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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Lo que la partidocracia nos concede,la partidocracia nos lo quita.


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
BETO01
13-01-2017, 08:27:20
Los comunistas tienen lo que otros no,paciencia.

Ojalá le dediquen tiempo a leer y a analizar, de pronto se convenzan que a Colombia llegó hace muchos años el comunismo y que con un simple apoyo a un engaño bien orquestado ,como lo es el tal proceso de paz,le estamos ayudando en la transición...

El gobierno noruego nunca estuvo mal informado ni fue engañado por nadie sobre la historia y las circunstancias en que se fundamentó el acuerdo de paz Santos-Farc, como algunos analistas han sostenido. Su efectiva intervención para que el mismo terminara imponiéndose sobre la voluntad de la mayoría de colombianos fue deliberada. El reino noruego está satisfecho por el fin del conflicto. Pero no por el fin del conflicto entre las Farc y la sociedad colombiana, que apenas empieza; sino por el fin del conflicto entre las Farc y la clase política del país.

Los partidos políticos que manejan el Estado y las Farc hicieron las paces. Esto es lo que hace feliz a Noruega. Esto también hace felices a los países de la Unión Europea, que ya se aprestan a desembolsar una considerable cantidad de dinero para financiar el postconflicto.

Como todo pacto entre partidos, movimientos u organizaciones de carácter político, el pacto de paz entre las Farc y los partidos que manejan el Estado colombiano fue un reparto de botín. Se trata de un botín burocrático, presupuestal y de privilegios inmerecidos. Confieso que nunca habría comprendido este fenómeno si no hubiera leído y escuchado a D. Antonio García Trevijano.

Sin embargo, el precio, o parte de botín, que los partidos políticos colombianos tuvieron que entregar a las Farc para pactar la paz fue inusualmente alto; pues las circunstancias los obligaba a ello. Si los partidos no aceptaban transarse por autorizar que las Farc estuvieran por encima de ellos y fueran los amos del país por un periodo mínimo de 10 a 15 años, éstas no estaban dispuestas a celebrar ningún pacto. Y, sin pacto, los partidos políticos temían desaparecer, o mejor dicho, temían ser vencidos y reducidos a la casi nada por Álvaro Uribe Vélez, y el movimiento que él liderara, por su imbatibilidad en las elecciones.

La historia comparada nos enseña que, en el corazón de los pueblos, las oligarquías no pueden competir contra las aristocracias. Los partidos políticos tradicionales colombianos son oligárquicos; sus jefes son oligarcas. Uribe es un aristócrata, en el sentido clásico de la palabra. Según Dalmacio Negro, el gobierno de las oligarquías protege tan solo sus propios intereses, a costa del interés público; el de las aristocracias, en contraste, defiende el interés público, aún a costa de los intereses propios.

Las Farc son necesarias para los partidos políticos tradicionales porque sin las Farc los partidos no pueden reformar el sistema electoral y el Estado en general con el fin de consolidarse como partidos inamovibles, eternos, en el Estado. A pesar de que anteriores pactos de los partidos políticos ya habían introducido en la Constitución una partidocracia no representativa e irresponsable ante el pueblo; esos pactos no habían previsto la posibilidad de que un monstruo de las elecciones, como Uribe, pudiera acabar de tajo con los partidos incompetentes, como el liberal colombiano.

Sí. Las Farc fueron escogidas por Santos para que dentro del Estado hicieran el trabajo sucio a favor de la partidocracia. El pacto Santos-Farc contempla tanto una reforma electoral que convertirá la partidocracia en todopoderosa y sagrada y un mecanismo de persecución y exterminio jurídico y moral de los que no hagan parte del pacto. Como Uribe es aristócrata, no oligarca, no hará parte del pacto; cosa que la saben muy bien los partidos políticos.

