Compartiendo la puta de mi esposa con dos amigos [Archivo]

Amateur.Yhon

26-05-2016, 18:25:44

Algo me sucedió que aún no me lo creo, resulta que nos reunimos en la casa, ese día fue una hermana de mi esposa que estaba sola porque su marido estaba de viaje y otros dos amigos en común. Mauricio de 37 años que era divorciado y Ricardo de 33 años y que era casado, sólo que en esa ocasión su esposa andaba de viaje; la velada trascurrió normalmente, bromas, copas, baile, a la medianoche mi esposa estaba eufórica, ella vestía un jean azul claro con botas de tacón que le hacían resaltar más su hermoso culito, blusa sin mangas y escotada, hacía calor por ser la época de verano del año, se veía juvenil y muy sexy.

El alcohol corrió, botella tras botella, como a la una de la mañana mi esposa y su hermana Vero ya sentían los estragos del embellecedor, bailaban salsa ellas solas, eran un espectáculo para los que estábamos, mi mujer se veía muy bien bailando con esos jeans que resaltaban su culito respingón, mi cuñada llevaba un vestido rojo arriba de las rodillas, igual con zapatillas y sin medias, la falda se le subía cuando bailaba, mostrando un poco su rico culo.

Mauricio y Ricardo no despegaban los ojos de ellas, sobretodo de mi esposa, sus nalgas resaltaban en ese pantalón vaquero, discretamente se cogían el bulto que ya crecía en su entrepierna, los humos del alcohol hacían bien su trabajo, yo me sentía entre celoso y caliente por eso, mi mente empezó a trabajar de cómo me gustaría ver a mi esposa clavada por otro hombre, el ambiente se estaba poniendo muy caliente, ellas con el baile sudaban más y en consecuencia les daba más sed, otra copa y otra copa, al filo de las tres de la mañana ellas ya estaban muy tomadas, tanto que tuve que llevarlas a sus respectivas habitaciones, Vero entrando a la habitación de visitas cayó como una piedra sobre la cama, ni tiempo de cambiarse de ropa, en ese momento solo cerré la puerta y corrí donde mi esposa, ella se acostó en la habitación principal, donde se cambió y se puso esa malla negra deliciosa, se veía muy rica, tanto que mi verga estaba ya muy tiesa y tuve ganas de metérsela ahí mismo. Anteriormente ya habíamos planteado la idea de que ella tuviera sexo con otros hombres, que me gustaría verla clavada por unos extraños y ella, cada vez que hablábamos del tema se mojaba demasiado, su ritmo se aceleraba y se le veía en su rostro ese morbo de solo imaginárselo. La situación era perfecta para llevar a cabo nuestro deseo sexual aquella noche, le propuse que quedará allí en la habitación boca abajo, mostrando al máximo esplendor su rico culo empinado en el malla, que yo iría a la sala para sembrar la idea que Mauricio y Ricardo fueran a comérsela, mi mente empezó a trabajar imaginando a mi esposa en manos de ellos, dándole por esa cuquita, disfrutando sus deliciosas y redondas nalgas que tanto llaman la atención y además poder oír los gemidos que siempre da mientras se viene pero producidos por una persona que no fuera yo. Ella al principio se notó algo indecisa, sin embargo, asintió con algo de temor y placer, pude notar en sus ojos y respiración el placer que solo la idea le generó.

Cuando salí de la habitación deje la puerta entreabierta y ella quedo allí, con su respingón culo al aire, verla así me puso la verga durísima, no veía la hora de que aquellos afortunados amigos entraran a la habitación y le dieran esa noche de placer que tanto habíamos imaginado.

Al llegar a la sala vi en sus ojos, a parte de los efectos del alcohol, esa chispa de deseo y calentura, por lo que sin medir consecuencias mi charla la dirigí entorno a mi esposa, fui directo al preguntarles que si les gustaba ella, ellos se turbaron pero decentemente me contestaron que era muy linda y que yo era afortunado por tenerla, mi corazón casi se salía por la emoción del momento, estaba a punto de cometer algo que de pronto me arrepentiría pero no me importó, la siguiente pregunta los dejó sin habla pues les cuestioné si les gustaría comérsela, después de toser y analizar la respuesta me contestaron que ellos eran amigos y que no harían tal cosa, que si ella no fuera mía, entonces sí les hubiera gustado tenerla, eso fue para mí suficiente, lo siguiente que hice fue desde el celular mostrarle algunas fotos de su hermoso culo, inmediatamente se les vio el brillo en sus ojos mientras veían las diferentes fotos de mi rica esposa desnuda, ¿les gusta? y ambos respondieron inmediatamente y en coro “claro, está riquísima”.

Las fotos que les mostre son las siguientes:

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Algunos Gifs:

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Ya había logrado despertarles más el morbo y yo ya estaba muy caliente, me sentía muy mareado del vino y de la emoción, fue cuando decidí correr el riesgo y me lancé diciéndoles lo siguiente:
Ustedes son mis amigos y lo he comprobado con la respuesta que me dieron pero quiero confesarles algo que desde hace años traigo en la cabeza, confío en su discreción?????

