1. Que el socialismo del siglo XXI ha profundizado la dependencia y el subdesarrollo. y además en un solo y único producto: el petróleo. Los teóricos de la dependencia pueden afirmar que el socialismo del siglo XXI ha profundizado la dependencia y el subdesarrollo del país.
2. Que nuestra deuda crece acelerada, costosa y descontroladamente.
Tan grave como el monto creciente de la deuda, lo son también a) los elevados costos de esa deuda, sobre la cual pagamos intereses del 13% y más en dólares; b) la velocidad a la que viene aumentando; c) la falta de transparencia en su adquisición y d) el despilfarro de esos recursos.
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http://www.denunciando.com/politica-...#ixzz24X8IssXc La conclusión de la crisis por la deuda externa que sacaron los gobiernos latinoamericanos, en sintonía con el Fondo Monetario Internacional, fue la de seguir con la apertura de sus mercados para los intereses comerciales extranjeros, y la propagaban como el mejor modo para acrecentar la riqueza nacional. Reorganizaron la participación extranjera en la explotación de las materias primas y el negocio con la exportación agrícola, en el caso de Venezuela especialmente en la industria de petróleo parcialmente nacionalizada, beneficiando las multinacionales. De esta manera, pretendían atraer más capital extranjero para desarrollar la explotación de las materias primas; mantener la credibilidad financiera frente a las instituciones internacionales, tanto privadas como estatales; y también asegurarse de la buena voluntad de EEUU, el poder económico, financiero y supervisor mundial, precisamente sobre América Latina. Además fueron privatizadas las empresas que hasta entonces habían quedado en manos del Estado, por lo que el suministro de agua y la electricidad igual que las telecomunicaciones y los bancos se tornaron en objetos de inversión sobre todo para las multinacionales norteamericanas y europeas, y bajo condiciones que les garantizaban el lucro, el valor monetario de sus beneficios y la libre transacción de divisas.
Esto, por cierto, a los Estados les aportó unos mil millones adicionales de ingresos y nuevos créditos. Sin embargo, el mismo programa les hizo volver a caer en la trampa de deudas, esta vez a mayor escala, e hizo que se agudizaran los conflictos internos. La privatización de los servicios públicos llegó a ser un mero índice de requisitos para establecer precios que garantizaran los beneficios, desconsiderando la abundante pobreza de las masas, luego que una gran parte de la población estaba apenas y cada vez menos capaz de pagar agua y electricidad. Las autoridades en parte sofocaron las protestas masivas, en parte se salvaron, entreteniéndolas con vanas promesas. También en Venezuela, los ingresos del Estado no crecían conforme a crecientes precios de petróleo y gas debido a las reglamentaciones de las concesiones de licencia y las modalidades del pago de impuestos. Mientras tanto, se beneficiaban las multinacionales en unión con la gerencia de la empresa estatal de petróleo PDVSA y desviaban los crecientes fondos de dólares al extranjero, debilitando así la balanza nacional de divisas.