 Denunciante Leyenda
 |  Colombianada: El billar que se convirtió en centro de 'peregrinación' por el Baloto
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 |  Al anónimo multimillonario le dejan solicitudes de trabajo y mensajes pidiendo ayuda.
"Señor vende sido por dios le llamo así ya que no se su nombre. Tengo 42 años y me encuentro viviendo sola pues tengo 4 hijos que no me ayudan económica mente... tengo deudas con dos bancos y tal vez el señor me iluminó para pedirle ayuda y de pronto usted sea mi ángel acá en la tierra... sepa con quien va a compartir su premio para que le rinda y no lo derroche con personas que beban licor ni mucho menos con aquellas que las quemen en vicios".
Frases como estas (que reproducimos con su escritura original) aparecen en los mensajes escritos que algunas personas han llevado hasta la Academia de Billares Mundial, en el centro de Bucaramanga, donde el sábado pasado se vendió el billete ganador del Baloto, que con 117.000 millones de pesos se constituyó en el premio más alto de juegos de azar entregados en el país.
Aunque el billar no es una beneficencia, ni templo, ni casa de caridad, decenas de curiosos, jóvenes, ancianos, mujeres y hombres llegan todos los días al lugar donde a lo único que se le rinde culto es a la cerveza, al cigarrillo y a los juegos de billar -para el cual hay 47 mesas- y de dominó -que tiene diez más-.
A pesar de que se desconoce la identidad del ganador del jugoso premio -quien, descontados los impuestos, recibió la nada despreciable suma de 93.600 millones de pesos-, a diario llegan personas que dejan a los trabajadores del popular sitio sus hojas de vida, cartas, números telefónicos, correos electrónicos y hasta el número de sus cuentas bancarias, para que el nuevo millonario les ayude.
"Un señor, muy afanado, nos dejó un papel con sus datos y nos suplicó que le dijéramos al millonario, del que no tenemos ni idea quién es, que si lo llama y no le contesta le deje sus datos en un mensaje de voz en su celular, porque él es una persona muy ocupada (risas)", dice Johana Acero, una de las vendedoras del boleto ganador.
En vano han resultado las incontables conversaciones en las que los 12 empleados del billar y los cinco familiares del dueño que trabajan en el céntrico lugar han repetido hasta el cansancio que ignoran quién es el ganador.
A los recados de la angustiada mujer y el afanado y 'ocupado' hombre se unieron los de un escolta que llevó su hoja de vida para ofrecer sus servicios de seguridad al desconocido y anónimo magnate, una señora que solicita ayuda para pagar la educación de su única hija, un octogenario que asegura que vive solo luego de haber sido abandonado por sus hijos, y un ama de casa que está 'colgada' con el pago del arriendo de la casa donde vive.
"Uno se angustia y se siente impotente para solucionar tantos problemas. A las personas les decimos que sin ningún compromiso les recibimos sus cartas, papeles y mensajes, pues al igual que todo el país desconocemos al ganador", precisó Juliana Milena Aceros, sobrina de Johana, que el sábado pasado acompañaba a su tía en el momento en que fue vendido el codiciado boleto automático con los números 16, 27, 29, 35, 36 y 40.
La tranquilidad y la monotonía que caracterizaban al billar, situado en la esquina de la calle 37 con carrera 18, frente a un parqueadero y contiguo a un casino, cambiaron repentinamente y su nombre, Academia de Billares Mundial, se volvió precisamente 'mundial'.
A las decenas de pensionados, taxistas y comerciantes informales, clientes permanentes del extenso lugar de dos pisos, se han unido en los últimos días decenas de curiosos que compran allí billetes de lotería, chance y Baloto, hacen recargas de minutos para sus celulares y pagan servicios públicos y cuentas de compras por catálogo. Todo como un pretexto para preguntar por el nombre y la ubicación del afortunado.
