Pese a baja en homicidios, expertos dicen que hay que hacerle cambios. Distrito solicitó prórroga.

A una semana y media de que se venza la prórroga de la restricción al porte de armas de fuego en Bogotá, aún con salvoconducto, autoridades y expertos hablan de los efectos y aspectos para mejorar de la veda.
El Distrito ya adelanta las gestiones para intentar alargar el plazo del decreto (por segunda ocasión), que rige en la ciudad desde el primero de febrero.
"Ya hicimos la solicitud a la Decimotercera Brigada del Ejército y estamos a la espera de los análisis para decidir si se extiende la restricción", dijo el secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla.
Para el experto en seguridad Jairo Libreros, es necesario mantener la medida, pero advierte que es necesario que las propias alcaldías de todo el país, en este caso la de Bogotá, asuman la potestad de controlar la expedición de los permisos para portar armas.
"Constitucionalmente, los alcaldes no pueden estar supeditados a las Fuerzas Armadas, y con el porte de armas ocurre todo lo contrario", afirmó Libreros y agregó que aún es muy temprano para concluir que la medida ha sido contundente para mejorar los índices de seguridad.

"Valdría la pena prorrogarla por tres meses más y seguir analizando resultados para mejorar los índices", anotó. Por su parte, Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), considera que vale la pena extender la veda, pero que esta no serviría de nada si la Policía no continúa haciendo controles. "Durante las protestas contra TransMilenio, aumentaron los homicidios por armas de fuego porque la Policía estaba ocupada tratando de controlar los disturbios -explica el experto-. Esa es una prueba de que si las autoridades bajan la guardia, el arma de fuego seguirá siendo protagonista en hechos delincuenciales".
Lo que dicen las cifras
Tanto Guillermo Asprilla como el comandante de la Policía Metropolitana, el general Luis Martínez, coinciden en que la vigilancia por cuadrantes sigue siendo la principal estrategia para la reducción de los delitos, pero que la restricción al porte de armas ha aportado en buena parte.
"Las cifras demuestran que los homicidios y las lesiones por esta causa en vía pública han bajado notablemente (ver gráfico). Eso es un buen indicador de las bondades de la medida", señaló Martínez.
El oficial explicó que las riñas siguen siendo el principal problema durante los fines de semana, pero el protagonismo de las armas de fuego ha bajado. "En la madrugada del domingo (14 de julio) ocurrieron siete homicidios, todos por intolerancia. De estos, cinco fueron por armas blancas y dos por armas de fuego -contó Martínez-. También necesitamos más herramientas jurídicas para castigar el porte de armas blancas".
Y si bien es cierto que de las 33 armas incautadas este año por homicidio todas eran ilegales, la Policía reitera que los controles que buscan garantizar la medida no solo van dirigidos a hallar armas legales, sino que se concentran en el hallazgo de pistolas y revólveres sin el respectivo salvoconducto.

REDACCIÓN BOGOTÁ