En palabras más sencillas, poner orden en la casa y con la regla fiscal imitar lo que hacen las personas organizadas y juiciosas, gastar lo necesario, evitar lo superfluo, es decir, hacer rendir la platica y ahorrar en tiempos de bonanza para que cuando lleguen los de escasez haya un colchón que permita salir de la crisis. Esto le ayudó mucho a Chile cuando le sobrevino el terremoto.

Hoy, que estamos en una buena época económica es el momento de la disciplina en vez del tradicional despelote, y con esta regla fiscal hay motivo para el optimismo. Bienvenido el préstamo del BM para que nos ayude a tener las herramientas necesarias y los programas fundamentales que necesitamos para un futuro seguro.