Al igual que la partidocracia de Noruega y las de los países de la Unión Europea, felices están los partidos políticos colombianos con el acuerdo Santos-Farc, porque creen que las Farc tienen los mismos intereses que ellos; es decir, poder asegurado y estable, influencias, cargos públicos, dinero de los contribuyentes, contratos y una posición por encima de la sociedad. Creen los partidos que, por medio del pacto, están complaciendo las apetencias de las Farc. Sin embargo, los partidos, al creer eso, cometen un error, porque a las Farc no les interesa eso como fin sino tan solo como medio para imponer la primera fase del comunismo, la llamada por Marx dictadura del proletariado, aunque en la modalidad tropical del socialismo del siglo XXI.

Pero Santos, más astuto que un zorro y más inteligente que los demás dirigentes de la partidocracia colombiana, conoce perfectamente las intenciones y objetivos políticos de las Farc. Por eso pactó con esta organización guerrillera un periodo de transición de 10 a 15 años, como etapa intermedia entre el fin del conflicto y la consolidación de un estado de partidos o partidocrático compatible con el socialismo tropical del siglo XXI.

Aunque a Santos, como cualquier otro socialdemócrata, le interesa tan solo el disfrute del poder y de los frutos de la corrupción en el poder, y a las Farc las mueve el ideal revolucionario, utópico, del socialismo tropical, tanto aquél como estas, asesorados ambos magistralmente por los Castro, actúan políticamente con fundamentos realistas, históricos, no idealistas ni emocionales. Por eso su plan está llamado a ser exitoso, a menos que alguien tenga un mejor plan, basado también en el estudio de la realidad, que lo haga fracasar.

El objeto de estudio de Santos y las Farc, guiados por Cuba, es el experimento socialista en Cuba, en Venezuela, en Chile de Allende, en el socialismo democrático de Lula en Brasil, en el de Ecuador de Correa. Todos estos experimentos socialistas han adolecido de un defecto que de una u otra manera los hace inestables y que a largo plazo, como sucederá en Cuba, o en el corto plazo como ya está sucediendo en Brasil o Argentina, corren el riesgo de ser neutralizados o tumbados por la reacción interna de los pueblos, o por una intervención clandestina extranjera como en Chile.

Ni Santos ni las Farc desean tampoco un socialismo como el de Venezuela, porque allá los partidos de la oposición al régimen socialista son cada día más fuertes y, por lo tanto, llegará un día en que ellos echen abajo a ese régimen y lo cambien por su propia partidocracia. No. Santos ni las Farc quieren cometer los mismos errores que cometió Chávez cuando impuso su socialismo tropical en Venezuela. Ellos saben que mientras haya oposición interna viable, el socialismo no puede sobrevivir.

Lenin, consiente del peligro de la oposición, estableció la necesidad del partido único en la primera fase del comunismo. Pero hoy en día el proyecto de partido único ya no es posible, porque la cultura mundial partidocrática ya no lo permite. Por lo tanto, Las Farc y Santos, con razonable realismo, aspiran a que en un periodo transicional de 10 a 15 años, a través de la mano dura de las Farc en el manejo de los hilos del poder en Colombia, y Santos con la propaganda internacional de paz, puedan consolidar un pacto duradero y estable entre la clase política, partidocrática, nacional y las Farc, con fundamento en la conciliación entre los intereses de poder de nuestros partidos socialdemócratas y el objetivo del socialismo tropical de las Farc.

En ese periodo de transición los lasos de amistad y cooperación entre las Farc y los partidos socialdemócratas (que lo son todos) de Colombia es estrecharán y afianzarán. Todos ellos, después de ese periodo, gobernarán el país bajo lo imposible hecho realidad, el socialismo del siglo XXI. En ese mismo periodo, los testarudos y recalcitrantes, como Uribe y los que lo siguen, a través de la exclusión de las esferas del poder, de la intimidación, el exilio y de la cárcel, serán reducidos a la impotencia total.

