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Antiguo 08-04-2013 , 13:48:00   #78
ALBAFIKA DE PISCIS
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Predeterminado Respuesta: Asesinos en serie megapost

Por prudencia, saciedad o ambas cosas, Paul estuvo tranquilo un tiempo después del crimen de Ima Jean Sanders. Fue recién el 23 de agosto cuando rompió su quietud e irrumpió en la casa de Kathie Sue Pierce, en Musella, Georgia. Allí solo estaba Kathie y su hijito de tres años. En la bañera, Paul ahorcó a Kathie con el cable del teléfono, pero al niñito de tres años, a pesar de que vio todo, no le hizo absolutamente nada: tan lejos no llegaba su maldad.

Poco después, el 3 de septiembre, Paul entró al bar Scott’Inn, situado en una carretera cercana a Lima, en Ohio. En ese bar, Paul conoció a William Bates de 32 años, un ejecutivo pelirrojo de la Ohio Power Company. En efecto, William era un blanco jugoso (tenía dinero) y Paul usó de toda su simpatía, llegando a tomarse unas copas con él y yéndose en su coche. William no sabía lo que le aguardaba: Paul le robó el dinero, las tarjetas de crédito, el automóvil y la vida. Su cadáver fue encontrado después en los bosques alrededor de la carretera: desnudo y con signos de estrangulamiento.

Tras estrangularlo, Paul escapó en el coche de Bates y se dirigió a un campamento en Ely, Nevada, donde el 18 de septiembre ató a Emmett y Johnson Lois, dos ancianos campistas a los que asesinó (teniéndolos atados) disparándoles.

Apenas tres días después de exterminar a los dos ancianos campistas, el 21 de septiembre, estando en Seguin (Texas), Paul vio a Charlynn Hicks, una motociclista que le llamó la atención, por lo cual la secuestró, la violó con sus propias medias, y posteriormente arrastró su cadáver y lo frotó contra un alambre de púas…

Tras violar y matar a Charlynn, Paul siguió andando por la carretera hasta llegar a Birmingham, Alabama. Ahí conoció a la esteticista Anna Dawson de 49 años, con quien partió el 23 de septiembre. Con ella estuvo viajando algunos días, disfrutando no solo de su cuerpo sino de su billetera, ya que era Anna quien siempre pagaba los gastos de Paul. Pero el 29 de septiembre Paul quiso dar un paso más allá, y ese paso consistió en matar a Anna y arrojar su cadáver a las aguas del río Mississippi.

A mediados de octubre y sin haber matado a nadie luego de Anna, Paul llegó a Marlboro, en Connecticut. Allí entró a la casa de Karen Wine, un día en que solo estaban Karen y su hija de 16 años. Fueron presas fáciles: a ambas las ató, las violó, y las estranguló con medias de nylon. Al parecer más le interesaba el placer carnal que podían darle que el beneficio material, ya que únicamente robó una grabadora. El crimen fue reportado por la hija mayor de Karen, quien en lugar de encontrar a su madre y a su hermana como de costumbre, encontró únicamente dos fríos cuerpos sin vida.

Después del crimen de Wine y su hija, Paul siguió viajando y el 19 de octubre llegó a Woodford, en Virginia. Esta vez el turno fue de Doris Hovey, una mujer de 53 años a la que Paul asesinó con el rifle de su esposo (quien estaba ausente al momento del crimen), limpiando después sus huellas dactilares y dejando el arma junto al cadáver de Doris…

Continuando su itinerario de sangre en el vehículo robado del ya difunto William Bates, Paul recogió a dos autoestopistas en Key West, Florida. Habría podido abusar carnalmente de ellas para después estrangularlas y abandonar sus cadáveres como dos latas de soda que uno bebe y arroja al borde de la carretera; pero, antes de que les hiciera cosa alguna, un policía detuvo a Paul por infracción de tránsito. El policía no tenía idea del monstruo con el que estaba tratando, así que lo dejó ir tras regañarlo y advertirle de las consecuencias que podría tener el incurrir de nuevo en esa u otra infracción vehicular. Hasta ese momento las chicas no imaginaban quién era Paul, y afortunadamente nunca lo descubrieron por experiencia propia, ya que Paul las dejó en las afueras de Miami sin hacerles nada, pues se había quedado asustado después de la detención por infracción de tránsito. Inclusive, tan nervioso estaba que contactó a su abogado; y éste, en una reunión con Paul, le sugirió que se rinda y se entregue, pero Paul rechazó la propuesta, aunque había ya confesado sus crímenes, y el abogado lo había grabado.

Pese al susto que se llevó al ser detenido por infracción vehicular, Paul no se detuvo. Así, el 6 de noviembre en Macon (Georgia), Paul se hizo amigo de Carswell Carr y, tras tomarse unos tragos con él, fue invitado a su casa para que pase la noche. Sin embargo, el agradecimiento de Paul se manifestó apuñalando con tijeras a Carswell y estrangulando a su hija de quince años, con cuyo cadáver intentó tener sexo necrófilo pero no pudo pues le apareció su impotencia (sufría de impotencia no permanente).

Justo un día después (7 de noviembre), algunos policías entraron a la casa de Carswell, hallando una escena espeluznante: muebles volteados que parecían haber sido arrojados, libros desparramados en el suelo, filudos trozos de espejos y otras cosas de vidrio desperdigados, etc. En el dormitorio principal yacía el cadáver de Carswell Carr: desnudo, con las manos atadas a la espalda, y con heridas de tijera por todo el cuerpo, enrojecido y humedecido por los pinchazos que lastimosamente no lo mataron, ya que su dolor fue tal que, según dictaminaron los forenses, falleció por un infarto, quizá debido a que, de la forma en que había recibido los 27 cortes de tijera, se conjeturaba que la intención de Paul había sido la de proporcionarle una muerte lenta y llena de agonía. Por su parte, en otra habitación menos grande y ubicada al final del pasillo, estaba boca abajo el cuerpo desnudo de Mandy, la hija quinceañera de Carswell, cuyo cadáver tenía una media envuelta en el cuello y otra metida en la garganta, mas no presentaba cortaduras pues, según se vio después, el asesino había intentado (sin éxito) tener sexo con el cuerpo sin vida de la chica, para lo cual era mejor tenerlo en buen estado… En cuanto a la esposa de Carswell, ésta se salvó ya que, en las horas de la noche en que tuvo lugar el crimen, ella estaba trabajando.

Por último, muchas cosas desaparecieron de la casa de los Carr aquella noche, pues Paul robó ropa de Carswell, un maletín, un kit de afeitar, llaves, un reloj de Mickey que usaba Mandy, un reloj digital que colgaba de la pared, algunos papeles, y las tarjetas de crédito de Carswell. Todo eso no respondía únicamente a la ambición, ya que Paul usó la ropa y las tarjetas de Carswell para hacerse pasar por él (ante gente que supuestamente no tenía por qué conocer a Carswell). No obstante, un joven informó a la Policía sobre un pelirojo alto y bigotón que había comprado una grabadora y cintas de gravar, usando para eso una tarjeta de crédito de Carswell…

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