1. Que el socialismo del siglo XXI ha profundizado la dependencia y el subdesarrollo. En 1998, justo antes de llegar Chávez al poder, el petróleo representaba el 77% del total de las exportaciones del país. El otro 23% se componía de otros productos y servicios, siendo alrededor de la mitad de éstos, bienes producidos por el sector privado. Trece años después, en 2011, el peso del petróleo en las exportaciones alcanzó el 96%. Este hecho nos convierte en el país de la América Latina con la mayor concentración de sus exportaciones en materias primas, y además en un solo y único producto: el petróleo. Los teóricos de la dependencia pueden afirmar que el socialismo del siglo XXI ha profundizado la dependencia y el subdesarrollo del país.
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Lo que a Chávez le parece un escándalo son, en general, nada más que las consecuencias de la incorporación de Venezuela en el mercado mundial como país proveedor de petróleo en general y especialmente de la dirección político-económica adoptada a finales de los años 80: En este tiempo y no por primera vez, la mayoría de los países latinoamericanos, entre ellos Venezuela, fue afectada por una extensa crisis debida a la deuda externa: las ganancias que sacaban estos países del negocio internacional rendían cada vez menos para cumplir las deudas. Los petrodólares y demás ingresos de los negocios con recursos naturales y productos agrícolas fueron consumidos de modo improductivo por los beneficiarios privados o, respectivamente, trasladados al extranjero; la mayoría de las divisas del Estado se gastaba para desempeñar la deuda creciente; el Estado venezolano se mantenía solvente renovando deudas, lo que implicaba una acumulación de las exigencias por parte de los prestamistas internacionales. De tal manera, se ha comprobado la desventaja capitalista de que los principales ingresos de esos países consisten en lo útil que son las riquezas naturales y los productos agrícolas para los centros del capitalismo, o sea beneficiando negocios capitalistas en otros países, sin que hubieran concebido una industria capaz de competir en el mercado mundial. Nunca consiguieron salir del estatus de ser países exportadores de materias primas con falta de capital; todo lo contrario: para la mayoría éste se ha consolidado. La superioridad de los poderes líderes y las vigencias del mercado mundial impuestas por los mismos hicieron fracasar los esfuerzos estatales para promover una producción nacional rentable que resistiera al capital extranjero. Y como no se ha encaminado ninguna acumulación nacional, la gran parte del pueblo resulta inútil para la acumulación capitalista y una carga a un Estado que aspira a enriquecerse de sus bienes nacionales, por lo que cae en la miseria total.