Sandra Morellli; Contralora General.
ELTIEMPO
Se trata de un ejemplo más de los que hoy abundan en el mundo, de estructuras y operaciones financieras que aprovechan la frontera entre lo legal y lo ilegal para lograr clientes que se dejan seducir, sin profundizar en la sostenibilidad del negocio. Esas estructuras logran canales privilegiados de comunicación con las autoridades del sector, lo cual en ocasiones se traduce en tratos benignos y tolerantes, hasta el punto de hacer caso omiso a alertas de riesgo. También logran exenciones tributarias o evadir, incluso, normas cambiarias. La existencia de gran cantidad de recursos públicos invertidos allí y el tamaño de las transacciones pueden determinar que se aplacen medidas necesarias, para no afectar la confianza y por temor al impacto en el mercado.
¿Esto ocurrió con Interbolsa?
Evaluamos si algo así pudo suceder, tanto en el Banco de la República como en la Uiaf y en la Superintendencia Financiera. Se verifica si la gestión fue adecuada, si hubo recursos públicos en riesgo, así como el costo que para el erario puede derivarse de la evasión o reducción no legítima de impuestos.
Estamos haciendo una comparación entre Proyectar Valores e Interbolsa, toda vez que hay conexiones entre los miembros y accionistas de las dos firmas. Proyectar, como ya se estableció, era un vehículo para sustraer recursos que fueron apropiados indebidamente por particulares y que realmente eran del Estado.
¿Por qué dice que se frenó el impulso en la lucha contra la corrupción?
Este es un problema de Estado, no solo de este o aquel gobierno. La Contraloría encuentra lamentable que habiendo iniciado el actual gobierno con una gran preocupación por la transparencia –un ejemplo fue que se nos demandó una vigilancia efectiva y eficiente de los recursos para atender la ola invernal, en medio de la emergencia–, posteriormente comenzó una crítica generalizada de que el Estado supuestamente no podía cumplir con sus obligaciones por cuenta del miedo que se le tenía a la Contraloría.
A eso respondo que si la Contraloría actuara de manera indebida o con abuso de autoridad, debería denunciarse. Lo que hay es un presupuesto muy perverso de algunos, que creen que para que el Estado pueda cumplir oportunamente debe existir una licencia como la de James Bond para hacer cosas ilegales.