| Denunciante Avanzado
 |  Respuesta: El mundo Occidental calla ante la masacre de Musulmanes en Myanmar
 En su libro – peor que la guerra – Daniel Jonah Goldhagen dice que durante los asesinatos en masa, los propios asesinos, sus partidarios y los que permanecen de brazos cruzados desean camuflarse en su práctica lingüística. Y esto ha sido el caso con el régimen del apartheid en Myanmar cuando se trata de su proyecto nacional para exterminar o purgar los rohingyas.
Cuando un reportero independiente Barb Weir (de deLiberation) preguntó por para comentar sobre la crisis de la ciudadanía rohingya, un funcionario del Ministerio del Interior que trabaja para el gobierno de Myanmar, dijo: “Después de intentar durante muchos años para conectarlos a los países vecinos, que finalmente se decidió que ellos son probablemente descendientes de los ciudadanos suizos que vinieron a Myanmar hace muchos siglos y han perdido sus pasaportes. Por desgracia, sus registros de nacimiento se perdieron en una avalancha en Suiza por lo que no se puede probar su origen. Sin embargo, estamos negociando con Suiza para repatriarlos”.
Cuando el periodista preguntó por sobre el origen de estos “inmigrantes ilegales”, el funcionario de Gobierno dijo: “Te lo dije. Son suizos. Y, además, son musulmanes. Los musulmanes rohingya son una bomba demográfica en Myanmar. Queremos seguir siendo budistas y democráticos, y los rohingyas musulmanes son una amenaza para nuestra existencia. La auto determinación Musulmana se ha expresado en decenas de países. ¿Por qué los países musulmanes no los asilan? Ellos no pertenecen a este lugar. ”
Cuando se le preguntó si estaba preocupado por la acusación de practicar la política de apartheid, el funcionario dijo: “No estamos preocupados.”
Eso nos dice que todo lo que necesitamos saber acerca de la mentalidad del gobierno de Myanmar vis-à-vis – de cara- a los Rohingya, no es que no sabíamos qué esperar de un representante de ese régimen de apartheid. Si estabas buscando escuchar de la boca de un caballo, lo tenemos en la declaración del presidente Thein Sein, publicado a principios de julio. Su oficina dijo que no reconocería los rohingya y le entregará la responsabilidad por ellos a la agencia de refugiados de la ONU en el estado de Arakan, y añadió que también estaba “dispuesto a enviar a los rohingyas a un tercer país que los acepte.”
El gobierno de Myanmar quiere mostrar a los rohingyas como extranjeros, que se habían entrometido en el país ilegalmente. Esta pequeña minoría, según la estimación oficial de sólo 800.000 viven en un país de unos 56 millones, incluso están retratados como una bomba demográfica, que amenaza el estilo de vida budista. No sabía que el budismo fuera tan frágil. Es curioso que el régimen, de Thein Sein, se promociona incluso como un gobierno reformista! Si esta es la actitud hacia una minoría perseguida, uno se pregunta que terrible debe haber sido en anteriores regímenes militares.
Los rohingyas, por supuesto, no son Suizos ni vienen de Suiza, y Suiza no es Bangladesh tampoco. No importa cómo el régimen del apartheid en Myanmar se siente complacido o despreocupado por su propio salvajismo y el horrendo tratamiento a estas personas perseguidas, los rohingyas son de Myanmar o lo que solía ser oficialmente conocida como Birmania. La negación de su existencia puede ocultar este hecho histórico. También es absurdo imaginar que una pequeña minoría podría ser una amenaza para el budismo.
Como hemos visto en el pasado con los Judíos de Alemania, los musulmanes bosnios de la antigua Yugoslavia, los kosovares de Kosovo de la ex Gran Serbia (y ex-Yugoslavia), y las víctimas de Ruanda y Burundi, en cualquier momento se ponen en marcha proyectos de exterminio de masas, o eliminatorios, siempre se trata de las sociedades y sus culturas que contribuyen a las circunstancias que producen el posible exterminio como un grupo o proyecto nacional, un proyecto que está dirigido por el estado, apoyados por un buen porcentaje de la nación o de su grupo dominante o grupos, y que cuenta con grandes recursos institucionales y materiales.
