Quien hubiera seguido atento la lectura del fallo tendría las explicaciones pertinentes. Hubo tres modelos que se siguieron para llegar a la decisión y los jueces explicaron, punto por punto, por qué iban desechando los dos anteriores que eran los defendidos por las partes.

Respecto a Serrana y Quitasueño se explicó con mucho detalle que por su escasa extensión de tierra (Serrana permanece cubierto por el mar con la marea alta) no generan mar territorial, pero a cambio se les otorgó, de acuerdo con la costumbre marítima (no se utilizó la Convención del mar ya que Colombia no es signataria) doce millas que, infortunadamente, por su lejanía de los demás islotes e islas, no alcanzan a quedar dentro del mar territorial asignado a Colombia.

Como el fallo estaba sustentado en la proporcionalidad para acercarse matemáticamente a la equidad, estos islotes quedaron aislados. Quizás, por conveniencia política y no jurídica, la Corte debió haber inclinado un poco la balanza y haberle dado a Colombia el mar suficiente para que estos quedaran incorporados y no someter al país a permisos para acceder a ellos. Pero manda la equidad sobre la conveniencia que es el principio por el cual se rige la CIJ.