"Lo único que nos dijeron los del Baloto es que el billete ganador se vendió en la tarde del sábado pasado. Imagínese, ese día vendimos más de 500 billetes al mismo número de personas. Por eso, les repetimos a todos los curiosos que no pierdan el tiempo porque, en verdad, desconocemos el rostro y mucho más el nombre y sitio de residencia del ganador", manifestó Johana Acero. Miguel Suárez Pedraza, extrabajador independiente pensionado, es parroquiano de este lugar desde hace 5 años. Llega 'sagradamente' todos los días, y ahora está empeñado, con sus amigos, en determinar cuál de los frecuentes jugadores de billar no ha vuelto desde el sábado pasado.
"La idea es mirar quién no ha vuelto para especular sobre quién fue el premiado (risas). Acá es muy raro el que compra de pasada, pues lo que yo he visto es que el Baloto siempre lo compramos los clientes. Es más, yo lo compré el sábado en la noche, o sea que estuve a poco de ser el ganador... fue mucha la suerte del ganador, porque las probabilidades eran de una en 8'145.000", agrega Pedraza.
Por el contrario, Luis Enrique García, otro cliente del billar, que llega a las 10 de la mañana y sale a las 6 de la tarde, no pierde tiempo tratando de averiguar quién es el nuevo multimillonario, pues él tiene por norma no participar en juegos de azar.
"Hay tantos comentarios que no me doy mala vida con eso. Unos dicen que se lo ganó un pensionado; otros, que un indigente; algunos, que un borracho que pasaba por acá. Y hasta se ha especulado que sería un señor que tenía muchos años de no venir al billar y se perdió, pero realmente nadie sabe quién es", precisó el pensionado.
Jorge Castro, otro consuetudinario del billar, les propuso a las autoridades bumanguesas declarar el sitio patrimonio histórico porque, según él, se convirtió en un ícono de la ciudad.
Manteniendo siempre su jovial sonrisa, Johana Acero, quien con su sobrina Juliana atiende en el billar el punto de venta de Baloto, dice que "de pronto" a ella le llega un regalo especial, pues durante 11 años trabajó vendiendo chance y muchos de sus clientes ganaron y le dejaron numerosas propinas por su suerte. La mujer, soltera y de 38 años, contó que la noche del sábado pasado tenía, según ella, un ambiente especial en el sector, pues una señora se ganó 5 millones de pesos en el casino contiguo al billar.
"Nosotros 'libramos' acá muchos billetes de Baloto de gente que gana los 5.500 pesos del billete con tres de las seis cifras", concluye Johana.
La extrovertida vendedora revela que también han tenido instantes amargos, pues gente que transita por la acera frente al billar o en carros que circulan por el centro de la ciudad les gritan frases como: "Pobres bobos, prestaron su nombre para nada".
Aunque el domingo pasado, en medio de la celebración que se realizó en el lugar, Johana le pidió al incógnito ganador que "se acuerde de quienes le vendieron el billete", a medida que pasan los días se convence de que el afortunado nunca aparecerá para regalarle la casita y el carro que ella fervorosamente le pidió a través de los medios, en medio de la espuma, la cerveza y los globos del jolgorio.
En tanto sigue el boom del ganador, los trabajadores del billar seguirán explicándole a la gente que nunca sabrán el nombre y la ubicación del ganador, y esperando que María Clara Ramírez, gerente de Baloto en Colombia, cumpla con la entrega del premio que en rueda de prensa en Bogotá anunció para Billares Mundial, que consiste en regalos en especie.
Por ahora, la única 'pista' que hubo en la ciudad sobre un posible multimillonario fue un festivo noctámbulo que en la madrugada del domingo pasado desveló a sus vecinos del populoso barrio Santander, en el occidente de Bucaramanga, quien con gritos y música a todo volumen despertó rumores.
Pero fueron descartados después de que el efusivo borrachito les explicó a sus amigos que la celebración era por su cumpleaños.
Félix Leonardo Quintero
Corresponsal EL TIEMPO
Bucaramanga.
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