El hombre fue sentenciado en el 2008 por la justicia indígena a 30 años de encierro.
Desesperada, triste y sobrecogida dice sentirse Miriam Fernández Sánchez, una indígena guambiana que rechaza la libertad de quien fue su compañero sentimental, a quien acusa de violar a su propia hija, menor de edad, y matar a la bebé que concibieron. (Vea la galería de fotos con casos de asesinatos a niños en Colombia).
El hombre fue sentenciado en el 2008, cuando ocurrieron los hechos, por la justicia indígena a 30 años de encierro, y las autoridades tradicionales le solicitaron al Inpec que lo recluyeran en la cárcel de San Isidro, en Popayán.
Sin embargo, la mujer dice que se enteró de que el ahora gobernador del cabildo de Bonanza, en zona rural de Morales, habría determinado que saliera de la cárcel.
"Para mí es un caso muy duro con la hija, que es menor de edad. A ella el propio papá la violó, la dejó embarazada, y a la hora y media de nacer mató la bebé. Yo no sabía hasta ese momento quién era el padre; cogieron a la niña en Bienestar, y de todo me di cuenta", sostiene Fernández, quien anunció que acudirá a la justicia ordinaria.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos que trabajan en contra de los delitos sexuales anunciaron para el 10 de noviembre una movilización en Popayán, para protestar por la impunidad del caso.
EL TIEMPO