Hay algo que creo debe tener claro el presidente Santos: mientras Chávez sea el presidente de Venezuela no se extraditará un sólo guerrillero de las Farc hacia Colombia. ¿Entonces?

Aquí entra a jugar la teoría del "mal menor". Es preferible hacerse el huevón y seguir insistiendo a través de los canales diplomáticos, a volver a la inútil confrontación de Uribe que da el mismo resultado, es decir, nada, pero con grave perjuicio para la economía colombiana, en especial la fronteriza, aparte del aislacionismo internacional.

Hay que seguir con la labor secreta de inteligencia, seguir golpeando la estructura militar de las Farc y dejar aislados cada vez más a los jefes de las Farc. Sin comunicaciones, sin un mando unificado, con los frentes cada uno andando por su lado, se apuesta a la fragmentación y, por ende, al debilitamiento.

Siguen "asilados" como los delincuentes uribistas que igual huyen de la justicia, protegidos por mandatarios estilo Martinelli. No sorprendería, por ejemplo, que Restrepo esté bajo el cobijo de Panamá. Los extremos del espectro político, como las puntas de un pañuelo, siempre se juntan.