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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
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30-11-2017, 21:06:35
Así mutó el discurso de Santos sobre las Farc en política

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Ante los reparos que se vienen realizando al Acuerdo, el presidente Santos ha dicho que se le debe cumplir la palabra empeñada a las Farc.

El mayor obstáculo en los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc, entre los voceros del No y el Gobierno en la renegociación, y ahora en el Congreso, en el trámite de las leyes que desarrollan la implementación del Acuerdo, fue y es la participación política de las Farc.

Incluso, tres meses antes de que el expresidente Álvaro Uribe filtrara la noticia de los diálogos exploratorios en La Habana, en agosto de 2012, mientras se tramitaba el denominado Marco Jurídico para la Paz, el presidente Juan Manuel Santos trinó que ni Timochenko, ni ningún cabecilla de la guerrilla, ocuparía cargos de elección popular.

Para la época, ese proyecto de acto legislativo ya levantaba ampolla en la oposición, pues establecía instrumentos jurídicos de justicia transicional, para la terminación del conflicto. Aunque no tenía nombre propio, el Gobierno dialogaba en secreto con las Farc.

Desde ese momento hasta la firma final del Acuerdo final, en el Teatro Colón, el discurso oficial fue variando y se fue corriendo la cerca que parecía infranqueable.

Incluso, la semana pasada, desde Londres, donde recibió el reconocimiento del Real Instituto de Relaciones Internacionales británico, Chatham House, por su esfuerzo para terminar el conflicto en Colombia, Santos se refirió a su trino de 2012. Explicó que esos eran los riesgos que asumió durante la negociación y que “los gobernantes se vuelven víctimas de sus palabras”.

1. Inició sin participación política de las farc

El 4 de septiembre de 2012 el presidente Santos, en alocución, le comunicó al país que la fase exploratoria con las Farc había concluido y que las partes habían firmado un acuerdo general para la terminación del conflicto, de cinco puntos, que marcaría la hoja de ruta de la fase pública, hasta llegar a un acuerdo final.

El punto dos, sobre participación política, no hacía alusión a las Farc sino a las garantías para el ejercicio de la oposición política y a la participación ciudadana. Según Santos, para que se pudiera protestar sin temor, y “se rompiera el lazo política - armas”.

En el punto tres, sobre el fin del conflicto armado, incluyó la dejación de las armas y la reintegración de las Farc a la vida civil, pero tampoco menciona la participación política de los desmovilizados.

En la instalación de la fase pública de la negociación, en Oslo (Noruega), el 16 de octubre de 2012, el jefe negociador, Humberto de la Calle, aludió a esa posibilidad, pues dijo que las Farc podrían seguir en oposición, pero “desde la democracia”.

Además, para hacer frente a las primeras críticas que surgieron, dijo que no iban a negociar el modelo económico, ni la doctrina militar o sobre la propiedad privada, y agregó que “para que eso se discuta en la agenda colombiana, las Farc tienen que dejar las armas, hacer política y ganar las elecciones”.

Dos semanas antes el mandatario ya había empezado a preparar el camino del debate que venía en la negociación. En declaraciones a la prensa precisó que no se le podía pedir a las Farc que se arrodillaran, se rindieran y entregaran las armas, porque no lo haría. “Debe existir una salida, y esta salida debe permitirles participar en la arena política”.

Según Felipe Botero, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Arizona (EE.UU.) y docente de la Universidad de los Andes, aunque todavía no es muy claro cómo va a ser la participación política de las Farc, para eso se desmovilizaron y dejaron las armas. “Lo raro sería que una guerrilla negocie y se desarme para quedarse cruzada de brazos”.

Sobre si la variación del discurso de Santos es uno de los causantes de su desfavorabilidad en las encuestas, manifestó que el costo político es para la democracia colombiana, que sigue cerrada y no permite que sectores excluidos participen pacíficamente en el debate público.

2. Apertura política, no cargos para Farc

El 6 de noviembre de 2013 fue dado a conocer el Acuerdo de Participación Política, que buscaba fortalecer este ejercicio para todos los colombianos, los asuntos públicos y la construcción de la paz. Tampoco hizo referencia a la posibilidad de que líderes de las Farc pudieran aspirar a cargos de elección popular.

No obstante, en ese momento Mario Puerta, asesor de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, explicó que este punto era fundamental porque permitía que quienes han estado en armas las pudieran dejar para defender sus ideales. Nada más.

Los tres pilares de este punto eran facilitar la creación de nuevos partidos políticos (no se habla aún de una colectividad para las Farc financiado por ocho años por el Estado), aumentar la participación ciudadana en la toma de decisiones (veeduría ciudadana) y romper el vínculo entre política y armas (crear un estatuto de la oposición y una misión electoral especial que construya una propuesta de reforma política y electoral).

De igual manera, presentó la creación de circunscripciones transitorias especiales de paz en las regiones más golpeadas por el conflicto, para garantizar una mejor integración de estas zonas y una mayor inclusión y representación política de sus pobladores. Todavía no se habla de las curules asignadas para la Farc en el Congreso por dos periodos.

3. Niega que Timochenko sería candidato

El profesor español Javier del Rey Morató, referente de la teoría de la Comunicación Política, explica que durante las campañas los candidatos hacen uso de los “juegos del lenguaje”, son afirmaciones que, como los productos lácteos, se vencen cuando culmina la época electoral.