Ni cortos ni perezosos me dijeron que desde luego confiara en ellos, que no me defraudarían después de esa larga amistad, en fin, después de un profundo suspiro comencé diciéndoles que amaba a mi esposa y que mi vida a su lado había sido satisfactoria en todos los terrenos, pero que tenía una fantasía, ver a mi esposa haciendo el amor con otros, a quemarropa les solté mi deseo de que esa noche quería compartirla con ellos, que si aceptaban participar en mi fantasía, casi se desmayan con mi confesión, les pregunté su opinión, ellos con falsos prejuicios me dijeron que eso no podía ser, nuestra amistad, etc, etc., tajante comenté que si no deseaban entonces olvidaran el asunto, por supuesto que cambió su actitud y dijeron que sólo lo harían por mí, que me estimaban mucho, bla bla bla, no se hagan los pendejos, les dije. Imaginen como estaba yo de caliente al imaginar a mi esposa disfrutada por otros mmmmmmmmmmm, ya saben lo que es capaz de hacer el alcohol.

Ansiosos cuestionaban que como le haríamos para lograr mi objetivo a lo que yo les comenté que ya lo habíamos hablado y que ella ya estaba de acuerdo en tener sexo con ellos, que los estaba esperando en la habitación, que esa era la oportunidad de sus vidas!!, entonces me levanté del sofá y les dije que me siguieran, nos asomamos en la recámara en silencio y lo que vimos casi nos hace venirnos, estaba ella acostada bocabajo, con las piernas semi abiertas y una cobija casi a la cintura, en esa malla que deja ver todo con su transparencia y con la tanga entre sus hermosas nalgas, guauuuuuuuu, seguramente tenía calor.

Antes de hacer nada corrí a buscar mi cámara digital, no me podía perder ese momento tan delicioso y lleno de lujuria.

Yo estaba muy nervioso, mi corazón latía como loco, tomé algunas fotos, ellos con los ojos cuadrados y el bulto de su pantalón muy grande, babeaban con ese espectacular cuadro que tenían enfrente, entre incrédulos, sorprendidos, calientes y alcoholizados, quizá imaginaban que sólo era una ilusión producto de la borrachera, pero no, era una realidad y provocada por mi deseo de cumplir mi fantasía de compartir las ricuras de mi esposa.

Les pedía que no comieran ansias, que no quería lo echáramos a perder, me acerqué a ella y me senté a su lado, quería estar completamente seguro que aún estaba de acuerdo con llevar a cabo esa noche de lujuria antes de que Mauricio y Ricardo entraran, ellos sólo veían tras la puerta, comencé acariciándole las nalgas para ver su reacción y ella se retorció de placer, estaba ardiendo del morbo de la situación, incluso su respiración era pesada, acerqué mi rostro a su entrepierna y pude percibir su aroma de mujer, no pude más y saqué mi verga que ya dolía de estar prisionera y comencé a pajearme, seguí olfateando entre sus nalgas y ese aroma suave que solo yo conocía me tenía como loco, estaba allí tumbada esperando todas las vergas, hice a un lado su tanga y comencé a toca ese agujerito que tantas fantasía me traía a la mente, me ensalivé mi dedo medio y comencé a meterlo despacio, lento, sentía su calor en mi dedo, poco a poco llegó hasta el fondo, ella incluso la sentí demasiado relajada, flojita, su respiración aún muy pesada, entonces llamé a mis amigos y les dije, ahora es cuando, pero con cuidado y no me la lastimen, ellos ya tenían al igual que yo, la verga de fuera, al verlos me asusté un poco, la de Mauricio era más grande que la mía, como de 23 cms de largo y ancha y torcida, Ricardo la tenía más blanca y delgada, pero igual de larga, ambas estaban muy erectas por la excitación y por lo que veían venir.

El primero en acercarse fue Ricardo, comenzó haciendo lo mismo que yo hice, acercar su rostro a su entrepierna y percibir su aroma de mujer, luego inició una serie de lamidas entre sus muslos, hasta las puntas de sus pies, chupaba dedo por dedo metiendo su lengua entre ellos, después subiendo nuevamente se detuvo chupando en la parte trasera de sus rodillas hasta volver a sus ricas nalgas, se notaba que Ricardo era un experto, pues lentamente pasaba su lengua por todo su culito hasta acercarse a esa rajita que oculta un rico tesoro, volvió a sacar su tanga de entre sus nalgas y la hizo a un lado, con suavidad las abrió y poco a poco lameteaba entre ellas, bajaba hasta su vagina mordiendo sus labios, trataba de introducir su lengua, así fue subiendo hasta encontrar su hoyito chiquito, donde tardó buen rato punteando con su lengua, Mauricio y yo nos pajeabamos ya con desesperación al ver todo eso hasta que tuvimos un orgasmo riquísimo, no aguantamos tanta excitación, ella empezó a gemir descontroladamente al sentir las manos de otra persona en su cuerpo, ya estaba demasiado mojada y nos mirada con una cara de puta insaciable como diciendo a gritos “por favor métanmela ya!”. Ricardo, después de haberla lubricado con su boca, la puso en 4, como toda una perra, le abrió las piernas y comenzó a meter la cabeza de su enorme pene en la cuquita de mi esposa y suavemente la fue introduciendo, empezó dándole despacio y fue acelerando su ritmo, en la penumbra vi como ella lo disfrutaba a mas no poder, el la jaló de las nalgas para clavarle todo el pene de un tirón, mi verga de nuevo estaba como un tronco, aún no podía creer que estaban cogiéndose a mi esposa.