Y eso es lo que ha sucedido específicamente con los Rohingya. Como parte de un muy calculado, siniestro plan, el infortunado asesinato de una mujer Rakhine se utilizó como telón de fondo para fermentar el odio y comenzar la última campaña de exterminio contra el pueblo rohingya. No es difícil entender por qué la conveniente muerte del presunto delincuente en la cárcel, por lo que nadie sabría nunca la verdad si fue o no utilizada como un peón en lo que iba a seguir. Así, en lugar de un previsto informe de investigación por el horrendo asesinato de diez Birmanos (no rohingya) musulmanes a principios de junio, hemos escuchado la declaración del presidente, Thein Sein, de que los rohingyas no puede vivir dentro de Myanmar.
Como he señalado anteriormente, los delitos a nivel individual suceden en todas las sociedades. Pero sólo en los proyectos eliminatorios tales crímenes se usan para justificar la eliminación de un grupo de población. Para ello, el régimen de Myanmar ha empleado todas las cinco principales formas de eliminación – la transformación, represión, expulsión, prevención de la reproducción, o la exterminación de los Rohingya. A pesar de la condena mundial, el régimen, una vez más con el respaldo de sus monjes y de las multitudes, se niega a permitir que las consultas externas y se niega a proporcionar los alimentos necesarios y refugio a las víctimas rohingya que sufren en este mes de ayuno, el caluroso verano.
El Presidente General Thein Sein ha declarado públicamente que los Rohingya deben ser expulsados y la ONU debe tomarlos a su cargo. Se trata de la discriminación racial, así de simple. Se trata de una política de apartheid que no tiene lugar en el siglo 21. Los regímenes militares que precedieron a Thein Sein, han practicado esta Burmanización y la política de Budizacion del país de las últimas décadas. Cuando el general Ne Win tomó el poder en 1962, rápidamente nacionalizó todas las empresas y los musulmanes fueron los grandes perdedores. Él también purgó las fuerzas armadas y la burocracia civil de los musulmanes. Muchos huyeron (incluso aquellos con cónyuges birmanas o de Karen) a la vecina Pakistán Oriental (actual Bangladesh), Tailandia, Pakistán Occidental (actual Pakistán), los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Los disturbios Anti-musulmanes se produjeron en Mandlay en 1997 y nuevamente en 2001. Unas dos docenas de campañas se han dirigido también contra el pueblo rohingya para exterminar o expulsarlos de su patria ancestral en Arakan.
El verdadero poder en Myanmar sigue correspondiendo a los generales. El presidente es su testaferro. Se seguirá para asegurarse de que ellos controlan el gobierno y que el jefe del Estado es un birmano de la raza mayoritaria. Para mantener su férreo control del poder, han creado un cóctel tóxico de ultra-nacionalismo (que es puro racismo) y la intolerancia religiosa (que es el fanatismo), donde el gobierno patrocinó a los monjes de pies descalzos que son los abanderados de esta nueva Myanmar. No es casual que la insignia nazi – signos y símbolos – se venda como pan caliente entre los rakhines y muchos birmanos hoy en día. Se ven como los alemanes fascistas de la época de Hitler dispuestos a eliminar a su “peligro judío” – los rohingyas totalmente -. Incluso los llamados iconos de los movimientos democracia y líderes han demostrado ser racistas cerrados y fanáticos. De hecho, con el advenimiento de una apariencia de democracia, la mayoría budista sienten que ahora tienen una licencia para matar y perseguir a las minorías. Esta es la tiranía de la mayoría en su peor momento.
Ya es hora de que la ONU y la comunidad internacional y los medios de comunicación tomen nota de esta grave injusticia histórica para los rohingyas de Myanmar. El régimen de Thein Sein, debe ser obligado a aceptar a los rohingyas como ciudadanos iguales de lo contrario toda la región se vería obligada a conformarse con décadas de inestabilidad, algo que nadie quiere. Es por el bien de Myanmar de que cumpla con sus obligaciones internacionales para reafirmar los derechos humanos fundamentales, asegurando la vida y la dignidad de las minorías dentro de su territorio, ya que está muy claramente consagrado en el preámbulo de la Carta de la ONU. Cuanto antes, mejor.
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Última edición por FerguZ; 29-08-2012 a las 03:33:56 |