 Denunciante Leyenda
 |  La honestidad no se compra
Calificación: de
5,00
 | Hay momentos donde uno sueña despierto, obteniendo su casita propia, teniendo un negocio propio, sacando a su familia adelante, hoy tengo uno de esos pensamientos que invaden mi mente y me hacen sacar una sonrisa, que se refleja de inmediato en mi rostro. - Curso, de qué se ríe?, si viera la cara que pone me pregunta mi cursito Rivera.
- No, de nada, sólo soñando un poco y recordando a mi familia, es todo curso respondo de manera desprevenida.
Pasan los primeros minutos del 18 de mayo de 2012, mi reloj muestra que han pasado solo 40 minutos de este día y aunque la neblina y la lluvia están presentes como nuestras acompañantes, la Compañía a la que pertenezco esta trabajando en la vía que de San Vicente del Caguán conduce a la Inspección de San Juan de Losada, en limites con el departamento del Meta.
Hay un ambiente tenso en la región, hace 24 horas el Frente 62 de las Farc atacó una de las bases instaladas en la zona, con cilindros bomba, dejando un Suboficial muerto y uno de los Oficiales mal herido.
La zona aún huele a pólvora, los combates se extendieron todo el día, eso hace que tengamos como misión vigilar la carretera a esta hora de la noche, la vigilamos caminando por ambos costados de la vía, a unos dos metros del borde de la misma, para evitar ser un blanco fácil.
No puedo negar que estas situaciones me ponen un poco nervioso, pero también me llena de fortaleza el saber que es mi obligación como Soldado de Colombia, vigilar que todo este bien y que no se presenten más hechos como este.
En la tropa avanzábamos lentamente, casi sin generar ruido, siempre siguiendo los protocolos establecidos para este tipo de movimientos, vigilando la carretera. Ya pasaba la 1:00 de la mañana.
Nuestra escuadra la Comanda el Cabo Primero Molina, quien llamó al radioperador para comunicarse con nuestro Comandante en el Puesto de Mando atrasado:
- Aquí Beta para Alfa.
- Recibido Beta, este es Alfa, cuál es su posición y cual es la situación?
- Alfa, estamos a dos kilómetros de la cabecera, todo esta normal, no hay presencia de nada extraño, cambio.
- Muy bien Beta, de acuerdo a la disponibilidad que tenga, asegure el perímetro, ponga unos hombres sobre la vía y pendiente de cualquier movimiento, tenemos información confiable que nos indica que están tratando de movilizarse los bandidos por ese sector.
- Recibido Alfa y QSL con su orden.
Es la 1:30 de la mañana, mi Cabo Molina, nos distribuye de acuerdo a nuestra organización interna de equipos de combate, es así como yo quedó en el equipo que cubrirá la primera parte de la carretera, cerca a la cabecera municipal, mis lanzas se irán acercando hacia la entrada de la Inspección de San Juan de Losada.
Mi Cabo Molina se queda en el sector conmigo, desde que llegamos a este Batallón de Combate Terrestre N 72, siempre hemos estado en el mismo equipo de combate, eso hace que cada uno de nosotros con solo señas ya nos entendamos y así logramos ubicarnos en el camino con la única misión de neutralizar cualquier tipo de movimiento por parte de los delincuentes.
En regiones inhóspitas de la geografía nacional como esta donde estamos, el sonido se propaga rápidamente, no importa lo suave que sea produzca el sonido, en medio de la vegetación se propaga de una manera impresionante, digo esto, porque gracias a ello, a la propagación del sonido, nos alertamos que venía algún tipo de vehículo hacia nosotros.
- Mi Cabo se escucha como un motor, dijo mi Dragoneante Álvarez.
- Álvarez, usted está seguro de lo que me dice?, preguntó mi Cabo.
- Si mi Cabo, estoy seguro, es ruido es de un motor. Usted sabe que yo me conozco todos los sonidos de está región, no en vano he patrullado ocho años por esta zona, afirmo Álvarez.
- Confió en usted curso. Usted conoce mejor que nadie está zona. Preparen el reten, el dispositivo de seguridad y que la Virgen nos ayude fueron las palabras del Cabo Molina.