Teniendo en cuenta este panorama, que no es puro cuento sino tan solo la realidad, cabe preguntarnos, ¿qué hacer? Nuestra respuesta debería ser, obviamente, crear un plan de acción basado también en hechos reales, no en simples ideales ni aspiraciones emotivas.

Para empezar, deberíamos determinar la causa de la corrupción de los partidos políticos colombianos. En este sentido, si comparamos las partidocracias de los países europeos con la colombiana, encontramos que ambas están protegidas por el sistema proporcional de listas, no son representativas de los electores y son financiadas por el Estado (en forma parcial en Colombia). A diferencia de las europeas, la colombiana no tiene asegurado el control de todos los poderes del Estado, porque aquí no rige el parlamentarismo sino el presidencialismo. Sin embargo, en Colombia, es el poder ejecutivo el que compra la voluntad del legislativo a través del “spoils system”, que hace que todos los cargos del ejecutivo sean controlados, clandestinamente, por los miembros del Congreso.

Con esta clase de datos reales seguramente podríamos llegar a la conclusión de que el plan de acción debería comprender la propuesta a los electores, de la eliminación del sistema proporcional e instauración del sistema de representación uninominal, propio de los sistemas representativos anglosajones. Con ello la partidocracia perdería su soporte y, con ciertas medidas, el poder legislativo sería verdaderamente representativo y quedaría en manos de la sociedad.

Las propuestas del plan de acción tendrían como fundamento la libertad colectiva constituyente, que daría origen a una Constitución verdaderamente democrática; es decir, con separación real de poderes, y con consagración de derechos y libertades auto-garantizados por el pueblo, no concedidos por merced de la partidocracia.

Ya está comprobado que cuando es la partidocracia la que concede derechos y libertades al pueblo, por medio de constituciones que ella pone en vigencia, esa partidocracia los puede negar cuando así le convenga a sus intereses. Hoy el derecho fundamental al debido proceso, consagrado en la Constitución de Colombia por la partidocracia en 1991, le es negado una y otra vez a los que se le oponen, o son simplemente amigos de los que se le oponen. Ejemplo de ello es la condena arbitraria contra Andrés Felipe Arias, el encarcelamiento con obvia violación de las reglas del debido proceso de Luis Alfredo Ramos, la privación de la libertad por 8 años del Coronel Plazas, etc., etc.

Igualmente, los derechos, libertades y garantías de la Constitución hasta hace poco negados a las Farc, por su empuñamiento de las armas contra el Estado partidocrático y por su ejercicio del terrorismo, el narcotráfico y del secuestro, les han sido ahora garantizadas de más a más por el pacto Farc-Santos, y negados a Uribe y sus colaboradores y a los militares que por orden constitucional una vez combatieron a las Farc, si no se someten a las órdenes y condiciones que ese pacto partidocrático ha establecido.

Lo que la partidocracia concede, la partidocracia lo quita. La Constitución del 91 ha muerto. Si queremos un cambio, tenemos que liquidar la partidocracia, con fundamento en la libertad política colectiva. Si queremos contar con un plan de acción viable, los análisis de la realidad de Antonio García Trevijano nos pueden dar suficientes luces.

Fuente: Lupinedrive.wirldexpres.com

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
+Wilfred
13-01-2017, 10:34:52
Resumen del artículo: Uribe es la salvación del país.

RICARDO69
13-01-2017, 10:39:31
Según el artículo, nuestra única esperanza es un gobierno de único partido, en este caso, el Centro Democrático, y con Uribe como Presidente peremne

Enviado desde mi Moto G (4) mediante Tapatalk

En ese sentido, yo lo entendí como un llamado al fortalecimiento de los partidos y al resurgimiento de la política en si.

+Wilfred
13-01-2017, 10:46:49
En ese sentido, yo lo entendí como un llamado al fortalecimiento de los partidos y al resurgimiento de la política en si.

No se puede hablar de fortalecer los partidos cuando se está sugiriendo implícitamente la liquidación de varios partidos.

