasta familiar.
La aceptación de Duque en las encuestas, que además había prometido en campaña no subir impuestos a las clases populares; es decir, al 80 % de los colombianos, quedó hecha polvo. Sus esfuerzos por rodearse de personajes que tengan la bendición de las redes sociales y las masas, con el ánimo de calar en el corazón del pueblo, no sirvió para neutralizar la embarrada de su peregrina reforma tributaria, que sigue dando tumbos y es mal vista por expertos economistas en sus efectos finales.
Que sea fan de Maluma y Carlos Vives se le pasa, aunque ello diga mucho de por qué le gusta surrunguear la guitarra, como todo buen músico frustrado que se quedó tocando en reuniones familiares y grupos de amigos que se aguantan la tortura de un regular cantante y peor instrumentista. ¡No le dé, presidente, en estas fiestas de fin de año, por encimarnos un karaoke, porque esa sería una corona de espinas, para usted y nosotros, en plena natividad. Favor esperar jueves de Semana Santa.
Presidente Duque, está recibiendo palo de sus contradictores, de los radicales y los moderados. De quienes se lo tragan a medias e incluso de sus copartidarios, esos que lo empujan bordeando las arenas movedizas del Partido de la U, el conservatismo y el mismo Centro Democrático.
Los jinetes más pura sangre del uribismo, dicen que su talante es santista. Los santistas lo ven demasiado embargado por los intereses de Uribe. Para los fajardistas, usted es un barco sin rumbo, sin brújula, sin carta de navegación. Y ante los Verdes y la Colombia Humana, lo único rescatable de su ejercicio político son los buenos modales.
De la gente de a pie, ni qué decir del pánico que regaron sus anuncios de más impuestos para tapar el hueco fiscal.
Presidente, aproveche el fin y el inicio de año para reinventarse, pero no de la mano de Juan Pablo Bieri y RTVC, porque le suman otro sambenito peor: el de la censura, en canales públicos convertidos en máquina de propaganda oficial. Tiene usted por delante un 2019 muy retador.
FUENTE: elcolombiano.com
Por Carlos Alberto Giraldo Monsalve
El presidente Iván Duque se dejó encasillar muy pronto por los opinadores y los caricaturistas más críticos de su figura y su gestión: bisoño, niño, enanito, cantantico, ventrilocuo, farandulero, superfluo, mandadero. Y luego provino de la misma ciudadanía la sanción social y política por el anuncio de una reforma tributaria (“Ley de Financiamiento”) que golpeaba los ingresos y la calidad de vida de las clases medias. Se dejaba de lado una veintena de rentas e ingresos, con perfiles mucho más suntuarios y vinculados a rentistas y empresarios, que podían gravarse, y se daba el paso más fácil: hinchar el IVA de la canasta familiar.
La aceptación de Duque en las encuestas, que además había prometido en campaña no subir impuestos a las clases populares; es decir, al 80 % de los colombianos, quedó hecha polvo. Sus esfuerzos por rodearse de personajes que tengan la bendición de las redes sociales y las masas, con el ánimo de calar en el corazón del pueblo, no sirvió para neutralizar la embarrada de su peregrina reforma tributaria, que sigue dando tumbos y es mal vista por expertos economistas en sus efectos finales.
Que sea fan de Maluma y Carlos Vives se le pasa, aunque ello diga mucho de por qué le gusta surrunguear la guitarra, como todo buen músico frustrado que se quedó tocando en reuniones familiares y grupos de amigos que se aguantan la tortura de un regular cantante y peor instrumentista. ¡No le dé, presidente, en estas fiestas de fin de año, por encimarnos un karaoke, porque esa sería una corona de espinas, para usted y nosotros, en plena natividad. Favor esperar jueves de Semana Santa.
Presidente Duque, está recibiendo palo de sus contradictores, de los radicales y los moderados. De quienes se lo tragan a medias e incluso de sus copartidarios, esos que lo empujan bordeando las arenas movedizas del Partido de la U, el conservatismo y el mismo Centro Democrático.
Los jinetes más pura sangre del uribismo, dicen que su talante es santista. Los santistas lo ven demasiado embargado por los intereses de Uribe. Para los fajardistas, usted es un barco sin rumbo, sin brújula, sin carta de navegación. Y ante los Verdes y la Colombia Humana, lo único rescatable de su ejercicio político son los buenos modales.
De la gente de a pie, ni qué decir del pánico que regaron sus anuncios de más impuestos para tapar el hueco fiscal.
Presidente, aproveche el fin y el inicio de año para reinventarse, pero no de la mano de Juan Pablo Bieri y RTVC, porque le suman otro sambenito peor: el de la censura, en canales públicos convertidos en máquina de propaganda oficial. Tiene usted por delante un 2019 muy retador.
FUENTE: elcolombiano.com
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