Las vías del país, no aptas para ir a 120 kilómetros por hora
Por: REDACCIÓN ELTIEMPO.COM | 8:45 p.m. | 29 de Diciembre del 2012
La ley permite ir a 120 kph, pero no hay condiciones técnicas para hacerlo.
El año pasado la Policía de Carreteras impuso en todo el país más de 71.020 comparendos por exceder los límites de velocidad. Los operativos de control se intensifican en la temporada de vacaciones de fin de año y comienzos de enero, pues el objetivo de las autoridades es reducir la accidentalidad por esta causa.
Así que si no quiere hacer parte de estas estadísticas, pasar por engorrosos trámites de reclamación y, lo peor, pagar una costosa multa, la recomendación es no andar a más de 80 kilómetros por hora. Seguramente usted se preguntará: ¿luego la ley no autorizó hasta 120?
Eso es cierto, pero con matices. Un estudio técnico que hicieron expertos de la Universidad del Cauca concluyó que las carreteras colombianas, ni siquiera las nuevas dobles calzadas, están diseñadas para circular a esa velocidad. Salvo algunos tramos muy cortos, o haciendo las correcciones necesarias en algunos puntos, se podrían tener ‘carreteras de velocidad’, explicaron en su momento los expertos.
Dicho estudio hizo parte de unos requerimientos técnicos que la misma ley fijó para establecer “los límites de velocidad de forma sectorizada, razonable, apropiada y coherente con el tráfico vehicular (entre otras)”.
Desde que la Ley 1239 del 2009 modificó los límites de velocidad y autorizó pasar de 80 a 120 en carreteras únicamente para carros particulares, esto se ha convertido en un dolor de cabeza para los conductores por la forma antitécnica como se concibió la norma y porque el mismo Ministerio de Transporte, que emitió una resolución que obliga a señalizar las carreteras con las nuevas velocidades, no la ha hecho cumplir.
Para aumentar la confusión, a raíz de la ola invernal del 2011, el Gobierno aprovechó un paquete de medidas para contrarrestar los efectos de la lluvia y limitó la velocidad a 100 kph, pero días más tarde la Corte lo tumbó porque ese decreto “no representaba ningún tipo de beneficio para la población afectada por el invierno”.
Fuente El Tiempo