La realidad es que en este país, muchos asumen que sólo hay democracia cuando la tendencia política preferida es la que gobierna, la que gana elecciones, y así.

RICARDO69
13-01-2017, 11:13:42
No se puede hablar de fortalecer los partidos cuando se está sugiriendo implícitamente la liquidación de varios partidos.

La realidad es que en este país, muchos asumen que sólo hay democracia cuando la tendencia política preferida es la que gobierna, la que gana elecciones, y así.

Creo que al hablar de partidocracia lo que está pidiendo no es el que se acaben los partidos políticos, sino que se fortalezcan y que sean responsables tanto en la pulcritud, honradez como en la administración del estado.

Acá cualquier persona forma un partido en media hora, así tenga cien seguidores y eso hace que se atomice la participación y no haya responsabilidad política de nadie. No hay políticas de estado sino de partidos y, cuando la embarran, no nadie sale a responder y el partido sigue en las mismas y detentando igual o más poder que antes de cagarla.

A quien se le pide responsabilidad por todo lo que está ocurriendo en Colombia? A nadie.

Solo por poner un ejemplo: En un país europeo, con su sistema político, hace mucho tiempo ya se hubiera caido un gobierno que deja aumentar tan descaradamente, en progresión geométrica, los cultivos ilícitos, acá no pasa nada y Santos sale a decir descaradamente que estamos en el paraíso.

Y no estoy hablando de golpes de estado ni de rebeliones... un simple llamado a elecciones y listo!

+Wilfred
13-01-2017, 21:41:10
Creo que al hablar de partidocracia lo que está pidiendo no es el que se acaben los partidos políticos, sino que se fortalezcan y que sean responsables tanto en la pulcritud, honradez como en la administración del estado.

Acá cualquier persona forma un partido en media hora, así tenga cien seguidores y eso hace que se atomice la participación y no haya responsabilidad política de nadie. No hay políticas de estado sino de partidos y, cuando la embarran, no nadie sale a responder y el partido sigue en las mismas y detentando igual o más poder que antes de cagarla.

A quien se le pide responsabilidad por todo lo que está ocurriendo en Colombia? A nadie.

Solo por poner un ejemplo: En un país europeo, con su sistema político, hace mucho tiempo ya se hubiera caido un gobierno que deja aumentar tan descaradamente, en progresión geométrica, los cultivos ilícitos, acá no pasa nada y Santos sale a decir descaradamente que estamos en el paraíso.

Y no estoy hablando de golpes de estado ni de rebeliones... un simple llamado a elecciones y listo!

Muy cierto lo que usted menciona. Sin embargo, el verdadero cambio debe venir de la ciudadanía, que permanece anuente ante este sistema corrupto y se conforma con esperar cuatro años para volver a elegir a los mismos. No se trata simplemente de que los partidos políticos asuman sus responsabilidades, sino que la ciudadanía lo haga también.

De nada nos ha servido esa máscara que tenemos de ser la democracia más "estable" de América Latina.

cesar coy
14-01-2017, 05:00:42
Hemos tenido un Presidente que cambiò de partidos como quien cambia de camisa. Ha formado parte del Partido Liberal, de Primero Colombia, del Partido de la U y del Centro Democratico, siendo tan solosolo el primero de ellos un partido tradicional lejano de lo que se denomina «partido de garaje».

Y pienso yo, que estaba en todo su derecho de hacerlo y no veo delito ni incoherencia en hacerlo. No asi parece pensar el autor de la nota, aunque estoy seguro que no menciona este ejemplo en ninguno de sus renglones.


A mi todos estos intentos por «depurar» la democracia excluyendo a los opositores de ella si me parecen de un tufillo absolutamente dictatorial. Deben ser las urnas las que decidan a quien eligen y a quien no. Se equivicaran, sin duda, muchas veces, pero mucho menos que un tinterillo omnipotente y polarizado.