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Denunciante Dorado
 |  Bélgica investigará asesinato de Lumumba, el 'Che' africano
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Por: IDAFE MARTíN PéREZ
Patrice Lumumba, 'premier' de Congo en 1960.Foto: AFP
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Es un héroe de la independencia para los congoleños y una molestia para los belgas.
Hoy tendría casi 87 años, pero la noche del 17 de enero de 1961, agentes de los servicios secretos belgas y militares congoleños introdujeron su cuerpo en un barril de ácido y lo hicieron desaparecer.
Era Patrice Lumumba, primer ministro del recién independizado Congo y líder de la lucha por la independencia, una especie de 'Che' Guevara negro con ideas panafricanistas que osó desafiar el poder y la influencia de la antigua metrópoli de Bélgica y EE. UU. Nunca nadie investigó su asesinato.
La familia de Lumumba denunció en 2011 ante la justicia de Bélgica a una decena de responsables belgas de la época. Finalmente, la Fiscalía anunció a principios de diciembre que abría la investigación contra 12 personas -8 de ellas todavía vivas- y que podrían llegar a ser acusadas de crímenes de guerra.
Lumumba es un héroe para los congoleños y una molestia para los belgas. Al nacimiento del tercer Estado africano por superficie y una de las mayores potencias del mundo en recursos naturales, Lumumba logró en las urnas la jefatura del Gobierno a partir de sus ideas de unidad africana y lucha contra la colonización.
Tras la independencia, Bélgica, para debilitarlo, apoyó al movimiento secesionista de la región de Katanga, la más rica del país en recursos minerales. Lumumba pidió ayuda a Naciones Unidas para abortar la rebelión, pero los cascos azules planeaban provocar un alto el fuego que en la práctica equivalía a la independencia de Katanga. Ante el desafío, Lumumba acudió a los soviéticos -Cuba también participó en la operación-.
En ese momento actuaron los servicios secretos occidentales. Provocaron, junto al futuro dictador Joseph-Désiré Mobutu, un golpe militar que detuvo el 27 de noviembre de 1960 a Lumumba y a varios ministros. Tras varias semanas detenidos, el 17 de enero fueron asesinados.
Bélgica siempre negó su implicación en el crimen, pero en 2001 el Parlamento belga sí reconoció su "responsabilidad moral" y confirmó, en un informe, la participación de la CIA junto a sus servicios secretos.
La CIA, en un informe propio de 2007, negó cualquier responsabilidad, culpando así a los belgas y a los congoleños golpistas.
Ahora, casi 52 años después de su muerte, la justicia belga pretende iluminar las zonas de sombra que queden en el caso y castigar a los responsables del asesinato de un hombre que era la esperanza de millones de africanos.
Lumumba es una herida para el honor de los belgas que defienden el colonialismo, pero también para los monárquicos. En el acto de proclamación de la independencia del Congo, el joven y flamante primer ministro entonó un conmovedor discurso contra el colonialismo, algo que el rey belga Balduino entendió como una afrenta porque él había glorificado en su discurso a su bisabuelo, Leopoldo II, responsable de una colonización criminal que dejó millones de muertos.
Crimen de guerra
El juicio se celebrará si una segunda instancia judicial considera que es aplicable la ley de "competencia universal", que establece que los tribunales belgas son competentes sobre un caso de crímenes de guerra si denunciantes o acusados tienen relación con Bélgica.
Idafe Martín Pérez
Para EL TIEMPO
Bruselas
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