Yo creo en la inocencia de Coronell y creo también que, salvo que se le meta la mano desde más arriba, aunque esto armaría un escándalo mayúsculo, Uribe debe ser llamado a juicio y si no hay una rectificación podría ser condenado.

Lo bueno del asunto es que el escenario ya no es la Comisión de acusaciones de la Cámara de representantes donde todo es amañado ni tampoco se enfrenta a cualquiera sino a un peso pesado del periodismo internacional que no va a permitir la impunidad.

Las implicaciones son muchas, incluyendo que por causa de la condena (aunque no sé que preferiría Uribe si rectificar o una condena condicional) no pueda aspirar a ser elegido congresista. Menuda papa caliente tiene el fiscal del caso.