Denunciante Distinguido
| Respuesta: Álvaro Uribe Vélez, un obstáculo para la paz Cita:
Iniciado por Heráclito Uno debe entender a Álvaro Uribe. El representa a una Colombia que hace mucho se quedó atrás de la rueda de la historia, una Colombia que lleva muchos años luchando por conservar sus privilegios de siglos y que hoy, con la llegada de nuevos actores a la escena política, los ve amenazados.
Es esa derecha rural, la de los apellidos pomposos, dueña de tierras y de gentes, grandes terratenientes dedicados a la ganadería extensiva, cuya única ley es la de su feudo, sobre los cuales han edificado su poder político, aliados con la jerarquía católica.
Enemigos del progreso, de la ilustración, de la democracia, porque recortan su poder, han librado desde el siglo XIX una lucha feroz, cuyo último capítulo se vivió en las últimas décadas del siglo XX, apoderándose de tierras y conciencias a través de sus ejércitos privados.
Que esta derecha urbana que le apuesta a la modernización del país quiere pactar con la guerrilla como único camino para evitar una guerra civil que nos destruya a todos es un sacrilegio. No importa que las demás fuerzas políticas acompañen este nuevo camino, el centro del espectro político que lucha por imponer una democracia participativa, igual que la izquierda respetuosa de las instituciones, que lucha por más equidad, mejores oportunidades, y menos prebendas a las minorías privilegiadas. Anatema gritan en su fundamentalismo de casta, de apellidos, de fortunas feudales.
Por eso consideran un crimen la paz, porque la guerra es la que les ha permitido seguir existiendo. Una reforma agraria que han impedido desde los años treinta del siglo pasado, con la revolución en marcha de Alfonso López Pumarejo amenaza su existencia. Convertir las inmensas haciendas en cooperativas agrarias, experimento que trajo mucho progreso a Antioquia, reparto equitativo de la tierra, grandes empresas agrícolas, es un crimen porque acabarían con sus tierra ociosas o sus negocios multimillonarios de biocombustibles que tan generosamente les entregó Uribe.
Pactar con la guerrilla les quita el pretexto de seguir contando con sus ejércitos privados y con nuevos protagonistas en los poderes públicos, su propio poder se vería menguado. Eliminada la violencia guerrillera, el Estado dirigiría toda su fuerza contra los neo paramilitares que ellos financian.
Se juegan su supervivencia y el proceso de paz es una puerta abierta a una nueva Colombia en la que esta derecha retrógrada no tiene cabida porque es un fósil andante y por ello pelearán con todas las armas sucias que han empleado a lo largo de muchos años, tantos que la memoria no alcanza para contarlos. Pero como lo dije en otro comentario, no hay nada que hacer. La era de los dinosaurios está llegando a su fin y aunque los mamíferos aún son pequeños, ellos son el futuro.
Convenzan a un dinosaurio de que ya no tiene razón de ser. Es un imposible. Pero no todo está perdido, seguirán existiendo como los cocodrilos y las serpientes, sobrevivientes del lejano pasado, pero en su propio Jurasic Park que queda por allá, en un rincón de Córdoba, llamado el Ubérrimo, que con el tiempo se convertirá en atracción turística, pues allí, alguna vez, dirán los guías, hubo un jinete que asombró por ser capaz de montar a caballo sosteniendo una taza de café sin derramar una gota.
Todo tiene sus méritos, hasta los espectáculos de circo. | Se ha dicho lo que es, te quedo debiendo repu. Saludos
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