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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Heráclito
01-11-2017, 08:59:22
Un Olimpiakos valiente y un Barça con mucha voluntad y poca puntería. Ambos con méritos. Partido entretenido que mostró la pólvora mojada de Suárez y cómo puede controlarse a Leo Messi, aunque haya que echarse la bendición porque con el argentino nunca se sabe.

LOS DE VALVERDE PERDIERON LA PUNTERÍA EN GRECIA

El Barça echa de menos a Suárez

JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ

31/10/2017 - 22:44.

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Un partido serio, intenso, bien trabajado por el Barça, no acabó en triunfo porque falló lo que no suele. Entre las buenas manos de Proto en momentos clave, especialmente al final, y las dudas de Suárez en el remate, los azulgranas se tuvieron que conformar con un punto que sabe a poco. El uruguayo no encuentra la salida al callejón oscuro y sin goles en el que anda metido desde hace un tiempo.

En nada se pareció el duelo ante Olympiacos al celebrado en el Camp Nou. Lo que allí pareció un equipo sin alma se transformó en un conjunto solidario y enérgico que pujó por cada pelota como si costara una fortuna. Ganó por ello el descanso con 0-0, por su aplicación y el ritmo desbocado en la persecución de los azulgranas, que pese a las dificultades actuaron mucho mejor que en otros partidos ganados con comodidad.

Hay que ser muy bueno para que te recuerden con tanto cariño cuando regresas al que fue tu estadio y puedes dejar a esos hinchas que te vitorean fuera de la competición europea. "Ernesto, gracias por tanto", se leía en una pancarta enorme en la tribuna. Valverde dejó huella en el Georgios Kariskakis donde habita una afición agradecida y caliente, que empuja a los suyos a defender cada metro de verde."Mandamos en esta tierra", proclamaron en el tifo previo. Ya lo sabía su ex entrenador, porque el Barça se activó desde el minuto uno.

Como en el Metropolitano, Busquets emergió desde el centro para ordenar la presión alta y dificultar la salida griega. Primero se activaron Messi y Jordi Alba, que no engancharon por milímetros los servicios del pivote.Después fue Semedo quien combinó con Sergi Roberto para combinar por el costado derecho.

La orden clara fue robar cerca y derbordar por los costados. En el centro, con el gigantón Tachtsidis vigilando las internadas de Messi, los griegos estaban bien blindados.

Con todo, la primera acción de peligro clara fue para Elabdellaoui, que no pudo conectar en un mano a mano por el cruce milagroso de Umtiti. El francés está a gran nivel, aunque se liara en un lance con Ter Stegen y estuvieran a punto de dar ventaja a Olympiacos.

Después de varios partidos olvidado al fondo del banquillo, Denis Suárez encontró su oportunidad en el costado izquierdo del ataque azulgrana. No tiene la verticalidad de Alba, pero es de pie fino. El gallego metió una pelota lujosa al desmarque de Luis Suárez, pero el uruguayo erró en el diagnóstico. Metió la puntera derecha en lugar del exterior y la pelota no cogió curva.

No tuvo que intervenir el belga Proto frente a Lucho, pero dio una buena respuesta a Messi. Detuvo abajo una diagonal rapidísima del 10 que se llevó enganchado de la espalda a Tachtsidis. Y después, en un golpe franco clásico, desvió junto a la escuadra.

En el final del primer acto se estiró Olympiacos con velocidad. Fortounis remató flojo una contra preciosa al primer toque, la mejor jugada rojiblanca, y en otra salida rápida de Oudjidja se tensaron las fibras del bíceps derecho de Sergi Roberto hasta contracturarse. Cambio inmediato. Deulo al tapete.

Pese a la energía desplegada en cada jugada, al Barça le costó horrores generar peligro claro en la reanudación. La entrada de un extremo puro quitó elaboración, y eso facilitó el trabajo de Olympiacos, que adelantó líneas, pero le falta calidad arriba. Una mano de Ter Stegen en una falta cerrada fue todo lo que inquietaron los griegos. Eso no ocurre con el Barça, al que le basta un despiste ajeno para decidir un partido.

Pudo hacerlo Messi después de robar una pelota en tres cuartos, coger mal parada a la defensa rival y combinar con Suárez. El uruguayo, en buena posición, no anda sobrado de confianza, y por eso buscó atrás a Leo, que remató a contrapié. Fuera.

Valverde corrigió con el relevo de Rakitic con Paulinho. Mano de santo. El Barça recuperó el mando del juego y no lo abandonó hasta el último suspiro. Acumuló varias opciones de gol Suárez, que incluso, el colmo, lanzó un globo que superó al meta y, tras botar, se fue al larguero. Imposible. Asumida la ceguera momentánea del 9 ante la portería adversaria, acudió el 10 a tratar de solucionarlo, ya sobre la hora, y allí apareció Proto. Junto al poste, a salvar un punto heroico para los griegos.

Fuente: Marca