Cuatro mineros resultaron hoy heridos por disparos con balas de goma efectuados por los guardias de seguridad de la mina de oro de la empresa Gold One, al sureste de Johannesburgo, en la cual se llevaba a cabo una protesta.
El incidente de la mina -en cuya propiedad participan familiares del presidente sudafricano, Jacob Zuma, y del exmandatario Nelson Mandela- fue confirmado por la portavoz de la Policía, Pinky Tsinyane.
Tsinyane afirmó que la Policía fue avisada de la situación a las 06.30, hora local (04.30 GMT), pero llegó cuando ya había ocurrido el tiroteo y los heridos habían sido trasladados a un hospital, aunque tuvieron que dispersar a los mineros.
La portavoz policial, citada por la agencia de noticias sudafricana Sapa, confirmó que la Policía ha abierto una investigación por intento de asesinato en referencia al tiroteo registrado en la mina de Gold One.
Un grupo de mineros bloqueó hoy las puertas de la mina de oro, situada en Modder East, en la localidad de Springs, reclamando su reincorporación al trabajo en una protesta "ilegal", según dijo la compañía en un comunicado.
Esos mineros, que la empresa cifró en unos sesenta, habían sido despedidos por el pasado 11 de junio mediante el envío de un mensaje de teléfono móvil tras haber participado en una huelga por una disputa salarial.
Los mineros de la explotación -en la que tienen participaciones un sobrino de Zuma, Khulubuse Zuma, y un nieto de Mandela, Zondwa Mandela- iniciaron la huelga el pasado 4 de junio para exigir el pago de sus salarios, que no perciben desde 2010.
El tiroteo de hoy acaeció después de que 34 mineros murieran por disparos de la Policía el pasado 16 de agosto en la mina de platino de la empresa Lonmin en Marikana, a unos 100 kilómetros de Johannesburgo, donde secundaban una huelga desde el 10 de agosto.
La huelga de Marikana ha encendido la mecha de otra acciones sindicales en el sector minero sudafricano, como en la explotación aurífera de Gold Fields, en East Rand (este de Johannesburgo), donde unos 12.000 empleados están en huelga en demanda de una mejora salarial.
Un total de 44 personas han perdido la vida desde el inicio de las protestas en Marikana, incluidos diez personas, entre ellos dos policías y dos guardias de seguridad, que murieron en la semana previa a la masacre de los 34 mineros.