Por fortuna, los profetas de desgracias ajenas llegan tarde. El SI ya se dio desde el año pasado. Ya culminó la fase exploratoria fruto de intensos meses de trabajo y el 5 de octubre, en Oslo, se comienzan formalmente las conversaciones de paz con cuatro requisitos fundamentales, no se pararán de la mesa hasta firmar la paz, el proceso será corto (calculan no más de ocho meses), nada de lo que suceda en el país afectará el proceso y se adelantará en el exterior.

Esta buena señora, pues, podrá quedarse despotricando en el país, rasgándose las vestiduras y secundando el llanto y el crujir de dientes, así como las conspiraciones sobre las que llama la atención no solo el presidente sino el fiscal general. Contra viento y marea, con el apoyo de la Unión Europea, Estados Unidos, varios países de la región y la gran mayoría de la población colombiana, que están cansados de poner los muertos se adelantará el proceso de paz mientras los guerreros de escritorio ensalzan la guerra en el confort de sus hogares.