El ‘Tato’, locutor deportivo de la cadena Caracol, mira con nostalgia la radio de antaño en la que había controles, certificaciones y exámenes que superar para poder entrar a la cabina y tomar el micrófono. (La radio juvenil, en el ojo del huracán).

Por ejemplo, el Decreto 1051 de 1944 disponía que los aspirantes a licencias de locutores debían presentar examen ante jurado acreditando diversas competencias como lectura, dicción, vocalización, buena tonalidad y armonía; gramática castellana; facilidad de expresión; instrucción cívica; nociones generales de geografía universal, pronunciación de nombres geográficos y de nombres propios de personas y de entidades nacionales y extranjeros de común ocurrencia. (Emisoras sí pueden ser sancionadas por violación al código de infancia).

Esa reglamentación quedó derogada y ahora, amparada en el artículo 20 de la Constitución Política, toda persona está en la libertad de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. “Estos son libres y tienen responsabilidad social”. (Sexo, sexo y más sexo; ¿debe haber regulación o aurorregulación?)

Gustavo Sanín habló de los programas juveniles de la FM, de la falta de regulación para ejercer la locución y de la radio colombiana. Esto dijo el ‘Tato’:

ADN: ¿Qué opinión tiene del lenguaje utilizado en la frecuencia modulada?

Gustavo Sanín: No comparto esa radio, la respeto. Creo que al oyente se le puede llegar con un mejor mensaje sin bajarle la caña ni ridiculizarlo y esa parece ser la tendencia en los programas juveniles.

¿Era diferente la radio colombiana antes?

Antes la radio era más culta cuando estábamos bajo el amparo y la regulación del Ministerio. Desde que eso se abolió, cualquiera puede hablar por radio. No hay ningún filtro y por eso solo se intenta facturar, sin ningún control, con brusquedades, groserías y ridiculización cayendo en una radio estúpida.

¿Qué estrategias debe desplegar el Ministerio para regular la situación y proteger los derechos de los niños y adolescentes?

Tenemos muchas licencias sin locutor y viceversa. Cualquiera puede hablar y opinar. El Ministerio (de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) debe poner el ‘tatequieto’ porque para hablar por radio se requiere preparación y acreditación, se debe estudiar y superar unos exámenes para demostrar capacidades.

¿Cuál su concepto sobre la radio colombiana en general?

Tenemos excelente tecnología y hacemos una de las mejores radios del mundo según un estudio reciente de Radio Nederland de Holanda pero como en toda familia está el hijo rebelde que no se somete a los parámetros establecidos. Nuestra radio merece controles de calidad.