Hay que distinguir. La social democracia lucha por la equidad social por lo que su sistema económico, diferente al capitalista y al leninista, considera que la equidad es lo fundamental y de ahí que el Estado se preocupa de satisfacer las necesidades esenciales de la población y los sindicatos sean fundamentales, pero no como obstáculo del progreso, sino como impulsadores de la economía.

La carga impositiva es fuerte. Los suecos, por ejemplo, pagan más de la mitad de su salario en impuestos, pero el Estado se los devuelve en educación gratuita para todos, en oportunidades laborales, en progreso, en equidad, muy diferente al sistema económico capitalista, donde los ricos se hacen más ricos, donde la riqueza se concentra en pocas manos, donde la mayor parte de la gente se empobrece.

Un ejemplo. Erikson es una de las empresas tecnológicas más importantes de Suecia. La pérdida de competitividad hizo que se aliara con la japonesa Sony y abrieran fábricas en China con el fin de abaratar los costos. Pero esto sólo se pudo hacer previa aprobación de los sindicatos, en el entendido que los beneficios resultantes beneficiarían a los trabajadores.

De esto se trata la social democracia, de equidad dentro de la diversidad, diferente al capitalismo en donde impera la ley de la selva. El que pueda gana y los demás que se jodan. Dos sistemas económicos diferentes. La social democracia enriquece a la población, el capitalismo tan sólo a unos pocos y el socialismo leninista reparte la pobreza.