En un debate electoral, a días de la segunda vuelta presidencial entre Santos y Óscar Iván Zuluaga, transmitido por City TV - El Tiempo TV, el presidente candidato, ante el acoso de su contendor, tuvo que negar algo que ya se discutía en Cuba, la participación política.

Zuluaga le dijo que quería una paz, pero con la condición de que ‘Timochenko’ no fuera al Congreso, y que pagara por los crímenes que ha cometido con la sociedad. “Usted quiere impunidad o dígale al país si quiere ver a Timochenko en el Congreso o no (...) un proceso de una paz negociada no es para regalar cargos”.

Santos ripostó: “Deje de decir mentiras. De mi boca no ha salido nunca la palabra impunidad. Cualquier persona que haya cometido crímenes de lesa humanidad tiene que ir a la cárcel porque así lo dice la Constitución Nacional y la legislación internacional”.

Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, es hoy candidato presidencial y varios miembros del antiguo secretariado, la mayoría con condenas vigentes por múltiples delitos atroces, irán al Congreso el próximo año, así lo dejó claro la Corte Constitucional en la sentencia que le dio vida libre al mecanismo de Justicia Especial para la Paz.

Al respecto Nury Astrid Gómez, especialista en Comunicación Política de la U. Eafit y máster en Asesoramiento de Imagen Pública de la U. Camilo José Cela (España), afirmó que, si de algo ha carecido Santos es de coherencia discursiva, en tanto responde a la coyuntura política.

“Conoce perfectamente su papel de héroe o villano ante defensa o ataque de una estrategia. La oscilación pendular entre un discurso y otro revela acomodación de su rol ante el contexto. Eso le resta credibilidad y posibilita a contradictores hacer generalizaciones extremas e intencionadas en afectar su reputación”.

4. Sin armas Farc sí podrán hacer política

Un año y un mes después de las elecciones presidenciales, en julio de 2015, Santos cambió de nuevo su discurso. En su cuenta de Twitter escribió que “no habrá paz ni política armada. Aún no se define participación. Sin armas Farc podrán hacer política”.

Al respecto Liliana Gómez, doctora de la Universidad de París 2 Panthéon-Assa, con una tesis sobre Twitter y Política en Colombia y es docente de Comunicación Política de la U. Sergio Arboleda, precisó que liderar un Acuerdo con un grupo armado tiene grandes costos políticos y cambios en la forma de afrontar los temas.

“Las palabras se van adecuando a lo que en la mesa se va negociando y es obvio que al final se cambien posturas. Entonces, esto lo veo completamente normal. El presidente Santos saldrá del gobierno con los índices más bajos de favorabilidad de la historia, pero al final habrá logrado su objetivo fundamental, que era firmar un Acuerdo de paz con las Farc”.

5. No habrá curules a dedo para las Farc

El 25 de julio de 2015, en una entrevista concedida a Noticias RCN, le preguntaron al presidente Santos si por firmar la paz las Farc tendrían una curul gratis en el Congreso. El mandatario contestó que no, que se la tenían que ganar en una campaña. “Existe esa desinformación, que hay unas circunscripciones que se las vamos a dar a dedo a las Farc, eso no es cierto”.

Pese a esto, el 18 de agosto de 2016, cuando el Gobierno reveló la adición al punto dos del Acuerdo (participación política), pactado en 2013, confirmó que las Farc participarían en las elecciones de 2018 con una representación mínima asegurada de curules, así no lograran pasar el umbral.

En ese momento no dijo el número exacto de curules. Pero días después el Gobierno confirmó que eran cinco en Cámara y cinco en el Senado.

Según el viceministro de Hacienda, Andrés Escobar, para cumplir el Acuerdo y financiar el nuevo partido político de las Farc hasta el 2016 se requieren 232.082 millones de pesos. “Los recursos asignados para funcionamiento y centro de pensamiento son adicionales a los presupuestados para los partidos y movimientos políticos”, dice.

6. ¿Tiene que ir a JEP antes que a la política?

En la misma entrevista con la periodista Claudia Gurisatti, el mandatario, aunque no dijo de manera explícita que las Farc deben ir a la JEP antes de participar en política, sostuvo que no habrá paz con impunidad, y que esa justicia implica que las Farc tienen que ser investigadas y juzgadas por los delitos que han cometido. “No es negociable que no pasen por el elemento penal”.

Hace dos semanas, en la U. de Otawa (Canadá), Santos dijo que “la gente está tratando de convencer a los legisladores de que los comandantes de la guerrilla deben pasar por la JEP antes de poder ser candidatos, lo cual uno podría pensar que es lógico. Pero el Acuerdo dice que pueden presentarse como candidatos a la Presidencia y que si son condenados tendrían que pagar su condena al mismo tiempo”.

Según Bibiana Clavijo, magíster en Estudios Políticos y docente de Marketing Político de la U. del Rosario, Santos ya tiene el sol de espaldas y construyó el legado que se había trazado y por eso puede hacer afirmaciones que aseguran la materialización del Acuerdo.

Alicia Peñaranda, consultora política y docente universitaria, dice que la mutación discursiva se explica por el afán de sacar adelante el Acuerdo como un episodio histQórico que transforma al país. “El costo político se está viendo con el problema para que la JEP se apruebe en el Congreso y se verá en los resultados de 2018”.

La semana antepasada, en alocución presidencial, y ante el intento de los conservadores de impedir que las Farc ejercieran cargos públicos sin pasar por la JEP, el presidente Santos fue categórico: la participación política de las Farc es para ya, no en 20 años.


FUENTE: elcolombiano.com