Mauricio sin pensarlo dos veces se acercó lo suficiente para que su pene erecto estuviera al alcance de la boca de mi esposa, ella lo recibió con su lengua, su mano derecha sostenía sus guevas. Luego la agarró de la cabeza y el cabello y lo ensarto todo adentro. Tocando el fondo de su garganta repetidas veces hasta casi inducirle al vomito. La puta de mi esposa no se lo creía, estaba siendo penetrada al tiempo que chupaba la verga de dos extraños, empezó a lagrimear y a salivar. Mauricio con su pene todo lubricado y erecto en su boca entraba y salía mientras Ricardo le introducía su enorme pene en su linda cuquita. "Perra sucia mamona" "sos una puta mamona si o que?" "dale perra, así hasta el fondo" "eso trágatelo todo" decía Mauricio, a lo que la puta de mi esposa se entregaba más a tan excitante situación, le encantó sentirse una puta sucia.

Le calentaba todas esas cosas que le decían y se lo mamaba con más ganas, se lo exprimía, se lo succionaba con placer mirándolo fijamente a los ojos. En cuestión de minutos se vino en su boca. Esa leche toda calientica explotando en su lengua chorreando por su boca y salpicando toda su cara. "Que delicia" dijo la muy perra. La saboreó toda gota a gota. Mauricio le pidió que abriera la boca que sacara la lengua, lo mirara a los ojos y jugara con ella en su boca hasta ver como la tragaba. El se limpió lo quedaba de esa leche en la puntica de su pene con los dedos y se los metió en la boca para que los chupara. Ella los chupo con una cara de perra en celo hasta que no quedo nada.

Después de media hora de estar metiéndolo Ricardo decidió cambiar de destino, su culito, como les dije él tenía una verga larga pero delgada, era precisamente lo que se necesitaba para iniciar con ese bello objeto del deseo, su culito ya había sido estimulado por su lengua, sin contar la propia lubricación que ya tenía por la cogida en su cuquita, apuntó y comenzó a presionar, yo veía el rostro de mi esposa para ver su reacción, Ricardo logró introducir la cabeza de su pene y muy despacio fue introduciéndolo hasta llegar a tope, por atrás observábamos como chocaban sus bolas con la cuca de mi mujer, estuvo sin moverse por espacio de 3 minutos hasta que fue acostumbrándose su culito a la nueva invasión, suavecito inició el mete y saca, yo creo que estaba aguantándose porque en menos de 2 minutos, notamos como terminó dentro de ella.
Ni corto ni perezoso Mauricio tomó su lugar e hizo lo mismo que Ricardo, inició en la vagina de mi esposa y después pasó a su anito, el cual gracias a la polla de Ricardo, estaba listo para recibir una polla más grande, como era más ancha tuvo que hacer un poco de esfuerzo para introducir la cabeza del tamaño de un durazno, sólo fue el principio porque con el semen que ya tenía y una manotada de vaselina que le dije que untara le sirvió de lubricación, ella nada más pujaba de placer, Mauricio duró más tiempo tirando, hasta que por fin tuvo una copiosa venida inundando el tan preciado culito de mi esposa, por supuesto que después yo hice lo mismo, era mi sueño, cogerme a mi esposa por el culito y si era en esas condiciones de sexo mejor, a mí ya no me costó tanto trabajo, mis amigos se había encargado de abrirla lo suficiente, ella gemía duro ,pidiendo que le dieran más y más duro entonces fue cuando Ricardo le dio su verga para que me la mamara bien rico y no gritara tanto , ya que estaba teniendo un rico orgasmo y eso hizo que todos casi simultáneamente termináramos, Ricardo llenándole la boca de leche caliente y espesa que ella tragaba mientras en su culito terminaba yo, quien la sujetaba fuerte mientras se tragaba toda la espesa leche, fue así como ella prolongó su rico orgasmo gimiendo fuerte mientras gozaba como nunca.

Luego se desvaneció sobre la cama, nuestro orgasmo fue increíble, abundante y largo, sentimos que íbamos al cielo, por fin había hecho realidad mis sueños.
Luego de asearse un poco se vistió y se despedió de ese par de maricas que no dejaban de alagarme y darme las gracias por tan rica y deliciosa puta que tenía por esposa.
Antes de despacharlos, me reuní con ellos en la sala, donde entre un par de copas les pedí su discreción con la promesa de poder repetirlo en otra ocasión, ellos felices me dijeron que les había yo demostrado ser el mejor de los amigos.

Volví a la habitación y pude ver la cara de alegría y placer de mi rica y puta mujer por haber logrado cumplir nuestra fantasía, gozando como lo putica que es.