De inmediato iniciamos el dispositivo de seguridad y el reten mientras mi Cabo se comunicaba vía radio con las demás unidades para que estuvieran atentas en caso determinado. La zozobra llenaba el lugar, está misión tenía el recuerdo de lo ocurrido anoche y eso nos tensiona lo suficiente. Sin embargo, todos hacemos nuestra labor de la mejor manera posible.
Son las 2:00 de la mañana, llevamos cerca de cinco minutos esperando el automotor, nuestro vigía nos informa que ya se acerca, nos dice que es un solo vehículo y q esta sin luces.
Efectivamente, a los pocos minutos llegó el vehículo sospechoso, le hicimos la señal de pare, el conductor lo detuvo donde le dijimos y ordenamos que se bajarán los cuatro tripulantes de este, note como al conductor no le gusto mucho la orden, vaciló en bajarse, pero finalmente lo hizo.
Como dice el procedimiento, se procedió a identificarnos como Soldados del Ejército Nacional, solicitamos los documentos de cada uno de los integrantes del vehículo y los del automotor.
Por ubicación a mí me tocó requisar al conductor, quien al parecer también era el que lideraba a este grupo. Con las manos contra el techo del vehículo, procedí la requisa, hasta que llegue a la altura del tobillo de la pierna derecha donde encontré un revolver hechizo, el cual procedí rápidamente a desenfundar y retener.
- Señor Pérez, me dijo que es su apellido, cierto?, pregunte.
- Si soldado, así le dije.
- Usted no presentó documentos de esta arma, además está como adulterada
Estaba diciendo esto cuando mi Cabo Molina me ordena revisar al interior del vehículo, ya que los cuatro pasajeros están armados.
Ingrese al interior del vehículo revisando cada rincón del automóvil, hasta que note
que la silla trasera tenía un doble fondo, levante la silla lentamente, cuidando cada
uno de los movimientos, teniendo en cuenta que los sospechosos se ponían cada vez más nerviosos
Al levantar la silla encontré una caleta llena de billetes, alce la mirada, buscando a mi Cabo, salí del vehículo rumbo a donde él estaba.
- Soldado, ahí tenemos 200 millones de pesos, para usted es la mitad ya mismo, si se queda sano y aquí no ha pasado nada. Imagínese todo lo que podría comprar con esa plata. Cójala y todos felices, me dijo el sospechoso.
En ese momento volvió la imagen de mi familia, de mi madre, mi hijo de cuatro años, mi esposa. Recordé que hace poco hablaba con mi esposa sobre comprar una casa, endeudarnos para poder tener un techo para nuestro pequeño hijo
- Señor, al jurar Bandera, me comprometí con la Patria y ninguna plata mal habida me sirve, le respondí fuerte pero tranquilo.
De inmediato fui donde mi Cabo Molina, le conté los detalles de lo encontrado y por supuesto lo que me había dicho el conductor del vehículo.
- Curso, esa es la actitud, me dijo mientras me daba una palmada en la espalda y caminábamos hacia el vehículo
- Alfa de Beta, Alfa de Beta. Tenemos un vehículo con una caleta y cuatro sospechosos. Solicito se disponga de las autoridades correspondientes para el decomiso de los objetos encontrados, cambio.
- Beta, aquí Alfa. El equipo llegará en un par de horas. Mantenga asegurada el
área. Excelente trabajo.
Los sospechosos ya no solo me ofrecían cosas a mi, también a mis compañeros, incluso en grupo: a cada uno de ustedes les damos plata y para que coman bien, les entregamos una vaca allá en el pueblo. Piénsenlo, mire que ese gangazo no se da todos los días
A las seis de la mañana, con la salida del sol llegaron las autoridades competentes, realizaron el conteo del dinero, 200 millones de pesos, un vehículo, cuatro armas de fuego y cuatro capturados.
Aunque no es una historia de combate, es una historia real. La cuento para que todos los colombianos se den cuenta que pueden confiar en nosotros los soldados, que somos honestos, vigilamos las 24 horas todo el territorio nacional y ponemos por encima de nuestros intereses personales, los de una institución y los de un país. Porque ser Soldado es un honor que muchos desean pero que muy pocos podemos obtener
Soy el Soldado Profesional Ferney Méndez Dussan, orgánico de la Brigada Móvil N 9, Batallón de Combate Terrestre N 72.
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